Guerras: No se defiende aquello que no se ama.

El sábado estuve en la feria del libro. Sin preverlo de esta manera, arranqué en la presentación del libro 1982 La gesta y continué con los paneles organizados desde la Embajada de Ucrania.

Por María Lescano – Periodista

La presentación del libro La gesta fue una nueva oportunidad para homenajear a los héroes de esa guerra, militares que después de 40 años, por primera vez sienten el reconocimiento. En sus testimonios, comentaron cómo al ser convocados no se sintieron muy entusiasmados por participar, ya habían tenido acercamientos desde distintos lugares que terminaron en sinsabores.

  • Por primera vez nos sentimos identificados, por primera vez una película que transmite lo que se vivió y cómo lo vivimos.

No solo los que fueron a la guerra lo sintieron así, todo el país estaba en vilo por lo que pasaba en las islas y desde el continente.

Una mujer desde el público quiso saber si les llegaban las cosas que se les enviaban desde el continente y la primera respuesta rápida fue sí, teníamos cantidades de gorros, de bufandas… pero después una reflexión, no todo llegaba, el material de guerra era lo principal aunque había en ellos agradecimiento por aquellas manifestaciones de afecto y cercanía.

Nicolás Canale, director del film, trajo a la sala una frase del Teniente Primero Esteban Vilgré Lamadrid: No sabía que las derrotas podrían escribir páginas de gloria para las naciones. Sin embargo el Comodoro Pablo M. Carballo puntualizó: “Se perdió una batalla pero el conflicto del Atlántico Sur continua”.

La película estuvo en los cines y ahora está girando a través del país principalmente por colegios e instituciones. Urge que se conozca esta historia real.

  • Más que la guerra, dolió lo que vino después, la desmalvinización, el intento de borrar esta gesta de nuestra historia.

El libro comienza con un marco histórico importante y casi desconocido, cómo se llega a esas islas que son una sombra permanente no solo un pasado, sino más bien un presente y un futuro.

Marcelo Llambías, hoy veterano, entonces teniente primero recién egresado, nos habla del sacrificio, del frío, del miedo, pero:

  • No era algo trágico, era una aventura, defendíamos a nuestra Patria, el miedo y la angustia se convertían en exaltación, alegría, euforia. No éramos los niños de la guerra, hacíamos lo que había que hacer.

No se ama lo que no se conoce y no se defiende lo que no se ama…

    Ucrania, tremenda guerra

En minutos y avanzando entre multitudes se llega al salón donde se encuentra una importante representación de Ucrania con su embajador a la cabeza pero también periodistas y delegados de Costa Rica, Polonia, Rumania.

El compromiso es hoy y es ahora, Ucrania está sosteniendo una lucha por las futuras generaciones, por los valores de Europa, la única guerra justa es la defensiva, una salvaguardia proporcional al bien que se defiende. Una lucha que es por la libertad, la soberanía y una paz justa y duradera, afirma el embajador.

Ucrania sufre cruelmente invadida por el “dictador” Putin, se registra una virulencia mayor a la de la segunda guerra mundial.

Necesita salir de esta situación cuanto antes. Pero atención, existen condicionantes de cierta importancia para que esa salida sea exitosa y ponga la verdad y la justicia en su punto. Se necesita poder militar, se necesita fortalecer la ayuda financiera y las sanciones correspondientes a invasor genocida y responsable de un verdadero ecocidio. No basta el urgente retiro de las tropas, es necesario garantizar la seguridad nuclear y alimentaria, el respeto de la Carta Orgánica de las Naciones Unidas.

     Periodistas presentes

      Carolina Amoroso viajó tres veces a cubrir la guerra, nos habla de una identidad suprimida, de niños trasladados y trasladados y rápidamente nacionalizados, rusos, dados en adopción, obligados a aprender el idioma ruso y olvidar el propio.  Son unos 300.000 nos niños que han sido deportados. Recientemente, algunos regresaron pero sus hogares ya no estaban, hablan de hambre, de violencia, de mal trato, de engaños.

Y al informar acerca de la guerra: algunos piden “equidistancia”, pero no es posible falsear la verdad, la información y morir no es lo peor, es dejarnos asfixiar por lógicas represivas, afirmó la periodista.

El periodista Guillermo Lobo, expuso su experiencia desde el estudio de televisión en la investigación y el contacto con la corresponsal

Foto principal: Carolina Amoroso corresponsal de guerra, estuvo tres veces en Ucrania. acompaña el panel con referentes de la comunidad Ucraniana en Argentina y Uruguay.

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