Demasiado lindo

II Encuentro de Familias en Tierra del Fuego

Esta expresión salió de más de uno: demasiado lindo para ser real. Un lugar soñado, clima de amigos, un objetivo común.

MARÍA LESCANO | PERIODISTA | MARIALESCAN@YAHOO.COM.AR

Éramos casi 100 personas, si contamos a Clarita que tiene tres meses. Habíamos llegado a Tolhuin, un lugar maravilloso, en el verdadero fin del mundo, junto al lago Fagnano en primavera. ¿Qué hacíamos tantas familias allí? Nos movilizaba el deseo de trabajar para ser un poquito mejores personas, para mejorar nuestra vida interior, nuestra familia, nuestra sociedad. No somos ciegos, conocemos que el entorno está difícil; sin embargo,
elegimos dedicar este fin de semana para trabajar nuestros vínculos y así salió, nos renovamos por dentro, nos cargamos de energías y deseos concretos para ser mejores. Queremos ser más. El año pasado hicimos nuestra primera experiencia en una estancia de la isla, que duró sólo un día. Esta vez, quisimos ir más a fondo y elegimos, también, convivir como familias.  Descubrimos que queda mucho por hacer en nuestros  matrimonios para ser felices y para llegar a proyectarnos como sociedad. Nuestros hijos jugaban todos a la par, la escondida en este bosque fue el juego favorito. Los adolescentes hicieron de guía a los más chicos y los llevaron a recorrer infinitos senderos mientras los adultos leíamos, estudiábamos e intercambiábamos experiencias.

Conciliar familia y trabajo

No hay dudas de que lograr armonizar la vida familiar y la vida profesional es un tema de dos; sin embargo, las mujeres nos sentimos especialmente apeladas a hacerlo realidad. ¿Cómo involucrar a nuestros maridos en las tareas de la casa y de la educación de los hijos dándoles aire para que lo hagan a su manera?, ¿por qué casi siempre creemos que lo hacemos mejor?, ¿cómo compatibilizar, si no sé pegar un botón? Aquí, lejos, la red   familiar es casi inexistente. Algunas pocas “nyc” (nacidas y criadas en la isla) tienen sus padres cerca y es una realidad envidiable. Sin embargo, hay otras dispuestas a recibir hijos ajenos mientras juegan con los propios. En general, el horario de clases es reducido. Felizmente, más de una elige ser mamá full time. Las razones son muchas, aunque resuena aquella que no ha vivido una experiencia familiar contenedora. ¡Cuántas veces queremos dar a nuestros hijos aquello que no hemos tenido! Y en este espacio volvemos a reflexionar acerca de lo que es mejor para ellos. No se trata lisa y llanamente de una cuestión de compensaciones.

Descubrimos que queda mucho por hacer en nuestros matrimonios para ser felices y para llegar a proyectarnos como sociedad.

Un momento fuerte 

Al atardecer, nos reunimos en el quincho los matrimonios, y los chicos siguen jugando afuera. Podemos estar tranquilos, y guiados por el libro Especial Familia, encontramos en “Save the family” una buena forma de reflexionar acerca de cuánto cuidamos nuestros vínculos más cercanos. Amamos nuestra tierra. ¡Es tan linda la isla! Tratamos de cuidar su fauna, su vegetación, su cultura. Y, siguiendo el texto, descubrimos que queda mucho por hacer en nuestros matrimonios para ser felices, para hacer felices a nuestros hijos y para llegar a proyectarnos como sociedad. Estamos en buen camino.

Un tema infaltable 

Los proyectos sociales en familia son una ayuda inmensa, no sólo para los destinatarios de nuestros servicios sino, especialmente, para nosotros. Hace un par de años un grupo de familias, asesoradas por el Dr. Abel Albino, nos hemos comprometido con un centro Conin y aquí estamos poniendo todo lo que tenemos, sabemos y podemos para lograr una sociedad más justa, para que a nadie le falte lo que otro le puede  brindar. Tampoco faltó el asado -un increíblemente rico asado patagónico.

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