José Luis Acevedo es el presidente de Jóvenes Empresarios de Córdoba, su historia es un canto a la esperanza, a la confianza, al esfuerzo. Lo escuchamos.
Por Dra. María Amalia Caballero – periodista – direccion@sembrarvaloreslores.org.ar – @mariaamalia.caballero.9
Con el Senado de la Nación como fondo y acompañado por expertos en el panel, José Luis Acevedo con la frescura de sus treinta y pocos años se larga a contar su historia.
Yo vivía en un barrio de clase media baja en Córdoba, sé lo que es tener en la heladera una jarra de agua y un limón. También me acuerdo de haber preguntado a mamá por la noche, ¿qué cenamos hoy? Y su respuesta llena de cariño con un: no, querido, hoy no. Pensaba que mamá no había tenido tiempo para cocinar, no sospeché que no había con qué cocinar. Iba a una escuela pública que quedaba tan cerca de casa que llegaba en ¡medio minuto!
Mamá, ¿qué cenamos? -Hoy no querido.
A los 16 años empecé a trabajar cuatro horas para poder terminar el secundario y hacer frente a las necesidades de la familia. Después empecé a estudiar para contador, pero me dí cuenta que yo no quería ser contador y por eso dejé la facultad.
Los sueldos de mi hermano y el mío eran el sustento familiar
Durante ese tiempo, papá se quedó sin trabajo entonces, los sueldos de mi hermano y el mío eran los que entraban en la casa para el sustento familiar. Un buen día, les dije a mis padres que renunciaba al trabajo porque iba a realizar mis propios emprendimientos. La decisión fue muy cuestionada pero, ya estaba tomada. Hoy pude darles una casa a mis padres, a mis hermanos y a mi propia familia.
Con Gisela mi mujer tenemos dos hijos, Bautista de 7 y Francesca de 5 además, rescatamos de la calle a “negrito”, nuestro perro.
José Luis es el presidente de la Asociación de Jóvenes Empresarios de Córdoba que está generando desde las empresas la creación de puestos de trabajo y cuestiones positivas vinculadas a la calidad del empleo.
Y, ¿el Fantasma?
La constructora de la que es co-fundador es el “Grupo Canter”. José Luis nos anuncia que hay una historia detrás y nos falta tiempo para preguntarle:
–Desde el comienzo, cuando hablábamos de este proyecto solíamos recordar al fantasma de Canterville, nos parecía que siempre andaba por ahí y que tenía mucho que ver con nuestro trabajo.
–Llegó el momento de la inscripción de la empresa y nos rebotaron la marca que habíamos elegido, continua, entonces, presentamos una larga lista de opciones, alguna tenía que entrar. Con un toque de humor quisimos honrar al fantasma y propusimos: Grupo Canter, gran sorpresa, ese nombre fue el que quedó.