Juicio público y mediático por la muerte de Fernando Báez Sosa

La muerte de Fernando BS, es la culminación catastrófica de una situación que, no nos engañemos más, se da cualquier noche de “fiesta”, en cualquier lugar del país.

Orientamos, por Lic. Adriana Ceballos – @adrianaceballos.coachdefamilia

Gracias a Dios, a la suerte, y vaya a saber a cuantas cosas más, no siempre llegan a este desenlace fatal pero el alcohol, las drogas, la falta de límites, sumados a complejos factores sociales, económicos, familiares y biológicos, junto con el ejemplo y la incoherencia colaboran de manera piramidal a construir esta realidad.

¿Cómo es posible que un grupo de tantos perversos se reúnan para comentar actos tremendos? ¿Cómo se dio? ¿Qué pasó esa noche en Gesell? ¿Cómo explicamos el horror? Alguien respondió: “esos monstruos salen de algún lado…”

Salen de una familia, de un país, de una sociedad.

Y esta respuesta fue el gran golpe: salen de una familia, de un país, de una sociedad. Desde las máximas autoridades de un país, la familia, el colegio, el club son responsables directos o indirectos de la existencia de estos “seres despreciables” que construimos a nuestro alrededor, tantas veces sin querer ver nada de lo que pasa.

Una familia, un país, una sociedad

Recuerdo con claridad a Ariel Malvino. Víctima en Ferrugem, Santa Catarina, Brasil, hace 17 años, de un suceso similar pero, que todavía sigue impune… Tres correntinos, deportistas, encumbrados con el poder de turno, cometieron un asesinato parecido. Nadie más habló de él. Hay muchos casos parecidos: Una familia, un país, una sociedad…

¿Cuál es el perfil de personalidad? Describámoslos:

Sin empatía, se constituyen a sí mismos en ley, los sostiene la impunidad. El hartazgo, la vacuidad, la falta de valores, sumada a una violencia sin fundamento y la ausencia de un proyecto real y profundo de vida, son algunas apreciaciones más.

“El perverso siente placer de hacer daño, de humillar. Cuánto más indefensa esté su víctima más goza con su sufrimiento e indefensión”. Elvecia Trigo (M. 5442) es psicóloga.

 Pero, atención, la perversión y el sadismo, se construyen desde la infancia.

Podemos cambiar

Trabajando desde la panza, desde la infancia, podemos transformar ese perfil perverso: regalale a tus hijos una mirada tierna y contenedora que les muestre, a la vez, autoridad y límites porque les trasmitís paz, no miedo.

Que tus intervenciones sean claras y firmes pero amorosas, los padres sabemos ¡cuánto cuesta esta combinación!

Tal vez, los padres somos de la generación que confiaba en “una “buena bofetada a tiempo”, pienso que en la educación, no es efectiva para nadie. Tampoco la palabra, que rebaja hiere, que degrada y no por una superficial visión de la “autoestima” sino porque, la palabra es poderosa y al ser repetida, queda grabada: para bien o para mal. Es difícil volver del recuerdo de un padre o una madre que con su palabra hiere. Ya lo aprendimos, la violencia física, verbal o psicológica nunca es camino.

En cambio, los juegos en familia son una gran ayuda, aprenden a ganar y a perder, a tratar con respeto sin humillar al que pierde…  Y, como es sabido: “los juegos de hoy son las conversaciones de mañana”.

A veces, llegan con propuestas que nos parecen descabelladas, poco lógicas, sin embargo, vale la pena apoyar en aquello que propongan para que sean capaces de llevar adelante un proyecto y aprendan ellos sobre la marcha si vale la pena llevarlos a término o no, sin imponerles nuestra “lógica adulta”.

Aunque lo veas grandote, contenelo, abrázalo, necesita sentirse acompañado en sus distintas actividades afuera y dentro de casa. De esta forma, surgirá natural conocer sus salidas, saber dónde está y quiénes son sus amigos.

¿Diagnóstico?

Es muy difícil acercar un diagnóstico exacto de esta situación tremenda, solo decir que sabemos que los hijos miran hacia arriba: a sus papás en primer lugar, a la familia, a las personas con las que se vinculan en la escuela, en los clubes, a su grupo de pares, a sus gobernantes y personajes públicos.

Por último, el juicio crítico bien formado los llevará a elegir a sus gobernantes con criterio de largo plazo, patriotismo y responsabilidad, en función del bien común.

Criar a un hijo es la tarea más hermosa, gratificante, compleja, constante e importante del mundo.

¿Es sencillo? No. Criar a un hijo es la tarea más hermosa, gratificante, compleja, constante e importante del mundo.

Pero no olvides: es tu hijo/a, el fruto no cae lejos del árbol: CONFIANZAO

Padres de Fernando

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