DIVIDIDOS canta el Himno argentino en España, emociones fuertes

Por María Berardi – counselor y coach ontológica, especializada en procesos migratorios @mariaberardiexpats www.mariaberardiexpats

Edición: María Lescano – Periodista

El 9 de Julio circuló un video que imagino nos conmovió a todos los que lo vimos. En España, el grupo Divididos interpretó el Himno Nacional Argentina rodeados por cientos de argentinos con lágrimas en los ojos, envueltos en la bandera celeste y blanca y cantando con gran pasión.

Al verlo… mis recuerdos me llevaron a esos años que viví lejos de Argentina y para festejar las fechas patrias concurríamos a la Embajada.

Reconozcamos que el espíritu nacional nos acompaña como expatriados o migrantes. Es un sentimiento del que es difícil desprenderse y por más que haya muchos motivos que nos han hecho tomar la decisión de dejar nuestro país, el estar lejos siempre moviliza muchas emociones.

Con esta emoción y con este recuerdo, me pregunto

Desde la experiencia personal y la de mi trabajo, no dejo de preguntarme ¿qué es lo que sentimos cuando decidimos partir? Por poco o mucho tiempo, alejarnos de nuestras raíces nos ofrece una oportunidad de crecimiento y autoconocimiento.

Si bien hoy, en Argentina como en tantos otros países, muchos parten por insatisfacción o desilusión frente a pérdida de oportunidades no dejo de cuestionarme si no habrá algo más profundo que nos invita a este cambio

La pregunta es si hoy, quienes somos nietos o hijos de extranjeros, no estaremos buscando sanar esas historias repitiendo una migración. No lo sé, pero quizás sea una buena pregunta para todos aquellos que parten. Cuando un hecho se repite, de una u otra forma, está buscando ser visibilizado, mostrado, hablado para poder integrarlo en la historia de los descendientes para que no quede olvidado aquello que pasó y dolió.

País de inmigrantes

La gran inmigración se produjo en nuestro país en los primeros cincuenta años del siglo XX, donde muchos de nuestros ancestros llegaron en barcos, como suelen decirnos: con una mano atrás y otra adelante. Esta generación silenció el inmenso dolor de dejar atrás un país, una familia, amigos que jamás volvieron a ver. Todo ha quedado escondido en historias pasadas pero, tal vez, no el inconsciente de sus herederos.

Al ver esos rostros llenos de lágrimas pensé en el dolor, casi siempre oculto, de quienes nos precedieron y, también, en si estas experiencias podrán ser una gran oportunidad para comprender y agradecer a esos parientes que nos abrieron el camino.

Buscar nuevos rumbos implica mirar atrás, intentar comprender lo que ha sucedido, perdonar –tantas veces es necesario- y ratificando todo como fue. Si miramos los hechos con la perspectiva de un destino mayor, seguramente comprendamos por qué la vida nos ha llevado por esos caminos.

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