Atención y nada de “tirar la toalla”, estamos para sembrar valores en familia. Hace cuarenta años, en Argentina, no teníamos ley de divorcio, ni de matrimonio igualitario, ni aborto.
Dra. María Amalia Caballero – Periodista – @mariaamalia.caballero.9
A veces uno piensa que está diciendo algo evidente y se da cuenta de que, cada vez, es más necesario recordarlas porque, a medida que esas “obviedades” se dejan de lado, las consecuencias las pagamos todos…
Prefería empezar con algo positivo y me salieron varios “no” en los primeros párrafos. Veamos:
La familia es la célula básica de la sociedad, es una verdad natural y universal, así funciona el mundo…, el ser humano es sociable por naturaleza, su vida es en comunidad, no tiene sobrevida en solitario.
También podemos seguir, es una comunidad de intereses, biológica, moral, afectiva, educativa en la que se crea una especial amistad por encima de la diversidad de sus miembros.
Entre sus fines está el bien de “la prole”, es decir, los hijos necesitan para su supervivencia y bienestar emocional de unos padres que los amen, cuiden, eduquen… esto nos lleva a otra obviedad, el bien que supone la estabilidad familiar, con todos los errores y defectos humanos que conocemos.
Algo anda mal
Y, sí, para que las leyes se hayan puesto tan decididamente en contra de este bien natural que es la familia, algo anda mal. Y no sé si vale la pena intentar aclarar si es antes el huevo o la gallina.
Entonces nos encontramos con el avance del derecho positivo y sus inconsistencias, la dificultad que surge al pretender privilegiar los derechos subjetivos individuales sin atender, justamente al bien que hace a las personas la vida en comunidad. Decae, entonces, el valor de la maternidad y la paternidad, la fidelidad, la convivencia, la llegada de los niños al mundo puede darse de maneras muy diversas y catalogados entre deseados o no, concebidos por técnicas o en forma natural, se privilegia el deseo y placer de los mayores sobre el beneficio del niño que es el más vulnerable.
Todo esto se llama individualismo y lleva consigo la pérdida del sentido del deber, de las responsabilidades familiares y laborales.
Familia construir o deconstruir
Claramente, la familia está para construir una sociedad mejor y lo esperable es que las leyes acompañen y las personas maduras y reflexivas sean atendidas en la importancia del valor de sus vínculos.
Algo que es válido para todos cobra un sentido especial en este momento histórico de tantas migraciones, las leyes y los esfuerzos que buscan la reunificación familiar incluso de las personas privadas de su libertad por delitos juzgados.
Podemos mirar también las leyes laborales, si respetan o no el domingo como oportunidad para el encuentro familiar, o los feriados rotan solo en función y beneficio de la empresa, los beneficios que se ofrecen a padres y madres para el cuidado y crianza de los hijos.
Les dejo estas insinuaciones para seguir pensando, son algunas de las reflexiones que compartimos en la UCA al celebrar los 40 años de la carta de Juan Pablo II Familiaris Consortio.
Un llamado a la responsabilidad, acerca de la misión que tenemos como familia que somos.
Alejandra Planker, Pablo Garat y Alejandro Bochatey, ¡Muchas gracias!