Durante las vacaciones es más frecuente que convivamos distintas generaciones. Padres, hijos, abuelos, primos, amigos… coincidimos en la misma casa, el mismo complejo… cada uno con sus situaciones muy dispares.
Además, por distintas razones la convivencia multigeneracional se está dando en la vida habitual de muchas familias.
Autora Mariuqui Magrane – Asesora familiar @mariuquimagrane
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Por eso la pregunta es ¿se puede compartir y llevar una vida feliz?
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Soy abuela, me gustaría que me ayudes a entender a la juventud y sus nuevas costumbres.
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El ser humano, querida y sabia abuela, no es diferente al que lo fue en tu juventud. Centrate en la persona de cada uno de tus nietos, de los jóvenes que tenés a tu alrededor.
Las costumbres cambian. Las ropas y formas de comunicarse han cambiado mucho. Sin criticarlos, para conocerlos mejor y llegar a comprenderlos, haceles preguntas sobre sus intereses, sus valores.
Podrás ayudarlos a pensar acerca de la misión que tienen en la vida, más allá de las costumbres culturales.
Las abuelas tenemos un especial «poder» -mejor sería decir «encanto»- para hablar con sencillez de cosas profundas.
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Estas vacaciones he visto muchas, familias con cuatro hijos o más… y lo pasaban muy bien, a pesar de tener que armar picnics y trabajar bastante.
Siempre pensé que tener varios hijos te priva de la posibilidad de divertirte, pero esta experiencia me hace dudar.
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Pienso que lo pasan muy bien porque hay generosidad y “espíritu de familia”. Quizás algún hijo/a no tiene ganas de hacer el mismo programa, pero se le enseña a compartir, a pensar en los demás, a preparar la comida para todos…
Y por eso los ves divertirse ¡mucho! Seguramente, más que algunos adultos que pensaron en pasarla bien ellos solos, y tal vez cada uno de ellos.
Yo también, estas vacaciones, disfruté viendo familias grandes divertirse a pleno.
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[dropcap]P[/dropcap] ara la convivencia intergeneracional, cada vez más frecuente en las familias y como una situación que se extiende más en vacaciones, mi propuesta para hoy es que promovamos los buenos hábitos, pero ¿qué son?
Un dato más, estos hábitos se comparten en familia, cuando se trata de familias ensambladas, si poco a poco vamos coincidiendo en estos hábitos hacemos la vida más fácil y grata para todos, aunque procedan de costumbres diferentes.
Los buenos hábitos son costumbres, acciones, que de tanto repetirlas se convierten en parte de nuestra rutina, nos salen bien sin pensarlas y ya sin esfuerzo. Son buenas prácticas que nos construyen y traen orden, seguridad social y familiar. Con ellos van a convivir sanamente.
Son necesarias para la vida de tus hijos; les ayudarán perfilar su personalidad a medida que vayan creciendo y haciéndose cargo de sí mismos .
Es ideal que algunas rutinas las compartan padres e hijos.
Necesitamos serenidad y buen humor, aunque pueden significar un esfuerzo diario, por eso para lograrlo se requiere usar la creatividad y quizás a través de juegos, premios, etc.
Nuestra experiencia personal nos muestra que es difícil cambiar malos hábitos cuando somos adultos esto nos ayuda a ser cariñosamente perseverantes con los hijos.
Es mejor arrancar desde bien chicos, inculcar los buenos hábitos de a poco, conociendo las posibilidades de cada uno de acuerdo a su edad. No pierdas de vista que estás desarrollando también sus capacidades.
Acá te sugiero algunos hábitos que les ayudarán enormemente.
Hábitos sociales:
Saludar, pedir por favor y decir gracias, respetar a los mayores y a los discapacitados.
Hábitos de higiene:
Bañarse diariamente, comer con la boca cerrada, lavarse los dientes, no lanzar flatulencias en público, taparse la boca al estornudar, cambiarse la ropa interior y ponerla a lavar (cuando crezcan ya podrán lavarla ellos).
Hábitos personales:
Comer saludablemente, respetar la hora de comer, la de jugar, la de dormir, el horario para los juegos digitales o cualquier pantalla. Guardar sus juguetes.
LOS BUENOS HÁBITOS SON COSTUMBRES,
ACCIONES, QUE DE TANTO REPETIRLAS
SE CONVIERTEN EN PARTE DE NUESTRA RUTINA,
NOS SALEN BIEN SIN PENSARLAS,
SIN ESFUERZO. VAS A CONVIVIR SANAMENTE.
Y tantos más que no entran en esta consulta.
¿Sabías que el cerebro tarda 21 días en fijar algo como rutina? Así que: paciencia. Las vacaciones te brindan esa oportunidad.
Gracias por darme la oportunidad de explicar la importancia y necesidad que tienen para ser mejores seres humanos el educar en buenos hábitos. Confiá mucho en tus hijos.
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