Una Navidad en familia, con hijos y nietos. ¿Qué más pedir? Entonces es el momento de lanzarse a compartir todas las tradiciones y “viejas costumbres” que sólo los abuelos pueden ofrecer.
Por Adriana Ceballos y Georgina Azocar @coachingdefamilia
Mis hijos no cuentan con el tiempo suficiente para sentarse en el suelo, cocinar galletas navideñas, contar historias fantásticas como yo y mi madre hacíamos con ellos. A la vez me encantaría que sus hijos, mis nietos disfruten y recuerden las navidades con el mismo cariño que nosotros.
Los nietos encuentran en los abuelos un paraíso y los hijos un descanso y toda la confianza para que ellos pongan en marcha el encanto que los caracteriza.
Con los abuelos los nietos reviven las anécdotas de sus papás, practican las costumbres familiares que no quieres dejar en el olvido, descansan felices en sus mimos. Y los hijos suelen ver con alegría ese amor correspondido que disipa cualquier desentendimiento.
Si tienes como abuelo/a ese tiempo especial para ellos, ¡a sacar del baúl de los recuerdos ese arsenal de aquellas épocas, tan valiosos y útiles!
No sólo correrán a contar todos los descubrimientos a sus papás, sino que los guardarán en su corazón como tesoros. El tiempo dedicado a los nietos, es tiempo de fantasía, de siembra y sobre todo trascendencia.