novios
Queremos que este espacio sirva para despejar dudas e inquietudes
aunque, quizás, sea únicamente por haber “estado antes ahí”.
Planteá tus temas
Felipe Yofre | Escribano | Instructor en talleres de Protege tu Corazón | felipe@escyofre.com.ar
[dropcap] « [/dropcap]Me peleo mucho, te diría que en casi todos los temas. ¿Puedo sostener un noviazgo así?”
Hoy abrimos un espacio para que quienes tengan inquietudes puedan enviárnoslas y quizás, únicamente por haber estado antes ahí, podamos echar algo de luz sobre las diferentes situaciones.
Esta pregunta me la hizo una adolescente, y es quizás algo que muchos nos hemos preguntado.
Sin tratar de agotar la cuestión, vamos a darte algunos puntos de reflexión para que, como en casi todos los interrogantes de nuestro camino, seas vos quien encuentre la respuesta concreta a tu caso.
GENERALMENTE HABRÁ RAZONES VALEDERAS
DE AMBOS LADOS
Lo primero que quiero es darte tranquilidad en el sentido de que todas las parejas encontrarán, en más o en menos temas, desavenencias y puntos de vista diferentes.
Eso no nos debe asustar. Pienso que no debiéramos discontinuar un noviazgo solamente porque existen diferencias de interpretación. Como tampoco debiéramos continuar con un noviazgo solamente porque no haya peleas.
Aquí van algunas reflexiones que quizás puedan ayudar:
Discutir con madurez. Las peleas o discusiones afrontadas con la madurez de la edad que tengamos pueden incluso servir luego para afianzar la relación. No discutir únicamente para ganar. No todo desacuerdo implica una incompatibilidad de proyecto. Conocí a un instructor de kite brasilero que se enamoró de una argentina que trabajaba en una empresa y vivía en el centro de Buenos Aires. Cuando me contó cómo discutían, claramente se evidenciaba una incompatibilidad. A él le gusta la playa y vivir sin remera; a ella, trabajar en una empresa con horarios y orden. Era muy difícil que prosperara, de hecho no prosperó. A medida que el noviazgo avanza y surgen discusiones, debemos siempre tratar de ver si los desencuentros son por cuestiones periféricas pero el núcleo del proyecto de vida en común permanece, o no. Siempre decimos que el noviazgo es tiempo de prueba. No temamos a las discusiones, nos deben servir con madurez y corazón abierto como compuertas que se van pasando.
Respeto. Debe haber un “campo de juego” con límites en las discusiones. Es decir, jamás faltar el respeto. Podemos tener innumerables diferencias, pero jamás se debe faltar el respeto. No hacerlo ni dejar que nos lo falten. Bajo ningún concepto. No sólo porque, como dijimos, el noviazgo es un tiempo de prueba para un proyecto de por vida, sino porque esto también nos permitirá “volver” mucho más fácil el equilibrio a la relación luego de la discusión. Una vez leí de un importante actor argentino: “Con mi mujer pudimos sobrellevar muchos momentos malos porque nunca llegamos a un lugar del cual no pudiésemos volver; el respeto siempre estuvo entre nosotros”.
Aprovechar las discusiones. Nos permiten conocer más en profundidad al otro. Saber qué cosas le molestan y qué no. Y de este modo podemos ir “cediendo metros” para ganar kilómetros en la relación. Si sé que tal actitud le molesta, y a mí no me cambia nada, pues no la hago. En mi noviazgo, a mi actual mujer le molestaba enormemente la impuntualidad. Yo la pasaba a buscar en general 10 o 15 minutos más tarde de lo convenido. Me di cuenta de que era mucho más provechoso cambiar ese hábito que continuar con las peleas o pedirle a ella que me soporte ese defecto.
Pedir perdón fácilmente. Generalmente en las discusiones habrá razones valederas de ambos lados. No puede ser que el pedir perdón cueste tanto. Aquí, en el noviazgo, no se trata de ganar discusiones, se trata de conocer a alguien a quien, si prospera la relación, deberemos tratar de hacer feliz toda la vida. No seas como esas parejas adultas que conocemos que quizás no se hablan dos, tres o siete días luego de un altercado. Eso es prácticamente ir redactando un certificado de defunción para la relación. Un autor argentino, a quien admiro mucho, dice que la pareja es tan importante, y nuestra obligación de hacerla feliz tan primaria, que el perdón debe ser la llave cotidiana entre ambos.
LAS DISCUSIONES NOS PERMITEN CONOCER EN
MAYOR PROFUNDIDAD AL OTRO
Querido amigo, toda relación va a tener discusiones. Máxime si se trata de algo tan fuerte como es el proyecto de algún día formar una plena comunidad de vida, donde jugamos todos nuestros números de la felicidad.
Y sin duda, bien llevadas son una enorme oportunidad de conocer a la otra persona, y discontinuar el proyecto si se evidencian diferencias de fondo, o superándolas si es lo adecuado para ir solidificando el amor.
Hasta la próxima.
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