Calcuta fue una experiencia Trascendental

Felipe Yofre es uno de nuestros columnistas habituales. Esta vez cede la palabra a su hija Guadalupe (25).  Ella estuvo en Calcuta un par de meses trabajando con las hermanas.

Testimonio de Guadalupe Yofre – Diseñadora *

Cuando tenía veintidós años estuve un mes y medio en Calcuta. Fui con unos amigos que trabajábamos en grupos de Acción Católica Buenos Aires.

 Yo ya venía un poquito en la búsqueda personal de encontrarme con Dios. Creo que fue un una respuesta de ese llamado de Dios hacia mi corazón, pero principalmente con ganas de encontrarlo a Él. La Madre Teresa decía que veía tan palpable a Jesús en el pobre, en el sufriente, en el dolido. Y yo sabía que iba a poder encontrarme con Jesús en ese corazón abandonado, triste, sólo.

En la búsqueda

Realmente, no sólo me encontré con un Jesús en ese corazón abandonado y sufriente, sino que me encontré con un Dios increíblemente vivo en las hermanas, en lo que la Madre Teresa construyó en esa Congregación inmensa, gigantesca de verdad.

La pobreza era impresionante, uno salía del hotel (muy sencillito) donde dormíamos todos y era “normal” encontrarse a gente tirada en el piso. Una tarde estaba una persona tirada en el piso y cubierta de bichos. Aunque parecía que estaba muerta, intenté despertarla.. Después de tirarle mucha agua en la cara logramos despertarlo y llevarlo a una de las casas donde las hermanas acogen tantas personas. También es “normal” encontrar por la calle personas desnutridas y con muchísimas heridas.

Me tocaba ayudar en una casa que se llamaba Prendam**, era de mujeres, todas tenían alguna dificultad o enfermedad particular. En esta cultura es común encontrar mujeres con todo el cuerpo quemado por sus maridos o por otra persona.

Mientras le daba de comer a una de las señoras había otra mujer para ingresar. Estaba totalmente cubierta de suciedad, no se le podía ver la piel por la capa que tenía encima. No sé hace cuánto tiempo que no probaba bocado ni tocaba un poco de agua para bañarse. Ella, Tal vez, por tanta suciedad y abandono, estaba ida, era muy difícil tener un diálogo, poder conversar. Me tocó bañarla, y fue realmente impresionante.

Uno pasa el límite

Uno pasa el límite, por así decirlo, del asco, uno ya no tiene asco sino que es otra sensación. Es una sensación como de querer salir a salvar al otro, de ponerse en su lugar. Y era entonces, cuando, realmente, yo sentía que era el instrumento que Dios utilizaba para mostrarle que no la estaba abandonando. Hasta el peor momento, la peor situación, Dios no quería abandonarla y mandaba a uno de sus hijos para estar con ella. Esa era la sensación que generaba estar ayudando ahí.

Yo creo que una de las cosas más lindas que nos dejó la Madre Teresa para reflexionar o llevar a cabo nuestro día a día es poder llevar la Santidad al mundo que hoy nos toca. La Madre Teresa no nos incentivaba a nosotros a ir a Calcuta a hacer el acto de caridad que ella hacía. Nos incentivaba a hacer el acto de caridad en el lugar donde estamos. Entonces, dejar nuestro corazón, dejar nuestra vida por amor a Dios en las personas que nos rodean hoy.

Después de Calcuta

¿Qué cambió en mi vida después de Calcuta? Externamente no cambió nada, pero cambió mi perspectiva de la vida. Fui más consciente de lo bendecida que soy, de todo lo que tengo no sólo en lo material y, especialmente en los vínculos, mis padres, mis hermanos, mis amigos… lo damos por obvio y no es tan así. Volví muy agradecida

Esta perspectiva de gratitud, me hace consciente de que todo es “extra”. Es una experiencia que toca honda, una experiencia trascendental. Si bien muchos del grupo ya fueron varias veces y dos ingresaron en la comunidad de las Hermanas de la Caridad, el mensaje puede plasmarse de distintas maneras. Es el mensaje de la santidad.

A vivir la caridad donde estamos en cada momento. Ver persona vulnerable como quien es, una persona muy valiosa. Misionar es hacerse pobre con el pobre, agacharte a la empatía, no creerme más que nadie. La solidaridad es algo muy bueno pero también en el trabajo, en el estudio, con los amigos

Se trata de hacer feliz a quien este con vos, que se vaya un poquito mejor.

*Guadalupe Yofre se casó un año y medio después de su experiencia en Calcuta, tiene un bebé de 6 meses.

**Prendan la casa de las ancianas.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *