[ Entrevista a Eduardo Cazenave ]
Director General del Colegio San Juan El Precursor, en San Isidro, y miembro de Fundación Padres. Un hombre con segura experiencia en educación. Por eso, charlamos con él acerca del bullying, un tema que preocupa.
Lucía Argibay Molina | Orientadora Familiar | luciaargibay@gmail.com | @Luciaargibay
¿Qué se entiende por bullying?
Se entiende por bullying la agresión repetitiva de un chico más fuerte a uno más débil o de un grupo mayoritario a un alumno. Si se repite en el tiempo, si es intenso en el abuso físico, psicológico, virtual o real, se considera bullying.
Si es entre pares, entre “iguales” y se da cada tanto, entonces es parte de la convivencia. Sigue siendo algo para trabajar y corregir, pero no es propiamente bullying.
La constancia en la agresión y la desigualdad entre agresor y agredido es lo que determina la diferencia.
¿Los padres pueden intervenir cuando pasa algo así?
El rol de los adultos -padres y docentes-, que son parte de toda una comunidad, de un gran sistema de relaciones, es clave. Por lo general, agresor y el agredido sufren de entrada del mismo problema: baja autoestima. El que agrede quiere hacerse notar en su grupo, quiere resaltar, y lo hace agrediendo.
El que es agredido no se defiende o no logra que lo que los demás digan o hagan no le afecte, también porque tiene baja la autoestima. Los padres de uno y otro deben trabajar internamente entre ellos, con su hijo y con el colegio para ayudar a ambos, agresor y agredido, a salir de esa situación. Deben reforzar todos los caminos posibles para que ellos se sientan queridos y valorados, más allá de lo que hagan o digan otros. Los adultos no deben intervenir de manera directa ya que, muchas veces, con la mejor intención, complican más la situación.
Decís que los adultos -padres y docentes- están involucrados, ¿cuál sería el rol del docente?
El colegio es el que lidera y por eso el docente, con su observación continua, es clave para marcar con claridad cuando ve que algo está mal, de manera que no queden dudas.
Al estar al frente de la situación, puede defender al débil y corregir al fuerte. Pero, además, todos deben ayudar a que el grupo silencioso, los demás chicos, intervengan en el sistema.
EL COLEGIO DEBE LIDERAR, ACOMPAÑAR
A LOS PADRES DEL AGRESOR Y DEL AGREDIDO
Ellos son el gran secreto silencioso del bullying: los que observan y en teoría “no hacen nada” ya que con su “no hacer” resultan el factor determinante.
El agresor quiere llamar la atención de ellos, ser aceptado, hacer que se rían o que lo respeten.
Ese grupo mayoritario tiene la llave en su mano. Si ellos le marcan al que hace bullying su error, si ellos protegen al que es agredido, el bullying se soluciona de fondo. Eso es lo que se puede hacer, trabajar los adultos, liderados por el colegio, para que los que están en silencio alcen la voz, el grupo de chicos que no habla, que no interviene, que ríe o calla. Ellos tienen la llave del cambio.
¿En qué consiste ese liderazgo del colegio?
El colegio debe liderar, acompañar a los padres del agresor y del agredido. Si hace falta, puede sugerir caminos de terapia, marcar con claridad las acciones que son dañinas y nocivas en el momento en que se dan, sancionando, corrigiendo, pero entendiendo que el bullying no se soluciona apretando un botón, es un tema de cambio de conductas y hábitos de todo un grupo, un gran sistema humano.
¿Qué sugerís para hacer en familia?
Confíen en el colegio, lleven el problema a los directivos, aun si se da fuera del aula, en el club o en las redes sociales. Tengan cuidado con las intervenciones directas, como llamar a otro padre acusando, enojados, o señalar a un chico en las redes de Whatsapp dejándolo como la “manzana podrida”, aunque no usaras esa expresión. Todos son niños, pueden ser tus hijos, el agredido o el agresor, tratalo como te gustaría que traten a tu hijo. Con amor, con afecto y con la ayuda de profesionales de la educación.