[dropcap]E[/dropcap] n nuestra edición anterior hablábamos de esos proyectos propios de los primeros meses del año y ahora llega el momento de hacer. En este proceso me gustaría resaltar cuán necesario es el esfuerzo.
Somos muchos los afortunados que tenemos oportunidades. Seguramente más de las que tuvieron generaciones anteriores, quienes nos inculcaron que para lograr lo que queremos hay que diseñar planes, sacrificar tiempo, ahorrar dinero, postergar deseos, establecer prioridades…
Cómo transmitírselo a las nuevas generaciones y cuánto impacto tiene lograrlo en su formación es algo que me preocupa, probablemente más de la cuenta. Por eso intento estimular el esfuerzo con algún pequeño premio, por ejemplo: mis hijos realizan pequeñas tareas para “ganarse” las figuritas. Sacar la basura durante toda la semana, emparejar las medias sueltas y ordenarlas, limpiar botines después de un fin de semana de actividades deportivas o simplemente renunciar al postre en un restaurante y “acumular” el valor para la cuenta de las figuritas.
Son sólo algunas ideas que en mi caso han funcionado. Refunfuñan pero aprenden mucho. A cuidar las cosas, a darles valor. Empiezan a entender que no todo es un derecho adquirido, que hoy son afortunados pero podrían no serlo.
Nuestra sociedad necesita ciudadanos que trabajen, que puedan generar oportunidades a otros, que sepan resolver situaciones inesperadas, que no tengan miedo de entregarse a otro, que se esfuercen y que logren disfrutar de los resultados.
De distintas maneras, de todo eso hablamos en esta nueva Sembrar Valores en Familia.