¿Abrir la Pareja?

¿Que es abrir la pareja? Hay distintas visiones. Preguntaría ¿qué entendés por amor de pareja?

Por Felipe Yofre. Presidente de Protege tu Corazón. felipe@escyofre.com.ar

La semana pasada, en un diario importante y muy leído, salió una nota titulada “Es madre, tiene un compañero de vida y decidieron abrir la pareja: Así logré vivir mi bisexualidad con libertad”.

Allí la periodista narraba la historia de una mujer, que tiene una hija con un hombre que es su pareja hace 15 años. Luego de conversarlo,-explica- ambos decidieron “abrir la pareja” para que ella pudiese “desplegar su bisexualidad”.-

Hasta aquí la historia pero la nota incluye una argumentación:

Sostiene que en nuestra sociedad, “hay dos reglas” que solemos respetar por default y no por opción. Estas son la “mononorma”, es decir, la monogamia y la “heteronorma” por heterosexualidad.

Según la protagonista y seguida por la autora de la nota son normas “impuestas” por la sociedad, y, como tal, podrían variar según la cultura.

Aclaraciones, no juicios

No soy quien para juzgar a esta señora que toma las decisiones ni a la periodista que comenta en la nota, no tengo ningún derecho a hacerlo. Pero, tengo todo el derecho del mundo a expresar lo que siento y sé, de la misma manera que ellas comentan sus ideas y estilos de vida. Hoy voy a exponer mis ideas.

Vamos por la positiva

El oficio de escribir nace en la mente del hombre, debe pasar por el corazón, para concluir en los dedos, que a través de un teclado de manera medianamente ordenada debiera transmitir una o varias ideas.

Entonces vayamos a la primera, cuando habla de reglas que se respetan por default. Es decir sin libertad de elección, la mononorma y la heteronorma, entendiendo por estas expresiones monogamia y heterosexualidad.

La monogamia y la heterosexualidad

Monogamia: Todas las personas somos finitas pero todos tenemos un corazón insaciable amor. Y, necesito aclarar, de un amor verdadero. Cuanto más grande y más profundo el amor, también mayor será la unión que exige mayor entrega y requiere exclusividad. Si la entrega es total es exclusiva y excluyente, en lo afectivo, en lo físico y en el tiempo. Es decir, para que sea pleno, es comprometido para siempre, lo cual no implica que luego pueda sufrir problemas. Pero el compromiso para siempre debe existir.

Si no se dan estas características, permítanme decirles que no es amor del verdadero. Es otra cosa. Será búsqueda de placer, genitalidad compartida, o cualquier otra cuestión o nombre que busquen ponerle. Tal como dice la entrevistada ella ahora puede gozar, disfrutar de las pibas que le gustan.

Frente a la historia de esta mujer –a quien respeto-, hablan la ciencia y la historia,  y la realidad de miles de millones de parejas en todo el mundo que ratifican con su pellejo a diario, el amor verdadero. Decir que ellas se guían por una “norma impuesta culturalmente” es una burla a millones de inteligencias que se comprometen todos los días y de corazones que se entregan sin reservas.

Negar la monogamia como algo natural, es negar que vos y yo valgamos lo suficiente para que alguien deje todo por nosotros.

A continuación y, de acuerdo con el idioma que intentan imponer viene la heteronorma, es decir la heterosexualidad como algo “cultural”.

Heterosexualidad: Desde lo psicológico, lo biológico, lo sexual, la ciencia, la cultura, la experiencia y el día a día de la calle, el varón y la mujer son diferentes y complementarios. Entonces, decir que los miles de millones de habitantes de este planeta que se sienten atraídos por personas del otro sexo y luego de conocerse emprenden un camino de compromiso y entrega lo hacen por “default” o por una “cuestión cultural” es una falacia absoluta que me cuesta comprender.

El ejercicio de la libertad.

En el intento de expresar con algún orden mis ideas, el segundo tema que me interpeló, a partir de la nota, es el desconocimiento respecto de la libertad, qué es y cómo se vive.

Veo un reduccionismo y una desvalorización del amor humano, camino espléndido de felicidad y planificación propia y de aquella persona a la cual se “decide” libremente a amar. Hacer feliz a la persona elegida es una decisión. Amar es dar lo mejor, no sólo gozar de él o ella.

Pareciera ser, con los vientos que corren en los medios de comunicación -pero  está claro que no en el común de la gente – que aquellos que de alguna manera “quebrantan” normas, para muy pocos “culturales”, son quienes mejor o casi únicamente ejercen su “libertad”.

No señores.

Me atrevo a asegurar que quienes, a través de un compromiso genuino, día a día se esfuerzan por amar sinceramente y hacer feliz a la persona con quien se han comprometido, ejercen su libertad a pleno, con velas desplegadas y motores a muchísimas revoluciones. La elección es justamente el ejercicio más pleno de la libertad. Volver a elegir es ratificar que somos libres.

El amor, que es una realidad maravillosa, requiere también esfuerzo y educarse (sacar lo mejor de uno) en este ejercicio. Ahora, reducir el amor a lo genital es un error grave de visión que no contribuye a la felicidad de las personas.

Pero, en la nota que comento, me parece más grave el intento de generalizar, tomando algo que vive una minoría, como es la del grupo al que pertenece la protagonista, para mostrarlo como un ejercicio de libertad en contraposición a quienes día a día, en el silencio, en lo oculto dan lo mejor de sí.

Aclaración del autor

Como decía al principio no es mi intención juzgar a nadie, pero en el ejercicio de la libertad que la protagonista y la autora de la nota manifiestan defender, quiero dejar en claro mi opinión y experiencia.

Por otro lado, tampoco pretende ser una crítica al medio periodístico que lo publica. Reconozco que entre sus funciones está la de mostrar lo que pasa. Me permito sugerir que se refleje sin sesgos ni descalificaciones.

Estamos de acuerdo con abrir la pareja. Abrirla al compromiso, a la entrega sin reservas, al amor desinteresado, a ejercer día a día nuestra libertad, elevando a la otra persona, haciéndola sentir cada vez más valiosa. En definitiva a dar sin medir como camino espléndido de felicidad.

Somos miles de millones más.

Sin duda.

N.de R. la entrevistada es activista feminista y a través de la entrevista está promocionando un video en el que lanza su nuevo tema (juegan otros intereses).

 

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