Somos responsables: propaganda, desinformación, grieta, votar, no votar, fiscalizar

Las elecciones nos hacen reflexionar, nos movilizan y, tal vez por eso mismo, cada año electoral salen en nuestros espacios algunas ideas para compartir.

Por Dra. María Amalia Caballero – Periodista

Es feo empezar por un NO, pero así empieza esta columna. No dijimos ni vamos a decir a quién votar o dejar de votar. La elección es personal, guarda relación con algunos compromisos, muchas veces con la formación recibida o la tendencia familiar.

Sí vamos a compartir algunas experiencias basadas en la historia, en lo que reflejan las distintas actitudes, algunas repercusiones que la decisión de cada uno puede tener.

Ante el desánimo

En estos 40 años ininterrumpidos de democracia, en muchos aspectos, no representan mejoras para los argentinos no estamos mejor en salud ni en educación, tampoco en calidad de vida y distribución de la riqueza. Este aniversario redondo no nos encuentra reconciliados, seguimos atravesando una grieta bien ancha.

A la vista de la experiencia mundial, parecería que no se trata de echarle la culpa al sistema sino más bien con sinceridad podría ser que la falla esté en nuestra forma de vivirlo.

Responsabilidad  

Esta vez nos toca reconocer sin referencias personales, cada uno encontrará lo suyo, que el ejercicio de este sistema no está siendo cuidadosamente responsable.

Podemos hablar de la falta de división de poderes, de malos hábitos tolerados en la política o a los políticos. En fin.

Hoy estamos ante una nueva oportunidad. Seguramente la mayoría de los que estamos en esta plataforma no nos estamos presentando como candidatos, sin embargo hay muchas manifestaciones de responsabilidad ciudadana que podemos aplicar.

¿Vas a fiscalizar? Fiscalizar no significa necesariamente militar en una fuerza política seguir a un determinado candidato. Es ir a cuidar el voto de todos los argentinos. Se dedican un par de días al año, a veces no son ni días son unas horas pero implican una capacitación específica para que se cuide lo que cada uno de los que fueron a votar expresó y que esa suma sea el resultado de algo que genuinamente “la gente” quiere.

Desencanto

Votar o no votar ya es más delicado porque en nuestro país el voto es obligatorio y, aunque no parece que haya sanciones graves (o no graves) para el que no votó, se supone que cumplir ese deber es también ejercer un derecho.

Dicho esto, se entiende también que sin una motivación precisa, sin alguien a quién apoyar o desear confiar la gestión de los próximos cuatro años en el ámbito y nivel que sea, resulta menos atractivo. El famoso voto castigo a veces funciona pero no necesariamente estimula y menos atractivo aún es la idea de votar al menos malo.

Irresponsabilidad  

Pero guste o no, hay que decirlo, dejar de ir a votar es una clara señal de falta de responsabilidad, podemos llamarlo falta de amor al país a los conciudadanos…

Pero, ¿cuál es la gravedad? No votar nos hace responsables del resultado, en algunos países, la desidia o la experiencia del fraude, llevó a muchos a no ir a votar. De esta manera, se instalaron gobiernos que no respetan la democracia, ni la división de poderes, se han convertido en auténticas dictaduras instaladas no tanto por las armas sino por “artimañas”, engaños que nos invitan a no llegar a depositar nuestro voto ¿total?

A quién votar

Estamos a tiempo de informarnos, cuanto más cerca de las fuentes mejor, haciendo caso omiso a la propaganda que no conoce o no reconoce reglas éticas, como prometer lo que se sabe que no será posible cumplir, cambiar el discurso según quién pregunta o adónde llega el mensaje, mentiras y denuncias en la proximidad de los comicios de manera que se distraiga por tener que dedicarse a la defensa o simplemente sembrar la duda.

Diferenciar las fuentes para saber por qué este medio, este cartel… dice lo que dice…

Sí, habrá que votar y ojalá puedas hacerlo con seguridad y entusiasmo pero aunque estas condiciones falten, no dejes que la elección la hagan otros, es el granito de arena que podemos poner año tras año.

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