¿Por qué yo no? Mili nos une con su ternura

¿Por qué yo no?, me pregunté después de leer una nota que me llegó muy hondo y empecé a escribir esta historia junto a mi primera hija.

Por Cata Corti Maderna @catalinacortimaderna – seguidora. Mamá de Mili.

Todo comenzó con mi primera hija, Mili, quien nació a los “porrazos”, con doble vuelta de cordón, líquido meconial y paro cardíaco, todo muy atravesado. «Estuvimos» internadas 27 días, mientras, yo iba aprendiendo a ser madre, con esta pregunta en mis labios y en mi corazón: ¿será tan difícil?

Nunca fui consciente de su gravedad aunque, durante el tiempo en la neo, el panorama no era muy alentador. Mucha gente, mi familia, mis amigos, hasta simples conocidos, sí lo veían y estuvieron al pie del cañón rezando por nosotros. Y, ¡el bien que hicieron!

Yo vivía en la “ingenuidad” y con las esperanzas de que Mili no estaba tan mal, hasta que un día le pregunté a la neuróloga:

¿Va a poder caminar? ¿En qué le afecta la pérdida de oxígeno?

– Quizás no, ella perdió neuronas, fue su inolvidable respuesta.

Ese fue el momento del clic y de la pregunta que me acompaña cada día: en dónde quiero vivir el hoy. Yo sentía que Mili era súper poderosa y que iba a salir. Todos los día iba mejorando, gracias a mi esperanza y a los rezos de las personas que me rodeaban.

Al principio yo no rezaba porque sentía que, si rezaba, era porque se iba a morir. Estaba completamente negada a esa posibilidad. Son momentos por los que uno transita y que tienen una explicación: necesitamos del tiempo para comprender… recién entonces, comencé a rezar, a pedir la fuerza necesaria para mí, para Javier y para que Mili pudiera seguir adelante.

Como secuela del parto, Mili tiene una Parálisis Cerebral severa, le afectó en todo lo motriz. Ahora lo puedo hablar, lo quiero compartir.

Mili en familia

¿Qué significa? Que no camina, no habla, no come. Pero Mili me regala sonrisas todos los días, en donde expresa su alegría, su cariño, la unión familiar, nos une con su ternura. Entiendan: es algo inexplicable. Ella expresa sus sentimientos a través de balbuceos y gestos. Es algo que me llena el corazón y me enseña que todo lo demás es menor.

Los mejores momentos son los que comparte con sus hermanos: Pipe, Marcos y Luz. Ellos la acompañan, la miman y la cuidan.

Aprendí a vivir el hoy, hago lo que puedo.

Desde que nació Mili aprendí a vivir el hoy. Así puedo disfrutar de cada momento e intentar que los malos, no lo sean tanto. También aprendí a sentirme guiada en un camino difícil. Así es como mi familia me enseña el día a día. Vivo el presente y hago lo que puedo.

En realidad, todas las madres hacemos lo que podemos por eso no hay espacio para la culpa. No es real ni nos hace bien. Sólo hay que tratar de levantarse y decir ¡Vamos para adelante!

Qué difícil se me hace poner en palabras lo que siento.  Siento una satisfacción muy grande cada día. Cada sonrisa es un regalo del cielo porque ella es feliz como Dios la trajo al mundo. Tengo familia, amigos, gente que me quiere.

Esta historia arranca con  lo que sentía al tener una hija con parálisis cerebral, y me dije nuevamente «¿ por qué yo no?» Y ahí es donde me vinieron estos recuerdos juntos.

Aquí les dejo mi mensaje:

VIVIR EL HOY

PREOCUPARSE, NO. OCUPARSE, SÍ

SIEMPRE PODEMOS

QUÉ LINDO ES SER MADRE

¡VAMOS CON DIOS!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *