Fenómenos demográficos como la baja de la natalidad y la longevidad creciente otorgan protagonismo a los llamados adultos mayores.
Por Dra. María Amalia Caballero – Periodista @mariaamalia.caballero.9
En los países ricos la generación de los jubilados es un target interesante para las empresas, turismo, estética, salud pueden promocionar en este segmento sus propuestas. No es igual en las regiones en las que ser jubilado significa o está muy cerca de caer en la pobreza.
Guste o no, el dato de la ciencia nos avisa que después de la jubilación pueden venir unos treinta años por delante: ¿pensaste que vas a hacer con ellos?
La riqueza de los viejos
Cada vez se descubre mejor la sinergia que puede crearse entre las distintas generaciones, un técnico puede crear una algoritmo que estandarice una línea de producción pero la información acerca del proceso “alguien” la tiene que aportar, nos dice el Rabino Fernando Szlajen en conversación con Mons. Vicenzo Paglia y periodistas convocados por la Universidad del Salvador.
Más allá de la ciencia, experiencia y sabiduría que necesita la inteligencia artificial para prestarnos los inmensos servicios que nos brinda… la gente mayor tiene además otro potencial enorme: la afectividad.
Hoy en las familias conviven habitualmente cuatro generaciones. Es frecuente que padre y madre estén muchas horas lejos del hogar en sus trabajos o haciendo home office. Esta escasez de horas compartidas genera diversas situaciones de vínculos y funciones acerca de la cual hay mucho contenido en este espacio.
El valor agregado de unos abuelos con márgenes de disponibilidad para acompañar a los chicos, buscarlos del colegio, ayudar en la tarea, compartir una comida, no tiene precio. Hace falta una buena y clara relación con los hijos para asumir esta función sin confusión de roles, pero la riqueza afectiva está.
Responsabilidad generacional
Me siento responsable de mi generación, nos dice con una sonrisa pícara y desafiante, Mons. Paglia. Somos la generación que supera en número a las siguientes en la pirámide generacional. Somos considerados “descartables”, si asumimos esa posición ¿qué les dejamos a los jóvenes de hoy?, ¿qué futuro pueden imaginar?
Somos millones en nuestro país, nuestro continente, el mundo, ¿qué vamos a hacer?, ¿cómo encaramos este futuro?
El mundo se está perdiendo una riqueza incomparable si no reacciona y toma en consideración todo este potencial. En estos rangos etarios hay muchos profesionales jubilados pero con gran capacidad para seguir aprendiendo y enseñando, para continuar desarrollando sus habilidades y capacidades.
Sin duda es un tema que ocupa a los Estados y a los organismos internacionales pero después la bajada personal, la actitud es la que lo hace realidad.
Propuestas divertidas
Las propuestas son muchas y divertidas, en primer lugar el intercambio generacional, la participación de personas de distintas franjas etarias en los mismos contextos. La familia es el espacio natural para que esta situación se manifieste. “Dios creó la familia y los hombres las residencias de ancianos”, dice una frase popular.
En este escenario surgen los juegos y las transferencias de saberes. En muchas comunidades los abuelos enseñan a sus nietos las artesanías que sólo ellos conocen y los nietos, además de aprender, crean los canales de venta, las estrategias de publicidad.
Son tan necesarios los abuelos que en los lugares donde no los tienen los contratan.
Mons. Vicenzo Paglia. Presidente de la Pontificia Academia por la vida, Rabino Fernando Szlajen miembro de la misma.