La familia es el espacio para nuestra realización personal pero, ¿por qué a esta generación no le interesa ?
Por María Lescano – Periodista
Es así, al menos hasta el momento, todos hemos llegado al mundo por una unión de gametos masculinos y femeninos que generaron una nueva vida: la persona que somos, los que hoy estamos aquí. ¿Se viene el ser humano tecnológico?
Vos y yo transitamos situaciones extremas, hemos sobrevivido a una pandemia, hemos sobrevivido a un encierro forzoso, hemos despedido a seres queridos, tal vez sin poder acompañar ni abrazar.
Somos una generación de sobrevivientes. Hemos experimentado en carne propia que en las situaciones límite, el amor y el cuidado hasta la heroicidad llegan de la mano de la familia. Sin embargo, ¿a cuántas personas de esta generación realmente les interesa la familia?
Por eso estamos acá con el sociólogo Dr. Alejandro Piscitelli, compartiendo y preguntándonos:
¿Qué nos pasa?
Si bien no todas las familias son iguales o, mejor dicho, no existen dos familias iguales, comprobamos que cuando hay familia y una “buena” crianza, las personas salen mejor paradas a la vida, en cambio, donde este contexto falta, hablamos de resiliencia.
Como matrimonios, como padres, como hijos, como hermanos, que somos… elegimos considerar algunas características de nuestra sociedad para encontrar razones y caminos nuevos.
Empezamos por la mujer que en la sociedad de consumo que “habitamos”, muchas veces es vista y tratada como un objeto, promocionada como tal, “autopercibida” de esta manera en su afán de agradar, ¿a quién?
Es difícil diferenciar el pensamiento propio del mandato social.
Por otro lado, el hijo es considerado como una carga, una limitante en el desarrollo personal, económico o profesional.
¿Me pregunto cuántos de los que estamos hoy en el planeta tierra se sienten así?, es probable que alguien levante la mano pero, ¿existe la estadística mundial que lo demuestra? Para todo necesitamos números pero, hay “verdades” que son impuestas culturalmente y es difícil diferenciar el pensamiento propio del mandato social.
Después de la llamada sociedad de la información, las redes “nos han convertido” en generadores y difusores de información e imagen. Tenemos en nuestras manos, las herramientas para constribuir la ansiada “realización personal”… o para exponer una imagen, falsa o -al menos- incompleta.
Características 2023
- dividualismo: Hemos pasado del individualismo al dividualismo, nos explica Piscitelli. Es el individualismo compartido o cohabitado: puede ser un encuentro entre amigos, en pareja, en familia pero cada uno de ellos está pendiente de su celular, los mensajes, las fotos, tik tok, entonces ¿estoy con quien estoy?
¿Estoy con quien estoy?
Somos dos, somos varios pero cada uno está dividido en «sus» múltiples ámbitos. Para llevar más allá el ejemplo, el profesor destaca que incluso la pantalla que cada uno mira también está dividida. No somos capaces ni siquiera de atender una cosa a la vez.
2. La separación entre unión sexual y procreación nos llevan a hablar del hijo tecnológico, o sea una persona que llega al mundo cuyos vínculos no son reales. Y Podemos llegar a preguntarnos a este chico ¿quién lo creó?
La intimidad familiar es indispensable
3. Aunque parezca que no, los cambios institucionales van cambiando nuestra concepción del mundo. Por ejemplo el matrimonio, la unión de la pareja ha dejado de ser una institución social para convertirse en un pacto privado, íntimo y gratificante, el resultado, afirma el profesor, lleva la relación a una pérdida de reciprocidad para convertirse en una dependencia de dominio en cuanto a la satisfacción circunstancial y emotiva.
Familia, sexo y población
Con estas características la pareja generativa, en la cual cada uno aprende del otro y se brinda para ser un “nosotros” donde el todo es más que la suma de las partes, pasa a ser simplemente una unión “agregativa”.
En este contexto, se ha dado en llamar a los adultos como la “generación masiva”, los nacimientos disminuyeron drásticamente en el mundo occidental, porque las comunidades judías y musulmanas siguen teniendo hijos.
Datos “duros” del sociólogo
Algunas encuestas dicen que a los adolescentes de entre 16 y 18 años no les interesa la familia y que en Argentina la mitad de las mujeres de 18 años no quieren ser madres.
La pregunta obligada es ¿qué más vamos a hacer? Rápidamente llega la propuesta del incentivo, sin embargo, ese camino no es efectivo en los países que se aplican.
La decisión de tener o no tener hijos es cultural
¿Por qué? Porque la decisión de tener o no tener hijos es cultural, no depende de incentivos. Los musulmanes y los judíos, las poblaciones africanas siguen teniendo hijos.
El hijo, afirma el sociólogo, Dr. Alejandro Piscitelli es el fruto del amor gratuito que se da en la familia. Entonces, qué se puede hacer, ¿cambiar las leyes o trazar estrategias?
Su propuesta es ayudar a las familias, a su estabilidad… Son caminos de largo plazo, agrega.
*En el Instituto del Matrimonio y la Familia. En la UCA, junto al Dr. Alejandro Piscitelli.