Conversaciones difíciles
Que padres, docentes y chicos nos encontremos en el espacio virtual y compartamos redes es una oportunidad única. ¿Cómo alcanzar el mejor contenido online?
Lucía Argibay Molina | Orientadora Familiar | luciaargibay@gmail.com | @Luciaargibay
[dropcap]V[/dropcap] emos a los adolescentes y, también a preadolescentes, muy cancheros a la hora de utilizar las redes sociales, subir selfies y chatear con sus amigos, ya sean mensajes de texto, que escriben a una velocidad increíble, o audios donde se muestran espontáneos y auténticos.
[button link=»» color=»green3″ icon=»» size=»large»] Experiencia en el aula [/button]
En muchas ocasiones, cuando se les pide que investiguen en internet, estos mismos jóvenes se encuentran perdidos, sin pistas para evaluar la precisión o la veracidad de la información que encuentran en las redes. Ante tanta información, resulta más evidente cuánto les cuesta priorizar las ideas relevantes para una tarea específica, e incluso algunos alumnos vuelven a clase con muchas hojas impresas pero sin ninguna seguridad de haber cumplido con la consigna.
[button link=»» color=»green3″ icon=»» size=»large»] Datos concretos [/button]
En el marco de las jornadas “Dream bigger, reach higher”, Julie Smith, madre de tres adolescentes y profesora de Webster University en St. Louis (EE.UU.), compartió sus estudios y experiencias en el aula con chicos de estas edades.
En la Universidad de Stanford, en 2016, realizó una encuesta a 7.804 chicos de entre 13 y 18 años llamada “Evaluando información: piedra fundamental del razonamiento cívico online”. Entre los resultados más destacados señala que:
⇒ Los preadolescentes están online un promedio de siete horas y media, enviando mensajes, leyendo y mirando videos. Todo a la vez impide la concentración necesaria para cuestionar el contenido y pensar en profundidad.
⇒ El 88% de los jóvenes de 18 años se informan principalmente en Facebook, y otras redes sociales. Estas redes tienden a realimentar a sus usuarios con información similar a la que ya han leído o a la que le han dado like.
⇒ La información que encuentran en internet no suele ser precisa y/o apropiada para su edad o madurez o nivel de desarrollo y comprensión.
Este estudio llegó a la conclusión de que nuestros nativos digitales son capaces de utilizar Facebook y Twitter mientras simultáneamente suben una selfie a Instagram. Pero cuando deben evaluar la información que fluye a través de los canales de las redes sociales, son fácilmente engañados. Se creen todo lo que ven en internet.
[button link=»» color=»green3″ icon=»» size=»large»] Para educadores [/button]
Padres y docentes somos los convocados por Julie Smith a trabajar en esta misión.
Aconseja hablar a nuestros hijos sobre las fuentes de información que están en las redes y sugiere preguntarles: ¿De dónde sacaste esta información? ¿Quién lo dice? ¿Quién es el comunicador en este mensaje? ¿Cuál es la fuente?
Siempre tratando de conocer su punto de vista y expandir su mundo de posibilidades, para que ellos se den cuenta de que no es lo mismo una noticia de un sitio reconocido que de una página en Facebook casi sin historia ni reputación alguna.
También considera que sería muy enriquecedor hacerlos comparar titulares de distintos sitios y su manera de relatar las noticias, la selección de palabras, colores de los titulares o imágenes, etc. La historia no va a ser la misma. La misma noticia se nos muestra de diversas maneras.
LA PREGUNTA PARA DISCUTIR EN LA
SOBREMESA FAMILIAR O EN LA CLASE ES:
¿CÓMO SE CONSTRUYÓ ESTE MENSAJE?
Al compartir un video en YouTube se nos presentan avisos publicitarios. Julie propone hacerles muchas preguntas a los chicos para agudizar su pensamiento crítico. ¿Qué tecnología te parece que se usó en este aviso? ¿Por qué eligieron publicarlo en blanco y negro? ¿Y la música? ¿Qué otros mensajes además del publicitario nos transmite este anuncio?, ¿por qué? ¿A quién o a quiénes va dirigido el mensaje? ¿Es un mensaje apropiado? Y siempre es bueno pedirles que argumenten sus opiniones basándose en los textos o en las imágenes.
La pregunta para discutir en la sobremesa familiar o en la clase es: ¿Cómo se construyó este mensaje?
[button link=»» color=»green3″ icon=»» size=»large»] Ajustando la consigna [/button]
Un docente solicitó que averiguaran quién fue el primer presidente de los Estados Unidos. Una alumna contestó: “El primer presidente fue Getty Images”, ya que al colocar la pregunta en el buscador de Google, encontró una imagen del prócer, propiedad de Getty Images. Nos podemos reír o llorar, pero esta fue una de las anécdotas que Julie, autora del libro “Domina los Medios”, compartió entre otros muchos ejemplos que reflejan la falta de pensamiento crítico y de análisis a la hora de buscar información en la web por parte de los alumnos.
Entonces, cuando se pide una tarea de investigación en la web, habrá que:
⇒ ser muy conciso en las consignas,
⇒ adelantar posibles problemas o errores (el primer sitio que nos aparece en Google no es el mejor sino el más popular, el sitio que ha sido más visitado),
⇒ ser muy claros con las expectativas,
⇒ moderar lo que se espera de los alumnos,
⇒ exigir la cita de las fuentes de información para que su tarea pueda ser verificada y consultada por sus compañeros y docentes.
De esta manera nuestros jóvenes podrán acceder a los mejores contenidos, tendrán herramientas para analizar y evaluar lo que leen para también crear contenidos que sean verdaderos, respetuosos y originales.
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Smith, Julie, (2015), Master the Media: How Teaching Media Literacy Can Save Our Plugged, Dave Burgerss Consulting, Inc: San Diego, California.
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