En todas las familias “pasan cosas”, pero de algunas “no se habla”, ¿por qué?, preguntamos a la Lic. Andrea Saporiti, psicóloga.
Edición María Lescano – Periodista
¿Por qué hay secretos en las familias?
“Es una especie o intento de negación ‘de eso’ no se puede hablar porque no lo puedo enfrentar o no puedo emitir un juicio de valor, ya que no estaría bien y elegimos creer que si no se hablan desaparecerán”.
¿Cuáles son los temas más frecuentes?
“Estos secretos pueden referirse a acontecimientos de lo más variados: problemas económicos, pérdida de hijos, embarazos inesperados, infidelidades… Y si bien es bueno y alentamos a que se conserve y defienda la intimidad de la familia, dado que en muchos casos puede estar en juego la honra de alguien, dentro del hogar, con los de nuestra casa, lo saludable es poder conversar las cosas”.
No todos comprometen emocionalmente al mismo nivel. Menciona algunos que no son los más profundos pero son muy frecuentes:
- Situaciones económicas.
• El padre está sin trabajo pero la vida sigue como si esto no fuera así y no hubiera dificultades.
• Plata y propiedades perdidas por el juego.
• La madre que da plata a los hijos o a alguno de ellos sin que el padre lo sepa.
• El hombre que hace disposiciones y manejos de dinero y propiedades sin que la mujer o la familia lo sepan.
Otros temas frecuentes y más delicados:
- La pérdida de un hijo cambia la ubicación de todos en la familia.
• Es frecuente la pérdida del primer embarazo, y si los hijos que vienen después no lo saben, no logran ubicarse respecto de su lugar en esa familia. Suele ser más sano ponerle un nombre y que sea conocido por todos los miembros.
• Los abortos provocados o involuntarios, que tal vez nunca se hablaron, salen en la terapia, incluso a través de otros síntomas.
• Si en el matrimonio hubo una infidelidad.
• La historia familiar de los miembros de la pareja.
• Un tío de quien “nadie sabe nada”.
• La situación de los abuelos, ya sea económica, de salud, sus voluntades, etc.
¿Cómo conviene actuar?
Sí:
“Primero, habrá un proceso de introspección que nos ayude a comprender que aunque lo callemos, en realidad, sigue estando y sentimos, también, el mal, que nos hace el tenerlo anclado en el alma. Sentimos que el secreto hace ruido, que nos distancia como miembros de la misma familia, que el secreto empieza a hacer ruido entre nosotros; entonces, estaría mejor dar el paso para que se conozca.”
Hay distintos tipos de secretos y la manera de actuar será también diferente. Por ejemplo,
-si se trata de una situación económica o de falta de trabajo, seguramente es el momento de ponerlo sobre la mesa. Los hijos estarán en distintas situaciones, pero es una forma de buscar la solución; de lo contrario, se agranda cada vez más el conflicto”.
-hay temas -como es el caso de la infidelidad- en los cuales no es necesario involucrar a nadie más que a la familia. Es un tema que genera ruido interno y externo. Entonces, llega el momento de evaluar cómo y con quiénes se comparte.”
De ninguna manera es aconsejable -como algunos sugieren- eso de sentar a los chicos y que todos cuenten todo sin anestesia.
-Expresar con palabras el dolor, el miedo, la vergüenza, la rabia o lo que sea que nos genera una situación. Cuesta hablarlo porque tienen una fuerte connotación en el plano emocional, y es que no estamos acostumbrados a hablar de los sentimientos más fuertes. Hacerlo, nos garantizaría una psiquis mucho más sana y sincera.
Y, ¿si no se habla?
-Los secretos se van transmitiendo, sin palabras, de generación en generación. Y van generando distorsiones en la comunicación, se percibe que aparecen conflictos que tienen que ver con «algo» que no se sabe y que alguno de los miembros de la familia sí conoce. Se crean silencios que hacen mucho ruido.