9Nos desconcierta este desafío, conocer nuestro cerebro ¿nos hace felices? Cómo, por qué.
Luz Molina Pico de de las Carreras, psicopedagoga. luzmpico70@gmail.com @luzmpico
A principio de año propongo a mis alumnos plantearse un desafío que tenga que ver con algo que nunca antes se animaron a hacer, eso que saben que es bueno para ellos. Y les digo que, mientras vamos estudiando la materia, evalúe cada uno cómo va en su reto personal.
El que logra su objetivo tiene la materia aprobada, claro que esto lo comunico al final del curso y comprueban que alcanzaron algo mucho más meritorio: la certeza de un aprendizaje valioso para su vida. ¿Por qué? Porque hizo una “nueva conexión sináptica”, es decir, una conexión de neurona a neurona.
¿Por qué este logro?
Al salir de su territorio conocido, de su zona de confort, manejando el miedo, la angustia o la emoción que estaba detrás de esta situación, se animaron a pensar de otra manera.
A nuestro cerebro le gusta manejar lo conocido, lo seguro pero, al hacer cosas nuevas y “arriesgarnos”, nos hacemos más inteligentes, más creativos y nos desarrollamos en todo sentido, se beneficia nuestra autoestima, confianza y seguridad.
¿Más felices?
Mis alumnos del terciario, donde doy clase, a fin de año cuentan sus experiencias: Carlos empezó a manejar y Nicolás, mientras rendía los exámenes finales, se animó a ir a vivir solo: “aplicando lo aprendido, me desafié a mí mismo y pude”.
¿Qué hay detrás de cada testimonio? “Gracias a lo aprendido pude, a nivel personal, tomar decisiones que me daban miedo, pensaba que no iba a poder” y escucho una y otra vez la palabra: miedo, miedo, miedo.
Yo también me escucho en las palabras de mis alumnos, frente a las distintas situaciones en que la vida me desafía, que me implican romper con el territorio de lo conocido. A decir verdad, a veces la vida me las plantea y otras descubro que son auto impuestas.
¿Cómo funciona el cerebro?
Gracias a la NEUROPLASTICIDAD, nuestro cerebro tiene la capacidad de modificarse haciendo nuevas conexiones sinápticas. Y mis alumnos, a través del estudio, comprenden cómo funciona nuestro cerebro y cómo aprendemos.
Aprender y cambiar: todo lo que aprendemos se relaciona con nuevas conexiones sinápticas, nuestras neuronas tienen posibilidades infinitas y nunca es tarde para empezar, para aprender algo nuevo, para mejorar y dejar de hacer aquello que sabemos que nos hace mal.
Las conexiones sinápticas
Cada día trae nuevos desafíos, cómo los pensamos y los concretamos o no, depende de nuevas conexiones sinápticas.
Cómo pensamos lo que pensamos y cómo manejamos las emociones que cada situación nos genera, cómo cuidamos a nuestro cerebro con el ejercicio físico y la alimentación adecuada, con el descanso y con el proponernos desafíos cognitivos que nos hagan esforzar o salir de la comodidad.
Con impacto positivo
Al comprobar este impacto es positivo, nos surge conversar y estudiar el tema. Me atrevería a decir que muchos sufrimientos se relacionan con “conexiones sinápticas” que podemos modificar al cambiar la manera en que pensamos las cosas (nuestro cableado interno). Por esto, conocer y entender nuestro cerebro nos ayuda a re pensar, a no tomar las cosas como “dadas”.
Es ahora
Llega el momento de pensar cómo estamos pensando, de proponernos desafíos para desarrollar la creatividad y mejorar la autoestima.
Son muchas las cosas que vienen de la mano de conocer nuestro cerebro y sus posibilidades.
Las Neurociencias, con sus aportes, nos dan una herramienta muy valiosa que está al alcance de nuestra mano. Como padres, como adultos responsables, seguimos aprendiendo y pensamos en la educación de nuestros hijos con esta mirada.
¿Cuál es el desafío que me propongo este año?, cuál es el de cada día, en lo chico o en lo grande.
Aprendamos más sobre nuestro cerebro para ser más felices cada día.
Me encantaría que me cuentes tu desafío: luzmpico70@gmail.com
Para conocer más: Facundo Manes, Usar el cerebro, Estanislao Bachrach, Agilmente, entre muchos otros.