Y Gustavo llegó a París…
Por María Lescano – Periodista
Sin duda, Roland Garrós es una “Meca” para los grandes tenistas y ahí quería estar Gustavo Fernández, alguien para quién ni la anestesia lo distrae de su pasión: el tenis. Volvía de una anestesia, salía de una operación muy delicada, había perdido cuatro kilos y dos litros de sangre, viajó una hora –entre la vida y la muerte- para llegar al hospital pero, al abrir los ojos, la pregunta fue:
–¿Cuándo puedo volver a practicar?
Mientras crece la cultura de la inclusión, Roland Garrós, año tras año, la pone en la práctica.
Sin duda, la presencia y el triunfo ejemplar de Gustavo Fernández, en su primera aparición, nos habla de algo muy grande, cuando se quiere, no hay obstáculos.
También Gabriela Sabatini y Gisela Dulko se convierten en ejemplo para nuestra tendencia la “más o menos”, “ahí vamos”, “es lo que hay”, ellas siguen poniendo todo para que haya buen tenis, para sorprender y “tirar para arriba”. La “willys” de Gaby, que los medios mostraron sin parar, nos grita que no hay límites, la edad no es una excusa. Con esfuerzo, con voluntad, con pasión… se puede llegar más lejos de lo que muestra un espejo o la fecha del DNI.
A seguir el día a día, y repensar los mensajes que nos dejan Gusti Fernandez y Palito Figaldo, el descubridor de Gabriela Sabatini.
Gusti Fernández: Manejar las emociones, contar con el acompañamiento familiar son algunas de las claves indispensables para alcanzar estos logros.
Palito Fidalgo: El tenis es mi favorito porque es creativo.