Educar para la paz
Hanan es una mujer sonriente y tiene un modo dulce de dirigirse en cada respuesta. Compartimos un desayuno con ella y con otros interesados en la cuestión educativa
Lucía Argibay Molina | Orientadora Familiar | luciaargibay@gmail.com | @Luciaargibay
[dropcap]S[/dropcap] in ningún tipo de preámbulos comenzó esta entrevista, en un contexto tan lejano al que a ella le toca vivir y en el cual elige enseñar cada día.
SV| ¿Cómo surgió este método?
AHA| Mis propios hijos sufrieron una experiencia tan cruel como la de ser testigos de la violencia sufrida por su padre. Cuando él fue a buscarlos a la escuela, recibió un disparo en el hombro. Ellos quedaron con mucho miedo; fue durísimo. Estaban enojados con la situación y entre ellos. Tenían miedo de volver a la escuela, no querían, no podían. Tuve que transformar mi hogar en un aula, la llené de libros y juguetes y transformé el material de estudio en material lúdico para motivarlos, para que quisieran volver a aprender. Mi objetivo era que se sanen a través de juegos y dibujos y así librarse del miedo que genera la violencia.
TUVE QUE TRANSFORMAR MI HOGAR EN UN AULA,
LA LLENÉ DE LIBROS Y JUGUETES Y TRANSFORMÉ EL
MATERIAL DE ESTUDIO EN MATERIAL LÚDICO PARA
MOTIVARLOS, PARA QUE QUISIERAN VOLVER A
APRENDER
SV| ¿Qué significó esto en tu vida?
AHA| No tardé en darme cuenta de que mis hijos no eran los únicos y tuve que volver a la Universidad para prepararme para ser maestra de primaria. Ya en la escuela, recibíamos a otros niños víctimas de la brutalidad y la violencia. La violencia tiene consecuencias en el comportamiento y en la disposición para aprender. Lo más grave es que la violencia deja secuelas. Los niños se vuelven agresivos e hiperactivos. Mi meta, entonces, fue que los chicos pudieran descargar ese enojo y, desde la escuela, sembrar en ellos alegría y paz para que volvieran a ser niños comunes y corrientes
SV| ¿Qué características compartían los alumnos que llegaban a tu escuela?
AHA| Los alumnos que llegaban a mi escuela no tenían confianza, vivían con miedo, miedo a todo el mundo. Esto se debía a su perspectiva de protegerse del entorno violento, así perdían su autoestima y surgía el odio a todo a su alrededor, inclusive el odio a sí mismos.
SV| ¿En qué consiste el método Jugamos/Aprendemos?
AHA| El aula no es la típica, sino que la metodología se basa principalmente en el trabajo grupal que exige el diálogo, y el diálogo es la base para formar una comunidad. En equipo se descubren habilidades en los demás y se redistribuyen roles. Al resolver problemas en equipo, la clase es mucho más participativa.
SV| ¿Cómo reaccionaron los padres a este nuevo método?
AHA| Aunque hay muchos métodos que enseñan a través del juego, los padres, al principio, no entendían la metodología. Así que los invitaba a la clase para que vieran cómo se hacían las cosas. Contar con el apoyo de las familias de mis alumnos fue el mayor premio
La violencia tiene
consecuencias en el
comportamiento y en la
disposición para aprender.
Lo más grave es que la
violencia deja secuelas
SV| ¿Qué has aprendido de tus alumnos?
AHA| Aprendí a disfrutar de la vida, ellos me inspiraron. También aprendí a ver las cosas a través de sus ojos y desde su mentalidad. Si, de verdad, se quiere tener éxito con los alumnos, se deberá aunar las estrategias y quitar las barreras hasta uno convertirse en un alumno más. Los chicos no tienen miedo a cometer errores, de ellos aprendí a tener el coraje. En fin, los niños enseñan mucho, solo hay que prestarles atención. A veces señalan sin decir, piden ayuda sin decirlo.
SV| ¿Qué similitudes encontró entre las escuelas de Mendoza y las de Palestina?
AHA| Algunos desafíos son similares: aulas con muchos alumnos, escasez de recursos, algún nivel de violencia, bajos salarios docentes. Se supone que la escuela es un lugar sagrado; sin embargo, cuenta con poca protección por parte del estado. Siempre tenemos la esperanza de que esta realidad mejore, aunque sabemos que la situación es muy complicada. La educación de las nuevas generaciones es un derecho justo.
La entrevista se realizó en las oficinas de Varkey, en Buenos Aires. Aunque ella habla inglés y árabe, la entrevista se realizó en árabe gracias a la mediación del gran intérprete Muhammad Sarem, nacido en Damasco y residente en Argentina, quien transmitió nuestras preguntas y nos hizo llegar sus respuestas
[notification type=»note» title=»Hanan Al Hroub (47)»]
[Hanan Al Hroub, maestra palestina]
• Nació en un campo de refugiados en Belén, tienen 10 hermanos.
• Está casada y tiene 5 hijos.
• Ejerce la docencia en Cisjordania, en un contexto de violencia y conflictos.
• •Participó en el Congreso Internacional de Educación que se realizó en Tucumán (abril 2019).
• Visitó escuelas en Mendoza.
• Fue premiada por su método de enseñanza Jugamos-Aprendemos, especialmente diseñado para chicos que sufren el trauma de la violencia.
• Global teacher prize 2016.
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