¿Ahora qué hacemos? Un temón en cada familia.
“Con dinero y sin dinero”, dice una antigua canción mexicana, un tema delicado e indispensable para resolver en cada familia, cada pareja y uno en particular.
Los dos ganamos bien pero, no logramos ponernos de acuerdo en quién paga cada rubro.
¡Peor! me parece que me miente, para no compartir el dinero que gana.
Si los dos ganan bien ya es una muy buena noticia para empezar. Asumamos que hay muchos matrimonios y familias para quienes el problema es la falta de dinero.
Sin embargo, las diferencias en la administración del dinero, pueden atacar la unidad de la pareja y la desconfianza es uno de los peores enemigos.
Tal vez el primer paso es “blanquear”
Si quieren tener una convivencia sana, es muy necesario contar con una organización financiera familiar razonable, en la que constan los números reales y claros para ambos.
Primer paso: ¿Cuánto ingresa?
Segundo: ¿Qué gastamos en familia?
¡Cuánto ayuda pasar de lo “mío” a lo “nuestro”!, no en todas las familias se logra pero, la experiencia demuestra que hace las cosas más fáciles, afirma Mariuqui Magrane, coach ontológico especializado en familia.
En general, las prioridades son distintas para los hombres que para las mujeres… ¿Cómo ponernos de acuerdo?
Además más allá de las preferencias o urgencias, como el súper, la educación, salud… la realidad nos advierte que el dinero es manifestación de un cierto “poder”.
Dinero y Poder
Sin dinero “no podemos” hacer casi nada. Pero el “poder” que se siente pasa más por la “autoridad” que da el dinero en la toma de decisiones.
De ahí que para organizarse en la economía familiar, hay que coordinar alguna forma de participación compartida en los gastos.
Es preferible blanquear esos montos y que sepamos que existe una parte que se destinará a cuestiones personales, no necesariamente familiares. A veces es un hobbie, un gusto personal que escapa al proyecto familiar, una necesidad de los padres, una deuda previa. Si conocemos el monto y el destino, nos resultará mucho más fácil confiar y poner a disposición lo nuestro.
Acuerdos indispensables
Ante la incertidumbre con la cual nos movemos casi habitualmente, algunos acuerdos básicos consensuados porque somos capaces de conversarlo y no vamos a discutirlo cada mes, semana o año:
– analizando cada situación, lo más objetivamente posible.
Cuáles son los gastos habituales que hay para compartir:
-¿La casa?, ¿el auto?, ¿la prepaga?, ¿los impuestos?
-¿Los hijos: colegio, comida, ropa?
Y un largo etcétera se ajusta a la realidad de cada familia.
Consejos de experta, madre, esposa y abuela
El mejor momento: No es cuando están enojados… pero tampoco vas a arruinar un buen momento trayendo el tema #NoHayPlata.
Sugerencias:
- Cada uno pone todas las cartas sobre la mesa
- Planivicación
- Esperanza
- Sentido del humor…
La forma de gastar en la familia, insiste Magrane, puede ser reflejo de otros temas sin resolver. Y los reclamos tienen más que ver con independencia, la intimidad, una demanda de afecto… Es para pensarlo, porque pueden llegar a cuestiones cruciales como pareja. Traten de no criticarse con “ella es gastadora” o “él es un amarrete”. Se entregaron la vida uno al otro, que el dinero no los separe.
#GuerraDeGastos
#PeleasPorGastos
#TironeoXLosGastos
#AcuerdoXLosGastos