De la Pandemia COVID19 a la Pandemia de Salud Mental…

Dra. Gabriela Renault, decana de la Facultad de Psicología y Psicopedagogía, USAL grenault@usal.edu.ar

Aumenta el número de jóvenes en las noticias «policiales», drogas, violencia, suicidios. Algo podemos hacer.

Estamos viviendo en forma silenciosa una pandemia de salud mental. Se multiplican los suicidios e intentos de suicidio en jóvenes y adolescentes, autolesiones son cada vez más frecuentes, trastornos alimenticios más evidentes, los ataques de ansiedad y la depresión a muy temprana edad, son un clásico ya en la consulta en los consultorios, jóvenes abducidos por las pantallas y viviendo en el limbo digital sin registrar su aislamiento, este es nuestro mapa mental actual.

Estamos viviendo una pandemia de salud mental entre nuestros jóvenes.

Si bien los comienzos de siglos están marcados por sucesos disruptivos, con hechos históricos que hacen que la humanidad no vuelva a ser la misma.  El siglo XIX no comenzó el 1 de enero de 1800, si no con la revolución industrial, el siglo XX con la primera guerra mundial y este siglo tal vez tenga su comienzo histórico con la pandemia COVID19.

Cuando los adultos están en crisis, los jóvenes estarán a la deriva, el resultado es evidente en los medios, los jóvenes son cada vez más son noticia por delincuencia, por masacres en las escuelas, por eventos desafortunados en donde su vida está en juego.

Claro está que no es aplicable a todos los jóvenes ya que hay que destacar que las generaciones actuales, tienen mucha más acción en propuestas de denuncias a favor de la justicia social. Son más demandantes, más ecologistas, más activistas de movimientos de cuidados del planeta, de los animales, etc., pero en el cuidado de sí mismo hay mucho por hacer. Los adultos los estamos abandonando, se los nota muy solos y “liberados” pero “librados” al malestar de la cultura en que “conviven”.

Las generaciones actuales tienen más acciones a favor de la justicia social.

Si bien la preocupación, por la falta de salud mental de la sociedad y de los jóvenes se venía planteando desde hace varios años*, la pandemia, el encierro, el aislamiento, potenció lo que ya alertábamos como profesionales de la salud. A muchos se les dificultaron las habilidades sociales y esto favoreció conductas regresivas, en otros hubo aumentos de las fobias sociales y del encuentro con el alcohol y el consumo de sustancias problemáticas, que terminan para muchos de ellos en internaciones o les impiden rendir en sus actividades, hay más fracasos tareas académicas o laborales.

Necesitamos «decodificar señales que son gritos

Mi propuesta es a “redoblar la apuesta”, a estar atentos, ser escuchas, a ser capaces de ver que los jóvenes a través de sus síntomas, de sus conductas, nos están diciendo algo. Son gritos, que, al no ser decodificados, el riego avanza, la invisibilidad es lo peor que podemos hacer, necesitamos estar y entender sus alarmas.

Resulta urgente que hablemos desde muy temprano, padres e hijos, en las consultas, con los médicos, en las escuelas etc., hablemos de salud psíquica y salud emocional, para que desde muy pequeños puedan hablar y reconocer sus emociones. Cuando están contentos, cuando están tristes, cuando están ansiosos y cuando están muy tranquilos y que no entienden que les pasa, dar siempre lugar para hablar, para ayudar a poner en palabras a lo que sienten. Nos desafía a detectar a tiempo, si están tristes o pasados de angustia, si están muy ansiosos y no pueden controlarse, qué pasa con su tolerancia a la frustración y su relación con las amistades, si pasan demasiado tiempo dentro de las computadoras , si no salen o duermen más de lo esperado para su edad.

¿Cómo entendemos el manejo de las emociones?

El manejo de las emociones es la posibilidad de controlarnos a nosotros mismo, evitando así que nos la tengan que controlar, enseñar la diferencia entre una respuesta o una reacción emocional ante un evento. Cuando no se procesa la información, es en el plano motor, más que en el mental, donde la simbolización ha fallado.

La diferencia entre una respuesta o una reacción emocional

La importancia radica en que, si se detecta a tiempo qué es lo que está pasando, si se comparte la necesidad y conveniencia de cuidarnos, de pedir ayuda, estaremos dando mejor calidad de vida, a los jóvenes.                          

Sí, es una etapa compleja, siempre lo ha sido. Hoy le sumamos que el mundo se mueve con una velocidad que no para, donde lo sólido se desvanece en el aire, y hay una fuerte crisis de valores. Si no puedo parar, cómo voy a estar para el otro, no tengo tiempo.

En este contexto muchas veces los jóvenes nos ven perdidos, confundidos. Sin embargo, ellos necesitan:

  • tener en donde apoyarse y las superficies en donde se encuentran no son estables.
  • Una visión positiva para seguir apostando a querer crecer
  • Una visión de futuro, que les permita proyectarse.

Cuando no lo encuentran, muchos de ellos entran en estados límbicos, padecen de un gran vacío existencial que suele completarse con lo superfluo, drogas, alcohol, autolesiones donde la pulsión de muerte coquetea con el sujeto que no tolera ese vacío.

La pulsión de muerte coquetea con el sujeto que no tolera ese vacío.

Sin duda lo mejor es prevenir, estar a tiempo, pero cuando el escenario es preocupante, podemos estar para la “posvención” palabra que insinúa el recalcular lo que está pasando, con profesionales especialistas, solo cuando no hay escucha ni mirada es tarde, prefiero decir nunca es tarde.

Son jóvenes que circulan en la cornisa en busca de su identidad, de pistas de aterrizajes, salvavidas. Necesitan figuras sólidas, que los sostenga. Todos los adultos podemos estar, en cada servicio de salud, en cada Institución educativa, tenemos la responsabilidad, de verlos, de preguntarles, de escucharlos. Aquí está la oportunidad.

Siempre pedir ayuda, siempre consultar a tiempo

Muchos navegan, como todos, pero sin brújula naufragan, ese es el peligro, somos su GPS, somos sus coordenadas, es inevitable que nos busquen como modelos, como apoyo. Solos no podemos, también, necesitamos hacer redes de orientación y contención, siempre pedir ayuda, siempre consultar a tiempo, es fundamental, crear en las Instituciones espacios de escucha para estar antes. Como en tantas cosas es más económico que trabajar después.

*La OMS, en su “Plan de acción integral sobre salud mental 2013-2020-2030”, en los apéndices 1 y 2 , en el 2019 decidió extender al 2030 los objetivos, asegurando así la alineación con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, dado el mapa realizado, de situación alarmante en la salud mental de toda la población y por sobre todas las cosas en jóvenes.

*La OMS, en su “Plan de acción integral sobre salud mental 2013-2020-2030”, en los apéndices 1 y 2 , en el 2019 decidió extender al 2030 los objetivos, asegurando así la alineación con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, dado el mapa realizado, de situación alarmante en la salud mental de toda la población y por sobre todas las cosas en jóvenes.

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