Bebes
La llegada del bebe inicia una etapa de mutuo reconocimiento entre madre e hijo. Necesita tiempo y dedicación, ¿mejor sin relojes, horarios o métodos?
Carolina Alberro | Lic. en Psicología y Psicopedagogía | carolinaalberro@fibertel.com.ar
Al recibir al bebe recién nacido comienza una nueva etapa donde mamá-bebe necesitan conocerse o, mejor dicho, reconocerse, solos, sin apuros, sin límites de tiempo. Es la simple presencia de mamá, su mirada, el calor cuerpo a cuerpo, las palabras, la comunicación emocional. Llega una nueva forma de amar que es el amamantamiento. La leche materna y el acto de dar de mamar no son sólo alimento para el cuerpo sino también para el alma de nuestro hijo, quien recibe todo lo que necesita para su crecimiento y desarrollo saludable.
Un mundo conocido
Para él, buscar y encontrar el pecho de su mamá es tan vital que al estar en contacto se siente atraído por su olor, el tono de voz, el ritmo de su corazón, y su calor… todo esto le resulta conocido. Por su parte, las mamás pueden, también, dejarse llevar por el instinto, la naturaleza más primaria sin perder el equilibrio emocional. Amamantar es estar sumergidas con nuestro bebe en un tiempo fuera del tiempo, sin horarios, atentas sólo a sus necesidades. No necesitamos ni métodos, ni horarios, ni cursos.
Necesito apoyo
Sí necesitamos, ¡y mucho!, el apoyo y la contención de nuestro entorno más cercano y confianza para sentirnos nosotras mismas más que nunca. Tranquilidad, paciencia y amor… sobre todo mucho amor.
Seguramente, la flamante mamá estará, como casi todo el mundo, inmersa en situaciones de las que parece difícil escapar, y son muchas las “exigencias” que el mundo actual nos impone. Pero atención, estas pseudo-exigencias están fuera de lugar y de tiempo. Ahora, atentan contra las necesidades del bebe y nuestras necesidades más genuinas, que son aquellas que podríamos -con esfuerzo- aprender a escuchar.
El bebe y el reflejo de succión
El reflejo de succión es muy poderoso en el recién nacido. Pero, sin estimularlo, el bebe lo irá perdiendo.
La distancia física atenta contra la lactancia, no son ciertas las frases como: “Si está a upa se va a mal acostumbrar” o “el bebe no engorda”. Lo que necesitará es más contacto corporal, más pecho, más seguido, a menos que en la consulta el pediatra indique otra cosa.
El bebe alimentado a pecho recibe el más completo de todos los alimentos, así como apego y protección. Esto lo ayudará a desarrollarse seguro, independiente.
Además de apaciguar el hambre, el pecho materno calma al bebe, porque así como en el útero todo era movimiento, sonidos y seguridad, ahora son los brazos de mamá los que dan tranquilidad y seguridad al bebe.
El valor de la lactancia
La lactancia favorece y fortalece la relación de afecto entre la mamá y el bebe, contribuyendo al desarrollo de niños capaces, seguros y emocionalmente estables.
La leche materna está naturalmente diseñada para cubrir las necesidades del bebe -por esto se digiere con mayor facilidad que cualquier otra-, es segura, higiénica, y el bebe recibe factores de protección -anticuerpos- que lo defienden de las enfermedades
más comunes. Regalémosle a nuestros bebes nuestra disponibilidad, nuestro tiempo, nuestro amor, junto con todo lo que nos sucede en cada etapa, que así como pone nuestro mundo patas para arriba, nos brinda la posibilidad de conocernos en este nuevo rol de “ser mamás” y conocer y sentir más acerca de “este amor incondicional” que crece día a día en contacto con nuestro hijo.