Conversaciones difíciles
Algunas veces nuestro hijo se vuelve más retraído… algo no anda bien. Aguzar el ingenio y ser prudentes son claves para acertar.
Lucía Argibay Molina | Orientadora Familiar | luciaargibay@gmail.com | @Luciaargibay
LA INTERVENCIÓN DIRECTA COMPLICA NO AYUDA
Jueves, algo pasa.
Vicente (9) llegó del colegio y se sentó a tomar el té con María, su mamá, y sus hermanos. Ella notó que Vicente tenía un rasguño debajo del ojo y preguntó: “¿Cómo te fue hoy?” y recibió un “bien” como toda respuesta.
Cuando los hermanos se levantaron de la mesa, María lo llamó en privado para preguntarle qué era esa herida y enojado, Vicente gritó: “¡Nada!”
María insistió, como suelen hacer las madres, hasta obtener una respuesta más tranquilizadora.
– “Ah, ahora me acuerdo, me raspé con una rama de un árbol jugando al fútbol en el recreo”.
Viernes, invitación
Vicente invitó a Marcos y a Juan después del colegio. Llegaron y se sentaron a la mesa. María compartió el té con ellos. Los hermanos de Vicente no estaban. Marcos se sintió en confianza y empezó a hablar entre risas: “Hay dos grupos en tercer grado. Uno es el grupo de los machos, en el que estamos Vicente y yo”. Juan agregó: “¡Y yo!” Marcos le contestó: “¡No, vos no! Vos estás en el otro”, y se calló enseguida, con aire de ganador.
María entró en la conversación: “¿Y cuál es el otro grupo?” Marcos se rió y lo miró a Vicente. Vicente se puso colorado y dijo: “El otro es el de los llorones.”
María se dio cuenta enseguida de que había llegado a un punto de información muy relevante, que, si bien era un secreto entre compañeros, los chicos tenían ganas de contar. Trató de disimular su shock Inicial y con naturalidad continuó preguntando: “¿Qué diferencia hay entre el grupo de los machos y el de los llorones?” Marcos respondió: “Los machos son los que se bancan todo, se raspan, les sale sangre y no dicen nada. Los llorones son los que les cuentan a su mamá o a la maestra, los que ven sangre y se ponen a llorar como bebés”.
María insistió: “¿Y cómo saben qué chico pertenece a qué grupo?” Marcos se rió de nervios y dijo: “Es en el recreo, justo antes de entrar a la clase, somos tres los que les preguntamos a los chicos en qué grupo quieren estar, y todos quieren estar en el de los machos. Los probamos y bueno, ¡ellos quieren! Les decimos que los vamos a golpear mucho”.
María no podía creer lo que oía: “¿Los golpean? ¿Cómo?” Marcos continuó nervioso: “Vicente también golpeó a otros. ¿No, Vicente?“ Vicente estaba muy colorado. “Somos siempre tres, vamos cambiando. Pedro, Martín y yo; o Vicente, Pedro y yo. Les pegamos mucho, contra la pared, hasta que se caen al piso y ahí nos paramos arriba y si no lloran, son machos.”
María se quedó callada, y esperando que le cuenten algo más, pero los chicos habiendo comido y recuperado las energías, salieron corriendo a jugar. Enseguida llamó a su marido: “Algo no anda bien en el grupo de Vicente”, y lo puso al tanto. El marido la tranquilizó: “No te preocupes. Me acuerdo, en el colegio, el miedo que yo tenía a veces de salir al recreo. Hay que hablar en el colegio y ver qué se puede hacer.”
Lunes, colegio
María se presentó en el colegio, no le resultaba nada fácil, pero había que comunicar el problema lo más pronto posible.
LAS FAMILIAS DE LA CLASE DE VICENTE
SE CONOCIERON MAS PROFUNDAMENTE
Pasaron unos minutos y Viviana, la directora, la hizo pasar. María estaba muy incómoda cuando empezó a relatar lo que ella sabía. No pudo contener las lágrimas y su voz se entrecortaba. Su hijo siempre había sido dulce y cariñoso y ahora estaba metido en este lío. Se sentía avergonzada. Era un tema delicado y María quería que se interpretara correctamente el propósito de su preocupación. No se trataba de echar culpas o de ir con cuentos, sino que juntos, colegio y familias, encontrarían una respuesta superadora.
Viviana, con su experiencia, escuchó sin interrumpirla y luego afirmó: “Creo que la preocupación que tenés, María, es válida y te agradezco que te hayas acercado al colegio para charlar conmigo.”
Viviana no estaba sorprendida. Y agregó: “Estamos observando comportamientos muy agresivos entre los chicos de tercero”.
Entonces María interrumpió: “Pero… ¿dónde están los adultos que deben cuidar a nuestros hijos en el patio?” Viviana contestó: “Es el recreo del mediodía, un momento muy complejo. Las maestras de castellano se están yendo y las de inglés están llegando. Aunque tenemos turnos para cuidar el patio, los chicos son pícaros y encuentran el lugar y el momento libre de adultos para hacer lo que saben que no deben. Tenemos que hacer un trabajo coordinado familia-colegio. Desde el colegio trabajaremos con la psicopedagoga para mejorar el vínculo entre compañeros. Dado que estamos frente a una dinámica de grupo, es una buena idea hacer un café de madres, comentarles lo que está pasando y ver cómo responden. ¿Te animás? Luego me comunicás cómo les fue.”
María se sintió movilizada a la acción e invitó a todas las mamás al día siguiente a su casa.
Martes de madres
El foco de la reunión fue hablar de este juego violento que se estaba instalando entre los chicos, que se caracterizó como una dinámica sistémica de grupo. No se echaron culpas ni se buscaron culpables. Juntas, las madres pensaron estrategias para mejorar el vínculo entre los chicos. La más importante era que los chicos trataran de invitar a un amigo que no hubieran invitado antes y así mover un poco el sociograma de la clase.
Final feliz
El grupo de chicos se tranquilizó, el comportamiento y los resultados académicos mejoraron.
Cuando los chicos no se están defendiendo, pueden crecer y desarrollarse.
Las familias de la clase de Vicente se conocieron más profundamente y se unieron más con la alegría de haber logrado bajar la tensión y la violencia del grupo de chicos y preparándose con optimismo para los nuevos desafíos que vendrán. El colegio también sintió la felicidad que da trabajar en equipo cuando cada cual se hace cargo de la parte que le toca.
+ Info
• Arias, Maria Eugenia & Argibay Molina, Lucía. (2014), Conversaciones difíciles entra la familia y el colegio, Barcelona: Universidad Internacional de Catalunya.
• Narodowski, Mariano. (2016), Un Mundo Sin Adultos, Familia, Escuela y medios frente a la desaparición de la autoridad de los mayores. Buenos Aires: Debate
• Zysman, María.(2013), Bullying, Cómo prevenir e intervenir en situaciones de acoso escolar. Buenos Aires: Paidos