La propuesta consiste en organizar un zoom, videollamada, lo que quieras, se tienen que encontrar el niño o el joven que fuiste con el adulto que sos.
Por Felipe Yofre, Presidente de Protege tu Corazón. felipe@escyofre.com.ar
¡Qué bueno sería que se diera una conversación entre ese joven que fuimos, lleno de sueños, deseos y fuerza, con los pulmones repletos de oxígeno y de vida y este adulto, maduro y prudente, aunque tantas veces dentro de una cómoda mediocridad.
¿Estarás lleno de excusas, de culpas ajenas que han impedido que el mundo conociese lo que realmente teníamos para aportarle?
¿Estarás lleno de excusas, de culpas ajenas?
Mirá si nuestro joven interior podría acusarnos de traidores, o de expertos en quejas con el pretexto de que estamos viviendo estos tiempos tan malos. Tal como te decía en mi nota anterior, “vivir debería tener una porción grande de cosecha de sueños sembrados”.
Sincerate
Busca al niño que hoy te reclama haberlo traicionado; pedile perdón, porque seguramente tiene razón, lo hemos traicionado, y pongámonos a iluminar con todo el corazón abierto sin egoísmos y sin tierra en los rincones.
Iluminar con todo el corazón abierto sin egoísmos y sin tierra en los rincones.
Cuando los adultos echamos culpas a las adversidades de la vida para justificar nuestro corazón vacío, nos estamos engañando a nosotros mismos. Nuestra propia mediocridad nos lleva a ese lugar, del cual es imperioso salir.