ES QUE PAPÁ…

Conversaciones difíciles

Cuando los problemas de la casa saltan en el aula, ¿está preparado el docente para  abordarlos?, ¿hasta dónde llega la intervención del colegio?

LUCÍA ARGIBAY MOLINA | ORIENTADORA FAMILIAR | LUCIAARGIBAY@GMAIL.COM   – @LUCIAARGIBAY

 

[dropcap]«[/dropcap] ¡Te vas a la Dirección!” Marina salió del aula totalmente ofuscada, su maestra la había mandado a la Dirección por haberle contestado de muy mala forma. Estaba indignada. Al llegar al despacho de Alicia, Directora de la escuela primaria, Marina le comentó las “razones equivocadas” por las cuales la maestra la había enviado. Alicia escuchó a Marina con toda la paciencia del mundo, pero también con la firmeza y la conciencia de que si Marina se encontraba allí, era por un motivo de peso.

Ni Papá, ni Mamá

Luego de la charla que se extendió más de lo previsto, Alicia pidió a Marina su cuaderno de comunicados para notificar la situación a sus padres. Marina enseguida le entregó el cuaderno comentando: “Mamá vuelve muy tarde de trabajar y Papá… hace un montón que no lo veo. Mi abuela… ella no me dice nada si me  mandan una mala nota. Es más, se ríe”. Alicia levantó la vista del cuaderno de comunicados donde plasmaba la observación de lo sucedido en clase, y preguntó: “¿Y por qué hace mucho que no lo ves a tu  padre?” Marina respiró profundamente y dijo de corrido: “Es que Papá no vive más en casa”. Alicia observó a la niña con atención y volvió al cuaderno nuevamente. Terminó de redactar la nota, la firmó y le entregó el cuaderno.es que papa 2

La conducta de Marina tenía un motivo y buscaba llamar la atención no sólo de su maestra y de sus compañeros, sino también de Alicia y de sus padres. Es posible que la situación problemática que estos vivían no les permitiese percibir la necesidad de contención de su hija.

Comprensión con límites

Alicia se acercó a Julieta, la maestra de Marina, al concluir la jornada. Julieta enseguida se disculpó: “Te mandé a Marina porque no hacía caso. Le hice varios llamados de atención pero ella no los registró y seguía discutiendo todo. Se me hacía difícil continuar con la clase. Me cansó. No sé qué le pasa, parece que me lo hace a propósito. ¡Está insoportable! No termina los trabajos, se distrae y distrae al resto”.

“Mamá vuelve muy tarde
de trabajar y Papá… hace
un montón que no lo veo.”

Alicia la interrumpió: “Marina no la está pasando bien; aparentemente  su padre se ha mudado fuera de la casa”. A continuación le comentó la conversación que habían mantenido en su despacho, aclarándole: “Julieta, no te tomes a modo personal el mal comportamiento de Marina; no te lo hace a propósito. Es su forma de pedirnos ayuda. Ya cité a sus padres así nos informan con claridad qué es lo que pasa y nosotros les podremos comentar cómo la vemos acá. La inestabilidad en la familia impacta en los chicos y estos se ponen a la defensiva”.

Julieta de golpe cayó en la cuenta: “Ay, pobrecita, no tenía idea. Me contesta todo de mal modo. No me imaginé nunca lo que me estás contando”. Alicia fue la que continuó diciendo: “Sí, es cierto
que tenemos que contenerla y ayudarla, pero también marcarle los límites con cariño.

Comprenderla no significa justificar su mal comportamiento”.
Julieta no salía de su asombro: “Pero … ¿cómo puede ser que nadie nos haya comentado nada de nada?” Alicia contestó: “A veces a loses que papa 1
padres les da mucha vergüenza y no se acercan al colegio para  hablar. Otros tienen baja autoestima para encarar estos temas con franqueza.

Su comportamiento
desafiante atrajo la atención
sobre ella y la situación que
no podía manejar.

También puede que estén atravesando una gran crisis y no sepan cómo encararla. Al final, acá en el colegio somos los últimos en enterarnos”.

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PARA MAESTROS Y DIRECTIVOS
No tomar el mal comportamiento como algo personal: “Me lo hace a propósito”.

Tener una disposición accesible para recibir a los padres cuando lo necesiten.
Generar un vínculo de confianza con los padres o la familia, para que se animen a comentar qué dificultades influyen en el alumno –tanto en su desarrollo y como en su aprendizaje.
Escuchar con atención empática.
Ser conscientes de los propios prejuicios para evitar los juicios de valor.
Tener una mirada compasiva.
• Preguntar sobre cómo van a acompañar a su hijo en ese momento de dificultad familiar. ¿Consultarán a algún profesional?
• Trabajar en forma interdisciplinaria, haciendo equipo para acompañar al alumno.
• Manejar estos temas familiares delicados con confidencialidad, prudencia y profesionalismo.

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PARA PADRES

Evitar poner a los hijos en el medio. Los problemas entre adultos deben quedar entre adultos.
Explicar que la separación es de la relación conyugal (marido y mujer) y que la relación paterno-filial continúa.
Clarificar con frecuencia que el motivo de la separación no es consecuencia del comportamiento de los hijos, sino de una dificultad entre esposos.
Mantener una comunicación fluida con el colegio sobre los diferentes estados por los que pasa el niño como la influencia de su nuevo contexto familiar.
Enfocarse en la capacitación emocional del hijo, sin quedarse estancado sólo en el mal desempeño, sino trabajar en lo subyacente de dichas conductas.

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es que papaEl elefante bajo la mesa 

Marina, a través de su comportamiento desafiante, atrajo la atención sobre ella y la situación que no podía manejar en su casa: la ausencia de su papá. Esta es una manera frecuente que los niños tienen de pedir ayuda. Como otras tantas, la separación matrimonial es una de las situaciones familiares complejas que se destapan en el colegio y requieren un abordaje conjunto: demandan una conversación difícil. Se trata de preguntar con mucha delicadeza y sentido común a partir de lo que comenta el alumno buscando tanto su desarrollo integral, académico y emocional, como su acompañamiento.

Alicia, en su rol de Directora de primaria, tenía la gran  responsabilidad de poner el elefante sobre la mesa. El propósito de la conversación era claro: conocer por qué Marina no estaba tranquila en el aula, averiguar qué era lo que la estaba estresando y conocer cuáles podían ser los motivos de su mal comportamiento.

Alicia sabía que los temas que no se abordan en el momento justo, luego explotan. La clave para comenzar era construir un vínculo de confianza y comprensión con los padres, donde estos pudieran comentar sus desafíos sin sentirse juzgados ni entrar en detalles innecesarios.

El foco siempre puesto en el bienestar del niño (hijo/alumno). El solo hablar de los temas tensionantes convierte las preocupaciones en aspectos concretos y más maleables. Encarar este tipo de conversación requiere una gran dosis de coraje y valentía.

Este es un momento crítico, donde la alianza familia-colegio puede convertirse en una red de adultos responsables que cuidan, educan, contienen y acompañan a los niños en su desarrollo y crecimiento.

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Arias, Maria Eugenia & Argibay Molina, Lucía (2014), «Conversaciones difíciles entra la familia y el colegio»,

Universidad Internacional de Catalunya. Seitún, Maritchu (2013), «Criar hijos confiados, motivados y seguros». Buenos Aires, Grijalbo.

Zolezzi, Teresa (2014). «¿Cómo se sienten los alumnos?» Comunidad Diario La Nación https://www.lanacion.com. ar/1699046-como-se-sienten-los-alumnos Ilustraciones: Oli Rivarola (8).

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