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El momento fundacional en la vida de un niño, el de su desarrollo cognitivo, comunicacional y de su lenguaje, es en los primeros meses y años. ¿Cómo afecta el estímulo de pantallas a su interacción emocional y la construcción de vínculos?
Lic. María Catarineu |Coordinadora de RAYUELA Tiempo de juego Especialista en bebes y niños en primera infancia| mcatarineu@hotmail.com
[dropcap]L[/dropcap] os dispositivos de diferentes tamaños y colores han llegado para quedarse. Pero, ¿cómo incide el ingreso de las pantallas en la constitución de los primeros vínculos en edades tempranas y con ello en el desarrollo de la comunicación y el despliegue del lenguaje?
Muchas veces, en la vida cotidiana, nos encontramos dentro del espacio virtual o real de una nube que, de algún modo, colabora con el corrimiento de nuestra mirada hacia los otros, inclusive hacia nosotros mismos. Adultos y niños somos capturados por las imágenes.
[button link=»» color=»blue2″ icon=»» size=»large»] La imagen [/button]
En los niños, el cuerpo es protagonista y, a través del juego, se utilizan todos sus sentidos para construir su inteligencia y lenguaje. Los adultos podemos estar alertas para privilegiar esta modalidad.
Los videos para bebes tienen tres características: la continuidad, el brillo y el movimiento. Algunos expertos consideran que las imágenes, que tienen estos rasgos, crean un carácter hipnótico que atrae y captura al pequeño. Cuando el bebe queda capturado ya no puede pensar ni producir sus propias imágenes mentales.
[button link=»» color=»blue2″ icon=»» size=»large»] La mirada [/button]
Los padres van acompañando el recorrido de la vida de sus hijos, descubriéndose mutuamente. Es así como por primera vez comienzan a responder al llamado de “ma-má” o “pa-pá”, ya que son sus hijos los que los inauguran en esos novedosos roles, en esas desconocidas funciones a construir con ellos. Pero, ¿cómo el pequeño bebe va construyéndose como ser deseante, autónomo, capaz de comunicarse, apropiarse del lenguaje y del mundo que lo rodea? Mirar implica que hay otro ahí para él. El niño construye con el sostén de la mirada del otro su primera comunicación. Gesto tras gesto, la mamá decodifica las necesidades de su bebe. Comienza a diferenciar el llanto de su hijo, le pone palabras, lo espera en sus silencios, traduce sus miradas. En la sinfonía del primer diálogo corporal con las figuras primordiales, se constituyen las primeras bases de la expresión y de la interacción emocional, siendo las raíces indispensables del lenguaje verbal. Como dice la fonoaudióloga Ana María Fiondella, ver es lo orgánico y mirar es lo voluntario, lo subjetivo, la comunicación. Es desde allí donde el bebe comienza a experimentar la confianza, construyéndose el vínculo como un entretejido artesanal donde cada hebra se expande en el cobijo de lo cotidiano
[button link=»» color=»blue2″ icon=»» size=»large»] La artesanía del diálogo [/button]
El lenguaje es una construcción, un proceso de apropiación gradual y cotidiana, que nos habilita a estrechar lazos con los otros y con el mundo que nos rodea. Por ello el lenguaje no se aprende por repetición, sino que se construye.
Este camino cotidiano ocurre en los momentos de la alimentación, cuando la mamá le va contando con qué está cargada la cuchara que, como un avión, vuela buscando la boca de su hijo. O a la hora de dormir, cuando sus padres lo acompañan y le cuentan de aquel espacio propio que es su cama, trasmitiéndole confianza y cerrando el día con un rezo, con un cuento. En la aparición del “no”, del límite que cuida, que ofrece la capacidad para ir tolerando gradualmente la frustración, donándole así las herramientas para autorregularse y de las que el pequeño se va apropiando con sus padres.
¿Qué pasaría si en aquellas instancias tan fundantes interfieren las pantallas? Hay algo de la mirada y sus implicancias que quedaría más desplazada y, con ella, la riqueza de la comunicación y el despliegue del lenguaje. Existe una clara relación entre la exposición de los más pequeños y los problemas del desarrollo del lenguaje. Los estudios realizados encuentran que aquellos niños que desde los 6-8 meses ya estaban expuestos a pantallas muestran un menor desarrollo cognitivo y un menor desarrollo del lenguaje.
[button link=»» color=»blue2″ icon=»» size=»large»] Ofrecer-nos [/button]
En esa relación asimétrica, los hijos van tomando lo que los padres les ofrecen. Si el lenguaje está puesto para la comunicación, el desafío está puesto en poder transitar con nuestros hijos la artesanía del diálogo. En esa relación cotidiana, esa mirada que sostiene, esa palabra que construye, esos silencios que esperan, en las diferentes etapas de la vida, lo esencial a trasmitir, como contaba nuestro amigo el Principito, es invisible a los ojos.
LOS PADRES VAN ACOMPAÑANDO EL RECORRIDO DE LA VIDA
DE SUS HIJOS, DESCUBRIÉNDOSE MUTUAMENTE. ES ASI COMO
POR PRIMERA VEZ COMIENZAN A RESPONDER AL LLAMADO
DE «MA – MÁ» O «PA – PÁ»
Gracias a la Lic. María Catarineu por iluminarnos tanto con esta nota, por darnos la posibilidad de mirar con el ojo del Corazón que ve lo invisible a los ojos.