[button link=»» color=»green1″ icon=»» size=»small»]CHIQUITOS[/button]
Según las neurociencias, el mejor período para inculcar a los chicos el hábito del orden es hasta los cuatro años. Con pequeños pasitos podemos ayudarles a adquirir una práctica que les servirá para toda la vida.
CLARA NAÓN DE ABERASTURY | ORIENTADORA FAMILIAR | CLARANAON@GMAIL.COM
FOTOS PILAR TAVELLI
Desde que nace el bebé, los padres, casi sin darnos cuenta y sin gran esfuerzo, vamos educándolo en el orden; cuando le ponemos un horario para dormir, otro para las comidas, cuando cuidamos que siempre esté limpio cambiándolo todas las veces que sean necesarias, y podríamos seguir enumerando acciones que favorecen el desarrollo de este hábito positivo.
Sin embargo, tanto la Dra. Fagiacone, experta en neurociencias y el Dr. Fernando Corominas promotor principal de la teoría aplicada a los períodos sensitivos, coinciden en que hay una edad en que el niño está mejor dispuesto para adquirirlo con mayor eficacia.
Período Sensitivo del Orden
De acuerdo con los descubrimientos hechos desde las neurociencias, como nos comentaba Figiacone en Sembrar Valores N°66, hay unos momentos llamados períodos ventana en los que la persona está particularmente receptiva para determinados aprendizajes.
A su vez, Fernando Corominas, educador español, en su libro Educar hoy afirma que el aprendizaje realizado durante el Período Sensitivo que le corresponde se lleva a cabo de forma natural, deja huellas positivas en las células cerebrales y, con un nivel bajo de esfuerzo, se obtienen resultados
altos.
Entre el año y hasta los tres es más fácil conseguir que los chicos guarden sus juguetes en el mismo lugar o tengan su ropa y zapatos ordenados.
Si jugamos con ellos repetidas veces a colocar las cosas en el “mismo lugar” y en el “mismo orden” cuando lleguen a aprenderlo, ellos mismos van a disfrutar colocando las cosas en su sitio y tenderán a mantenerlo. Lo harán como un juego.
Podríamos decir que hasta los cuatro o cinco años es el período sensitivo del orden. Si nosotros aprovechamos esas edades, nuestra tarea será más fácil y el resultado seguramente será mejor.
Obviamente esto no significa que pasado este período estemos impedidos de inculcarles este hábito positivo, ya que, con su inteligencia y voluntad, pueden aprender de todas maneras, pero será con mayor esfuerzo por parte del educador y del niño.
La importacia del orden
El orden y las rutinas tienen un valor preponderante para la salud de la familia. Las rutinas proporcionan seguridad.
Un chico que aprende a ser
ordenado a estas edades, en el
futuro será una persona adulta
organizada con su trabajo y con
su tiempo, con las ideas claras y
capacidad para planificar.
Cuando en la casa hay un horario que, siendo flexible, se cumple,los chicos se sienten más contenidos y esto les proporciona seguridad y confianza en sí mismos; la vida se torna previsible. Podemos mencionar algunas de las ventajas que surgen de que haya orden en la casa, especialmente cuando hay niños: se encuentran las cosas con más facilidad, el ambiente es más agradable para convivir, se pierde menos tiempo, se limpia más rápido y mejor, se evitan accidentes y momentos de tensión, entre muchas otras.
Pero, sobre todo, un chico que aprende a ser ordenado a estas edades, en el futuro será una persona adulta organizada con su trabajo y con su tiempo, con las ideas claras y capacidad para planificar.
A guardar, a guardar
Los chicos aprenden por imitación; si nosotros empezamos a cantar y a ordenar ellos enseguida se van a enganchar y lo van a hacer como un juego. El cantito “a guardar, a guardar” tiene un ritmo que les da tiempo para ir guardando. Al principio les puede parecer muy difícil, pero al ver que, con nuestra ayuda, lo van logrando, se van a sentir capacitados para hacerlo solos, y el guardado será parte del juego, no una imposición relacionada con «esto se acabó», que haría desagradable el valor.
Por lo tanto, además de enseñarlo conviene proporcionarles la posibilidad de ser ordenados. Los chicos tienen que saber que cada cosa posee su sitio y así el orden adquiere una lógica. Los autitos van en el cajón amarillo, las muñecas en el estante, los libros van por tema y ordenados de mayor a menor.
En la vida cotidiana
El orden de las cosas materiales se replica en el resto de la vida del niño y deja su huella para la persona adulta. Se come sentado en la mesa a la hora de comer, con los cubiertos, primero la comida y luego el postre. Se acuestan a la misma hora, la ida a la cama tiene una secuencia que se respeta: después de comer se lavan los dientes, se acuesta cada uno en su cama, rezamos juntos, a lo mejor les leemos un cuento y ya saben que luego “toca” dormir.
Finalmente, también se puede educar el respeto por el otro, ya que al tener las cosas ordenadas estoy respetando a los demás. Por ejemplo: «Dejo el baño después de bañarme igual que como lo encontré para que mi hermano lo encuentre prolijo» o, «si guardo el rompecabezas no se va a perder».
Por lo tanto, el orden facilita la convivencia y la organización familiar y en definitiva, nos hace la vida más fácil.
[notification type=»success» title=»»]
LOS JUGUETES
Algunas de estas ideas ayudan a los padres a facilitar el cultivo del orden en los más chiquitos.
∗ Cuando los niños son pequeños necesitan canastos grandes para guardar los juguetes, para que les resulte fácil embocar. No olvidemos que están en pleno desarrollo de su motricidad.
∗ A medida que los chicos van creciendo, los juguetes van siendo de menor tamaño, por lo tanto las cajas pueden ser más chicas.
∗ También es conveniente que las cajas sean transparentes o de diferentes colores, o que tengan una foto de lo que tienen adentro para poder identificarlas y de esa manera los chicos puedan elegir con qué jugar.
∗ Ayuda la clasificación por categoría: una caja para las muñecas o su ropita, otra para los ladrillos, otra para los súper héroes.
∗ Se usa una caja por vez y no se saca otra hasta no haber guardado la anterior. Así las cosas no se mezclan ni se pierden. Recordemos siempre el sentido positivo de estas pautas.
∗ Las diferentes cajas tienen un lugar asignado y hay estantes para guardar los juguetes que no entran en ellas.
[/notification]