CORAZÓN DESPLEGADO

María Freytes

Una mujer de los medios que propone el respeto por el otro y sostiene la importancia de los valores en todos los ámbitos de la vida.

MARIA AMALIA CABALLERO | DRA. EN COMUNICACIÓN PÚBLICA | DIRECCION@SEMBRARVALORES.ORG.AR

 

[dropcap]M[/dropcap]María es la menor de tres hermanas. Cuando terminó el colegio secundario, estudió análisis de sistemas. Aunque hacía teatro, su camino profesional en la tele partió de un encuentro inesperado con Gastón Portal. Hoy es panelista en Desayuno Americano y en Debate GH.

SV| ¿Sentís que este es tu lugar o querrías estar en otro lado?
MF| Claramente la conducción me gustaría. Porque la conducción marca un tronco y las tres ramas para ese árbol en el debate. Al ser panelista, podés decir «veo esta otra rama» pero no llegás a maria freytesdesplegarla, tenés que respetar el lugar desde el cual mira el otro. Por ahí, ni siquiera ves el conflicto que se plantea. Sin embargo, en estas circunstancias, valoro mucho la libertad que me da el ser panelista. Puedo dedicarme a mi familia, a mis hijos, a mis amigas. Y todo eso es importante.

SV| A veces sos firme en tus posiciones, te gusta explicar hasta el final.
MF| Siento que debería serlo más, pero también están los otros que necesitan su tiempo para expresarse.

SV| Lo tuyo, ¿es una actuación?
MF| Hay gente que se ubica en un personaje, a mí me cuesta decir algo que no comparto o que no pueda sostener. Podría ser súper ácida y se me ocurren cosas que serían graciosas pero pienso que hay alguien del otro lado que lo puede sufrir. Porque descubrís que del otro lado, por más que haya un personaje, también, y sobre todo, hay una persona. Esa persona tiene sentimientos. A mí todas las personas me movilizan y no soy de querer brillar por desacreditar a otro. Entonces elegí guardarme la acidez para mí y divertirme con una amiga que lo pueda compartir

SV| En estos programas se plantea habitualmente la vida del otro…
MF| Trato de tener una visión conciliadora, darle el beneficio de la duda, entender por qué lo hace… sin juzgarlo, desde una mirada más misericordiosa. Cuando hay que reírse, te reís, pero si sabés que al otro no le está doliendo.

Nos está faltando algo

SV| Te gusta este tipo de programas, ¿por qué?
MF| Siento que hay un agujero que llenar. Necesitamos salirnos de este mundo de la TV en el cual parece que hay un código que acepta todo en función del éxito y otro código para la vida; yo digo «no». Hay unos valores que estánmaria freytes 2 por encima, adentro y afuera de la tele.
Hay algo para decir desde ese lugar donde parece que el rating es el gran amo. El rating está diciendo que hay interés, que puede ser morbo, o algo desopilante o genial y tantas otras cosas que no indican que haya calidad. No asocio alto rating con alta calidad.

En familia

SV| ¿Cómo es tu familia para arriba, para los costados, para abajo?
MF| ¡Ay! Mis padres se separaron y fue un gran dolor de mi niñez; sin embargo rescato y agradezco que siguiéramos siendo una familia. Fue un esfuerzo enorme, un trabajo que hicieron ellos, especialmente mamá. La mujer marca mucho el clima.
Hace 12 años me casé con Tomás y tenemos tres hijos. Transito este camino que es el matrimonio y voy comprendiendo más a mis padres, entendiendo que, con las herramientas que trae, cada uno hace lo mejor que puede. Así, también me puedo anticipar.

Mirar al otro con el corazón desplegado;
para comprender, no para enjuiciar.

SV| Y, ¿cómo te ves en la crianza de tus hijos?
MF| Es una responsabilidad que no me paraliza porque siempre está la palabra perdón y la verdad sobre la mesa. Eso siempre sana.

Si uno hace las cosas con amor todo se simplifica, se aclara. Te podés equivocar y esto ayuda a los hijos a entender a las personas desde su limitación. Para mí es una regla de vida que me permite aceptarlo, perdonarlo y hasta defenderlo.

SV| A veces los chicos no entienden, precisamente porque son chicos.
MF| Sí, pero el desafío más que nada está en no alejarse por no saber cómo hacerlo. Trato de que mi mirada no sea demasiado fuerte. Yo tengo una postura, posiciones tomadas en la vida y les digo: esto es lo que yo creo, pero ¿dónde está la delicada línea que permite ver que tus hijos pueden pensar diferente, actuar diferente y con el límite que es el valor que está en juego? Por ejemplo, es normal que un chico quiera llamar la atención, lo entiendo, pero ¿pasar el límite de lo que es educado? No hablo de la transgresión sino de la educación.

SV| ¿Cómo participa Tomás en la educación de los hijos?
MF| Mi marido tiene una forma de ser completamente diferente; yo soy muy charleta, él es un padrazo, un padre muy amoroso. Me encanta que tenga su espacio de diálogo con los chicos. Con estilos distintos, estamos muy acordes en los valores.

SV| Te gusta reflexionar con ellos…
MF| En momentos familiares charlamos los temas que son importantes para ellos. Por ejemplo, los abusos de la intimidad. En el colegio de los chicos aprendí la regla NIC. Frente a una situación que te incomoda: decir No, Irse y Conversar con los padres o con algún adulto. El mundo de ellos es también mi mundo.

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