Agradecemos esta colaboración a nuestra seguidora: María Elena Bertorelo – Educadora*
Dos años de pandemia y encierro son una marca muy fuerte en la sociedad y, especialmente, en los adolescentes . ¿Qué hacer?
Volví muy contenta al colegio para reencontrarme con mis compañeras a quienes, entre las vacaciones y la pandemia, hacía tiempo que no las veía.
El primer día, dos de ellas me dieron la espalda y se fueron caminando como si no me hubieran visto. Yo no las llamé porque me quedé cortada, no entendí qué pasaba.
En otro momento en que creía que estábamos las “más amigas”, empezaron a hacer comentarios de alguien, no me incluían, y se decían: “después te cuento”.
En el patio, durante un recreo, una me empezó a empujar y después me pisaba sin dejarme mover.
Yo aguantaba todas estas cosas porque no quería quedarme afuera del grupo.
Después de un par de semanas con este tipo de experiencias, me alejé del grupo. Y me animé a contarlo.
El resultado es que esta niña, se aisló del grupo, sufriendo una gran angustia, sintiéndose «desterrada». Permanece en el colegio, porque lo ama y apuesta a construir.
Permanece en el colegio, porque lo ama y apuesta a construir.
Historias como estas me llegan, por distintos lados, tanto desde familias, instituciones, colegios, espacios virtuales, WhatsApp, Instagram, discusiones en los medios.
Evidentemente, hay un clima de mucha agresión, tanto física como verbal, en niños, adolescentes, jóvenes, adultos y ancianos.
Bullying
El bullying, que están padeciendo chicos, chicas y adolescentes genera dolor, angustia y, en ocasiones, angustia severa. Yo soy educadora y mamá, pero eso no me habilita a diagnosticar y no lo voy a hacer. Elijo hablar desde mi formación y experiencia, porque necesito advertir a padres y docentes: que miremos con ojos enormes lo que sucede en las escuelas, lo que sucede en los grupos de amigos, lo que sucede con nuestros hijos.
Diálogos profundos, sin prisas… continuos, no todo “sale” en la primera vez
El diálogo con ellos necesita ser más profundo, sin prisas… continuo, no todo “sale” en la primera vez.
Marcas de guerra
A veces, comparo este tiempo, con el de una guerra, las guerras dejan secuelas que duran años… Parece que ya pasó la pandemia, pero la pandemia no pasó, quedan sus efectos.
Tuvimos un año y medio o dos de un encierro que nos ha cerrado procesos de comunicación, que han obturado el flujo de crecimiento social, de vinculación.
Es tiempo de estar atentos, si vemos a nuestros chicos con angustia, con angustia severa, ahondemos en lo que sucede porque muchos de ellos se encuentran solos o se sienten solos.
Y, a veces, realmente están solos porque el grupo de pares, por algún motivo que a ellos también les puede suceder, abandonan, son elitistas, son sectarios y dejan gente afuera, quedan como perdidos seleccionando quiénes pueden ser parte del grupo, de la foto de cada año, y quiénes “deben”, aunque sea por algún motivo circunstancial, quedar afuera. El niño, el adolescente que no tiene grupo, se siente a la deriva.
Educadores
Es una oportunidad para que, desde nuestros lugares, nos transformemos en constructores de puentes capaces de alojar un alma que está triste, de mirarla, de contenerla más allá de lo que nos pueda brindar ella.
Una persona que está con depresión, con angustia, con tristeza, probablemente, no esté en condiciones de ofrecer, sino que necesita recibir, ser abrazada, ser contenida. Necesita ser escuchada, ser esperada. Ya habrá tiempo para dar.
Desde la institución educativa y muy especialmente en la familia necesitamos proponer espacios de diálogo.
¿Cada uno a lo suyo?
A veces, estamos tan ajenos a lo que sucede porque cada uno seguimos en nuestros problemas económicos, laborales, familiares, personales de tan variada índole. Pero, los niños y adolescentes son nuestro futuro, vamos a cuidarlos, a prestarles la atención que necesitan, aunque no sepan ni cómo pedirla.
La gestión de emociones
No siempre las instituciones están preparadas para la gestión de emociones y el cultivo de las virtudes, dos temas que vienen de la mano. Por eso, propongo su fortalecimiento.
Gestión de las emociones y cultivo de las virtudes.
Una persona que tiene alegría sostenida, que es una emoción, es porque tiene un alma templada, con fortaleza y eso es una virtud.
Una persona que tiene angustia que tiene odio, enojo, que son emociones, es porque algo en esa alma que está faltando. Le falta templanza, serenidad, sosiego, paz, en definitiva virtudes.
Y, entre ambas, para que la persona esté completa o plena, conviene saber gestionar unas y cultivar otras.
Por mi parte
Desde mi visión y experiencia, incentivo a las escuelas, a los jardines infantes principalmente a trabajar estos espacios de reflexión filosófica, me atrevería a decir antropológica, porque nos encuentra en un aquí y ahora ávidos de estas instancias de crecimiento interior.
Para poder afrontar futuras batallas que la vida nos ofrece sin preguntarnos, para fortalecernos como personas y como sociedad mundial. Hoy tenemos que sobrellevar esta que nos está afectando directamente. En un escenario absolutamente variado, con espacios de soledad, de angustia, de tristeza, de llanto.
Seamos esas comunidades que abrazan que propician un cambio positivo. Estemos atentos a gestos de otros.
Seamos esas comunidades que abrazan que propician un cambio positivo.
Muchas veces en las escuelas somos testigos mudos de estas experiencias. Al no saber cómo actuar, el miedo nos paraliza.
Les dejo algunas sugerencias para la acción:
✅Si hay riesgos evidentes: hacer consulta psicológica para recibir orientaciones pertinentes
✅Descartar cuestiones físicas u orgánicas con pediatra de cabecera
✅Familia muy presente. Padres dispuestos a escuchar. Y a sostener.
✅Comunicar al colegio para dialogar constructivamente.
✅Si hay confianza, conversar con las familias implicadas. Esto con extrema prudencia, y respeto de la intimidad del niño y su imagen.
✅Dejar registro de lo que se vive. Los chicos pueden tener un diario; eso ayuda mucho a volcar los sentimientos y emociones.
✅Confiar y esperar, que todo a la larga se acomoda y se resuelve. Si son creyentes, rezar.
*Prof. de Nivel Inicial y Cs de la Educación con Orientación en Psicología Educacional. Lic en Organización y Gestión Educativa. Esp y Mg en Dirección de Instituciones Educativas.