[button link=»» color=»bordeaux» icon=»» size=»medium»]ARTE[/button] Antonio Berni en el Malba
Los personajes míticos de Antonio Berni son los protagonistas indiscutibles de la exposición, pero también lo son ciertos aspectos de esa Argentina postindustrial que ellos señalan, como la migración a la ciudad, la marginación y la inequidad.
LORIS MARÍA BESTANI | PERIODISTA | LORISBESTANI@GMAIL.COM
[dropcap]J[/dropcap]uanito Laguna y Ramona Montiel coparon el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires. Se instalaron en la planta baja, y también lo hicieron en el primero y el segundo piso. Vinieron de varios rincones del planeta, como Bélgica, España y Uruguay, pero pasaron antes por Houston y Phoenix en Estados Unidos. Juanito y Ramona, los personajes míticos de Antonio Berni (Rosario, 1905 – Buenos Aires, 1981), son los protagonistas indiscutibles de la reunión, pero también lo son ciertos aspectos de nuestro país postindustrial que ellos señalan, como la migración a la ciudad con la consecuente marginación, la inequidad de oportunidades para los habitantes de la periferia en general y para la mujer en particular.
Juanito y Ramona
«Antonio Berni: Juanito y Ramona» reúne unas 150 obras entre óleos, ensamblajes, grabados y esculturas. Refleja un momento puntual de la Argentina -concomitante con el del artista ganador del Gran Premio de Grabado y Dibujo de la XXXI Bienal de Venecia- y denuncia una brecha social que tiene tal vigencia hoy, que la hace cabalmente contemporánea. Por otro lado, hay en la obra de Berni cierta especificidad argentina que en algún momento lo privó de tener mayor proyección internacional y que hoy conduce al espectador a reconocer en el «adentro» del Malba parte del «afuera» de la ciudad.
Juanito es un niño que nació en la imaginación de Berni. Se trata de «un chico pobre, pero no de un pobre chico» en palabras del propio artista. Según Berni, «no es un vencido por las circunstancias sino un ser lleno de vida y esperanza, que supera su miseria circunstancial porque intuye vivir en un mundo cargado de porvenir”. De tez oscura y padre obrero metalúrgico, Juanito vive en una villa miseria del Bajo de Flores y pasa la mayor parte del tiempo jugando en la 
calle. Berni lo acompaña en su crecimiento y permite que el visitante lo espíe incluso cuando, ya de más grande, Juanito comienza a trabajar. Por su parte, Ramona es una joven costurera, hermosa y atractiva que, seducida por la ilusión de una vida de lujo, cae en la prostitución. Berni se inspira en el personaje de una corista de un cabaret francés al concebirla durante su estadía en París.
Luego de crear a Juanito y a Ramona, Berni no los abandona más. Al retratarlos en grabados y ensamblajes, el maestro rosarino no respeta la cronología de sus vidas: por ejemplo, hizo a Ramona bebé luego de haberla representado como adolescente. El artista explicó en una oportunidad el porqué de sus collages.
Cuando la pintura tradicional le mostró el límite para expresar ciertas realidades del niño y la mujer, tuvo que recurrir a otros materiales como complemento. Así, para la obra de Juanito sumó al óleo o al grabado de base materiales de desecho como latas, gomas, maderas rotas y quemadas, y telas de jeans, todos elementos propios del verdadero entorno del chico. Para Ramona eligió encajes, botones, lentejuelas y plumas -ostentosas fantasías de la mujer mundana de la Belle Époque- que el artista recogía en el mercado de pulgas de Saint Ouen-Clignancourt durante su vida parisina. Cerca de su muerte, en 1981, Berni tuvo la felicidad de ver a sus criaturas transformadas en leyenda popular.
La exposición
La muestra «Antonio Berni: Juanito y Ramona» se exhibió primero en el Museum of Fine Arts de Houston (MFAH), y llega con el aval de una co-curaduría de lujo: la portorriqueña Mari Carmen Ramírez y el argentino Marcelo Pacheco. Ramírez es reconocida en el mundo entero como la mujer de la varita mágica en lo que a consagración de arte latinoamericano respecta; Pacheco fue el curador en jefe del Malba entre 2002 y junio de 2013. Las obras incluidas en la exposición fueron realizadas entre 1958 y 1978 y son en su mayoría ensamblajes y grabados de distintos tipos (presentados en varios casos con los tacos que sirvieron como matrices a su lado). Algunas obras son de gran formato, otras son más pequeñas; todas manifiestan una riqueza desbordante de materia, color, expresividad y densidad. Por eso conviene ir al Malba descansado para poder apreciar si no la totalidad, la mayoría de lo expuesto.
Temas y personajes
En la primera sala de la muestra están todos: Juanito en diferentes momentos de su cotidianidad (junto a su familia, en Navidad, aprendiendo a leer); Ramona con su máquina de coser, fantaseando en plena luz del día y ya en el cabaret; y los monstruos que acechan a la corista. La segunda sala está dedicada a Ramona y exhibe mayormente grabados y al final de la exposición, en la planta baja, retoma la posta un Juanito mayor en el formato de ensamblajes.
Planteos como la desigualdad, la legitimidad de los sueños, la vanidad de la ilusión y la belleza a secas pueden desestabilizarnos. El corpus de Berni impacta e importa. Conforma un sistema que ilumina cada unidad, otorgándole un nuevo valor.
En esta exposición, más es más. Más información, como contenida en los carteles explicativos, es más riqueza de la experiencia berniana; más materia en la obra es, sin duda, más obra; y más experimentación por parte del artista -y la hay copiosamente en los ensamblajes y los grabados- es más sutileza en los resultados.
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ANTONIO BERNI EN EL MALBA
Primera exposición de Antonio Berni (Rosario, 1905 – Buenos Aires, 1981) que presenta en forma exhaustiva a sus célebres series de Juanito Laguna y Ramona Montiel e incluye a los monstruos de sus pesadillas.
Producida en forma conjunta por el Malba y el Museum of Fine Arts de Houston –como parte del acuerdo de colaboración que ambas instituciones mantienen desde 2005–, la muestra reúne un conjunto de 150 obras (pinturas bidimensionales, grabados, xilocollages y xilocollage-relieves, ensamblajes y construcciones polimatéricas), creadas entre 1958 y 1978, cedidas por la familia del artista y por 25 colecciones públicas y privadas de Argentina, Uruguay, Estados Unidos, España y Bélgica.[/notification]