[tags color=»green»][/tags] Entrevista a Carolina Prat de Andino
«Me encanta el tema de la entrevista, es lo que más me gusta, me parece lo más importante, siento que sin familia, no hay nada. La familia es lo que te contiene, lo que da sentido.» Carolina Prat habla con sus ojos, sus manos y con su emoción a flor de piel.
MARÍA AMALIA CABALLERO | DRA. EN COMUNICACIÓN PÚBLICA | DIRECCION@SEMBRARVALORES.ORG.AR
[dropcap]G[/dropcap]Guillermo Andino y Carolina Prat son una pareja de famosos que elige privilegiar los vínculos de su matrimonio y el cuidado de su familia. Soñaban con una familia numerosa, pero después de Sofía -que ahora tiene 13 años- perdieron dos embarazos. «Uno era muy chiquito -cuenta Caro-, pero el segundo estaba ya en su sexto mes, sabíamos que era varón, queríamos llamarlo Ramón como su abuelo». Después llegó Vicky, y ahora afirman que siguen buscando otro hijo.
CP| Nos encantaría que venga otro hijo y lo estamos buscando pero yo tengo 40 años y no es la etapa más fértil. Igualmente, ya hemos decidido que no vamos a hacer ningún tratamiento.
Que sea lo que Dios quiera, no siempre los planes salen como uno quiere y ya tenemos una familia, tenemos a nuestras hijas.
SV| ¿Cómo fueron esos primeros momentos, cómo se desarrolla la relación entre ustedes?
CP| Estudiaba arquitectura y con un equipo de compañeros se nos ocurrió hacer un trabajo sobre Canal 9, quedaba cerca de la facu y nos parecía más divertido que cualquier otra empresa. Allí nos conocimos con Guillermo, en ese momento el canal estaba en alza, tenía un rating altísimo.
Era la época de las telenovelas así que pensó que yo llegaba para algún casting. Le gustó cuando supo que no estaba por nada de la tele. Desde el primer momento, hubo flash. Y yo tenía la frase de mi abuela que con su acento austríaco me decía: ‘A mí ese chico me gusta, yo lo veo y tiene algo tuyo, tiene tu sonrisa’ -dice Carolina mientras imita el acento con que hablaba su abuela. Nos cuenta que la abuela vivió todo el noviazgo y llegó a conocerla a Sofía.- Yo lo tomaba como algo de la abuela -continúa-, pero cuando conocí a mi cuñada me decía lo mismo: ‘No lo puedo creer, vos parecés más hermana de mi hermano que yo’. Así que esta similitud nos hace afirmar que somos almas gemelas, Dios nos destinó desde ahí. Sin embargo, yo me fui a estudiar a México mientras hacía unos micros de arte en la tele. Era algo que -en ese momento- me daba buena plata y que podía compartir con los estudios.
Cuando volví a Buenos Aires, comencé a trabajar como modelo publicitaria y a conducir el magazine “El Garage”, en el que había de todo, no era sólo un programa tuerca como lo sugiere el nombre.
Al estar en un canal abierto todas las semanas, me empecé a hacer un poco famosa, me pedían autógrafos. Pero claro, me puse de novia con Guille y su popularidad era mucho mayor que la mía. Ese cambio para mí fue fuerte porque lo mío quedó en segundo plano, pero reconozco que para mí la tele no pasaba de ser algo divertido. Lo mío es lo creativo, artístico.
Dejé la tele embarazada de 8 meses y, después, no quise volver. Tenía la bendición de poder elegir no trabajar, no quería perderme ningún momento de la vida de Sofi. Me encanta ser mamá, me encanta ser ‘la esposa de’.
SV| Claramente tenés una linda veta artística, ¿cuándo nace esta inclinación?
CP| Pinto desde los 12 años pero nunca lo hice público. El primer regalo que le hice a Guillermo fue un cuadro de Chaplin dibujado por mí.
Durante cuatro años di clases para adultos y chicos pero todo lleva tiempo y necesitaba más para mí, para la creatividad. Ahora estoy asociada con otra persona y voy una vez por semana, tengo pocas alumnas, siete nenas. Los alumnos presionaban para que hiciera público mi arte y expuse por primera vez en 2005, hice sillas, cactus, árboles de Navidad alternativos, estuve en Uruguay, San Pablo, Nueva York… algo vendo. Es más hobby que un negocio, no podría vivir del arte. También hice diseños de ropa, prendas únicas, tuve mi showroom.
SV| ¿Vale la pena desactivar la profesión por la crianza de los hijos?
CP| Totalmente, no me arrepiento para nada. Sin embargo, siempre digo que algo que no me gusta de este país es que te rotulan. No comprenden que una sepa cocinar, pintar, ser mamá, ser esposa. El cartel dice si estudió o no, y si es ‘la esposa de’ significa que no hace nada. Si sos modelo, no podés hacer una carrera. Eso me ha molestado pero lo voy manejando. La crianza me hacía muy feliz y no lo cambio por nada.
SV| ¿Cómo se organiza tu casa? ¿Qué cosas hacés vos? ¿Participa Guillermo?
CP| Estoy en la organización de la casa, todo, todo, me encanta cocinar. Me encanta que ponderen cuando comen algo casero. Mamá cocina muy bien y ella fue la escuela para mí, la comida de mi mamá era lo más.
Me encanta que ponderen cuando comen algo
casero. Mamá cocina muy bien y ella fue la escuela
para mí, la comida de mi mamá era lo más.
Si comemos pasta, Guille dice: la salsa tuya, la carne condimentala vos. A las chicas les hacía hasta las galletitas
caseras para que las tuvieran cuando volvían el colegio. La cocina es un gesto de amor, es un arte, tengo 800 libros de grandes maestros de la cocina pero la intuición me mueve y le agrego algo. Es mío.
En la casa Guillermo no participa, una sola vez cuando éramos novios me cocinó un arroz que le salió muy rico. La casa la manejo yo, a mí me encanta decir que soy ama de casa, cuando me dicen que soy artista plástica, modelo publicitaria, lo digo con orgullo… es bellísimo ser ama de casa.
SV| ¿Tiene algún sentido el que haya una mujer a cargo de la casa?
CP| Soy muy observadora, entro a casas de conocidos y me doy cuenta de que la mujer está en la casa. Tengo una amiga que trabaja un montón pero está en mil detalles, te das cuenta de que está la mano de la mujer, es otra casa, tiene otro condimento. Y al revés, también, sin dar nombres. Tengo amigas que no trabajan y ves a los hijos y la casa y te das cuenta que, en realidad, no están.
SV| Bien, entonces, Guillermo, de la casa, nada. Pero ¿cómo es en la educación de las nenas?
CP| La crianza de las chicas es mitad y mitad. Él habrá cambiado menos pañales que yo pero cuando van creciendo y tenemos que ir planteándonos cosas, con quién están, qué quieren hacer, cómo medir el uso de los aparatos electrónicos. En todo eso, estamos 50 y 50 presentes. Es una edad complicada. Cuando no hay un papá y/o una mamá atrás, se pueden ir para cualquier lado.
Las chicas en sus caracteres son muy diferentes. Se aman y se odian, tienen momentos. Pero las dos son muy sensibles, tienen de dónde salir.
Vicky tiene una sabiduría de vida, que se manda cada salida que decís ‘Dios mío, es muy angelical, muy dulce’. Sofi, en cambio, está más en la Tierra.
SV| Tenés un marido con muy buena pinta, famoso, permanentemente expuesto: ¿cómo llevás esta situación?, ¿y cómo la lleva él?
CP| Muy expuesto. Lo supe desde el primer día, cuando me enamoré de él yo sabía que era el periodista y él, galán de Nuevediario y muchas mujeres lo codiciaban. Lo tuve muy asumido de entrada. Conmigo las mujeres son muy respetuosas. No recuerdo ningún episodio en que una mujer me haya pasado por encima. Cuando le piden foto, les digo «Dale, yo se las saco». Eso no me da celos, es inherente a su trabajo, a su fama. Si una mujer viene de una manera provocativa y no respetando el lugar que tengo como mujer, habría una reacción. Él pone muchas barreras, sabe ir poniendo distancias. Ubicar a los demás, con educación y respeto.
Con las chicas es otro tema, no les gusta que su papá salga en la tele. A Vicky, que es más chiquita, los compañeros le dicen “Tu papá es el presidente” y Sofi no quiere saber nada. Veíamos Bailando, y Sofi me dice: “Si te veo ahí te saco de los pelos”. Yo no lo haría, en primer lugar por mí. Cuando sos mamá, tenés que pensar en la repercusión que tiene en los chicos cualquier cosa que hagas. La ropa que te ponés, lo que hacés. Muchas mamás no se dan cuenta de que ya no es sólo lo que a vos te gusta.
Por suerte, lo que escuchan son comentarios buenos; Guillermo es un heredero de su papá, después de tantos años de no estar, lo recuerdan con amor. Pensá que a Guille lo fueron a buscar, no era su vocación, él quería ser diplomático, “es lo no escrito”, hay que adaptarse a los cambios. Ahora, de lo que elegí, no me arrepiento.
SV| Hoy los chicos para comprometerse parece que necesitan tener todo programado. ¿En qué porcentaje dirías que la vida se programa y en qué porcentaje, no?
CP| El mundo «touch». Ese no querer comprometerse. Hay que ser sabio cuando la vida es imperfecta, tener la sabiduría de sortear la vida cuando no es perfecta. Planeábamos tener cinco hijos, no fue así y tuvimos que ir acomodándonos: eso también incluye a la familia, los padres, los tíos.
Somos personas muy sencillas. Guille trabaja en la tele, algunos creerán que por eso vive de una manera excéntrica y también están los que lo viven así. Pero Guillermo y yo somos sencillos, nos gusta estar en las cosas cotidianas. Hicimos la casa con mucho esfuerzo, la hice yo de cero. Dios es un nuestro testigo, podríamos estar con el mismo amor que tenemos en un monoambiente y eso no nos modificaría nada (se emociona, llora): lo importante es el amor y la familia puede estar acá o en un rancho. Esto es algo que las chicas saben.
[notification type=»note» title=»“LOS ANDINO” Y EL PAÍS»] Carolina Prat de Andino se suma a la conducción de Andino y el país. Ambos están entusiasmados con la oportunidad de compartir, al menos por un tiempo, este espacio. Milo Lockett, entusiasta promotor de la labor artística de Caro, es el primer invitado al programa a cargo de la pareja. Próximamente, será Caro quien asuma la conducción. Éxitos, Caro.[/notification]
[notification type=»information» title=»LA FIDELIDAD: ¿QUÉ LUGAR OCUPA EN LA PAREJA?»] El cien por cien, para mí la fidelidad es respeto, es amor. Mis ojos, mi mente, mi alma, mi cuerpo, mi corazón, todo mi ser está en él. Es mi hombre, me seduce.
Por el contrario, veo la infidelidad como la traición, falta de respeto y humillación. Eso no es amor. Si vas a ser infiel -desgraciadamente muchas mujeres también lo son-, no te cases. ¿Para qué lastimar tanto? Me hacen recapacitar a mí, nadie está exento, ya se rompió algo y no la puedo mirar a los ojos.
Esa persona te completa en todo. Es lo que yo siento con Guille, yo no necesito nada más. Más allá de que puedas pasar una crisis. Cada pareja es un mundo. Conozco montones de casos que se han perdonado y hoy son parejas bellísimas que tuvieron sus duelos. Tampoco me pasó pero creo que no perdonaría porque para mí la fidelidad es absoluta.
La fidelidad es amar, sentir que te completa en todo. No necesitás mirar, ni querer nada más.[/notification]