Fundación Varkey por primera vez en busca del “mejor estudiante”, Lisandro Acuña estudia en el ORT y está entre los 50 candidatos.
Lisando es un chico de 17 años, juega rugby en Club Manuel Belgrano (ahora no porque se fracturó jugando), le gusta el aire libre, tiene una intensa vida social, es curioso e investigador. Desde los 10 años, o antes, pensaba cómo podía ayudar a los demás. Le gustan las humanidades y se planteaba la posibilidad de dedicarse a la política.
Sin embargo, este proyecto cambió al descubrir que desde su trabajo, hoy el estudio, puede mejorar la vida de la gente, de mucha gente.
Lisandro al concurso
SV ¿Cómo es tu postulación al premio Varkey?
–Con Gonza, Uli y Fausto, tres compañeros del colegio, desarrollamos la plataforma lecto.app es la única que existe para facilitar la lectura y la escritura a personas con dislexia. Y un profesor del colegio nos sugirió que nos presentáramos al concurso. Al final me anoté yo solo, pero ya sabemos que si hay premio es para los tres.
-¿Cómo surgió en ustedes esta preocupación por las personas con esas características?
En nuestro curso hay algunos compañeros que tienen esa dificultad. Investigamos y supimos que es algo que les ocurre a tres de cada diez personas en el mundo Lo vimos como una oportunidad de aprovechar nuestros conocimientos de programación para ayudar a mucha gente, empezando por los tres que tenemos más cerca.
-¿Cómo es esa app?
–Es una app de descarga gratuita. Nos informamos bien, la materia Programación que tenemos en el colegio termina con un proyecto final. Buscamos el apoyo de DISFAM, una asociación mundial que se dedica a dislexia, y también el de Neuro Educa, que es Neurociencia aplicada al aprendizaje. Al principio, cuando era el trabajo final de la materia, contábamos con los tutores del colegio pero después, si necesitábamos ayuda la buscábamos afuera. Era la primera vez que hacíamos una aplicación.
-¿Cuál es el aprendizaje principal de tu contracto con DISFAM?
-DISFAM es una organización internacional con sede principal en Mallorca. Lo que hicimos fue presentarles nuestra idea para ver si les parecía que algo así podía servir. Nos permitieron hacer el testeo con gente de distintos países vinculados a la Asociación. La herramienta gustó, decían que servía y también nos proponían algunos cambios, algunas mejoras, era lo que necesitábamos.
-¿Cuál es el objetivo de ustedes?
–Si bien la dislexia se detecta alrededor de los ocho años, hay chicos que la manifiestan desde antes, los 5/6 y nuestra primer objetivo era ayudar a los chicos en los colegios, después supimos que en los adultos es también y problema serio. La dificultad los frustra y dejan de leer. Entonces, con lecto.app ese problema se supera porque al ir leyendo a través de los colores se marca la letra correcta distinta de la que ellos inicialmente verían. Con un pictograma que se llama palo o pato se pasa el mouse sobre las palabras y aparece la palabra que es. Cada usuario puede configurar los colores como le gusta.
-¿Entonces, un chico, que utiliza lecto.app, ya no necesita acudir a una psicopedagoga?
–En la práctica es al revés, es la psicopedagoga quien les recomienda esta herramienta porque es muy útil pero no es un reemplazo, la dislexia requiere también de otros acompañamientos.
Lisandro es uno de los dos argentinos que este año quedó seleccionado entre los 3500 estudiantes que se presentaron desde 94 países. Entonces nos interesamos por conocerlo un poco más:
Lisandro inquieto
-Vas al colegio ORT.
–Sí porque estoy becado. Una de las veces que participé en las Olimpíadas de matemáticas conocí un chico de ese colegio. Era más grande que yo y me gustó todo lo que contaba. Investigué un poco más y les dije a mis padres que ese colegio me gustaba, que me parecía que me abriría a otras oportunidades.
-Entonces, también las Olimpíadas de matemáticas.
–Sí, participé muchas veces. El sueño siempre era ir al mundial en Rusia y salí segundo del país… entré en el mundial y obtuve mención de honor. Pero todo fue “on line”, no pudimos viajar por la pandemia. Nos recibió Larreta y el Presidente nos envió una felicitación. También estuvimos con la Ministra Soledad Acuña.
-Así se te fueron dando las oportunidades con las que soñabas.
-Muchas oportunidades por ejemplo en febrero de 2020 justo antes de que empezara la cuarentena hicimos un viaje de 10 días a Israel, éramos los 10 mejores promedios de cada colegio judío de Argentina y Uruguay. Y ahora estuvimos en Puerto Madryn con mis compañeros.
Lisandro en familia
-Hablemos entonces de tu familia.
-Somos dos hermanos, mi hermana de 19 años que estudia Economía en la Universidad Di Tella. Mis padres –aunque no terminaron la universidad- nos acompañan en todo. Los dos trabajan mucho.
Lisandro se proyecta…
-¿Qué vas a estudiar?
-La carrera de Ciencias Cognitivas que reúne programación, neurociencia y filosofía. Estudia el funcionamiento de la mente. Acá se estudia en San Andrés, yo me postulé a una Beca en Stanford.
-¿Hay algo que no te pregunté y te gustaría contarnos?
-Sí, cuando era chico 10/11 años empecé a militar en política, me metía en todo. Después en el colegio siempre fui delegado en el Centro de Estudiantes, pero la política me pareció oscura. Y veo que LectO tiene su proyección política, por el impacto en la vida de las personas, porque para ofrecerlo habla con un Ministro, con el directo de un Colegio. Prefiero ver los cambios desde afuera y no deja de ser política. En el Congreso Iberoamericano de Dislexia presentamos a lectO y allí estaban virtualmente ministros de muchos países y la app llegó al Ministro de Tecnología de la Islas Baleares y también a Uruguay.
Así llegamos a más de 5000 usuarios de más de 35 países con la la app.
Tengo la suerte de haber nacido y vivir en un ambiente que me impulsó, soy un convencido de que nadie es exitoso solo por sí mismo. Y algo más, sé que nada se consigue sin esfuerzo.
Ahora a esperar el premio, en octubre sabremos si estoy entre los 10 mejores y en noviembre se conocerá el ganador.
Cada niño merece un gran maestro
A nivel global, la Fundación Varkey entrega cada año el Global Teacher Prize, un premio anual de un millón de dólares que reconoce a un docente extraordinario y comprometido que haya alcanzado un impacto inspirador en su escuela y comunidad. Con diez años por delante para cumplir el Objetivo 4 de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas -proporcionar una educación de calidad para todos los niños- el Global Teacher Prize se alió con la UNESCO para garantizar que los docentes estén presentes en las agendas de los gobiernos.
Por primera vez organiza el Global Sudent Prize y entre los candidatos hay dos argentinos, Lisandro Acuña, alumno de la ORT y Mario Maximiliano Sánchez, estudiante de la escuela de Comercio 5005 JUAN XXIII, de General Mosconi, provincia de Salta, es miembro de una comunidad de Pueblos Originarios de la etnia wichi,