Relaciones humanas en tiempos de WTSP

Me sumaron a un nuevo grupo, no me interesa, ¿qué hago?

Me hartaron los comentarios permanentes… ¿cómo leo 120 mensajes por día?

La carga de fotos y videos es eterna. ¡Me colapsan el teléfono!

Estos temas dan muchas veces entre familia, trabajo, compañeros de deportes… pero, ¿cuál es la reacción adecuada ante las diversas situaciones?

Cada uno reacciona como puede, al mismo tiempo pensamos que sería interesante repasar lo más apto para no ofender, ni molestar, o causar dolor en las personas que sienten que pertenecemos a algo.

Cuando el grupo comienza es bueno consultar cuál es el motivo por el cual se nos ha sumado, si es que no está claro en el título o el logo. De no estar acorde a nuestro propio interés, o está formado por  personas que casi no conocemos por ejemplo, es posible aclararlo amablemente y salir del grupo, no sin antes agradecer que hayan pensado en uno. 

Hay grupos que ya no generan el mismo interés que al principio. A estos grupos los podemos silenciar y participar menos o dejar de participar: quedarán abajo de todo y nos olvidaremos de ellos. Silenciar siempre es posibilidad, sobre todo si tienen un movimiento que nos supera. En el momento en que deseamos saber, o nos interesa vincularnos, entramos a leer rápidamente y nos concentramos en aquello que nos incumbe.

Personalizar

También ayuda «personalizar» las notificaciones de aquellos que nos interesan especialmente. Por ejemplo la familia cercana y cada uno de sus integrantes puede tener un sonido diferente y especial. Lo mismo se puede hacer con un grupo de teatro o de tenis: adjudicarle un sonido relacionado con la actividad, hay muchos para elegir y eso va a colaborar a dar la prioridad que necesitamos. No todos los días son iguales en cuanto a las problemáticas que se suceden ni a lo que se quiere ver o escuchar. Ante una noticia que esperamos, por ejemplo un nacimiento inminente, estaremos atentos a determinado sonido, y es más, podemos solicitar a nuestros acompañantes presenciales, que nos permitan tener el teléfono cerca.

Puede pasar que por algún motivo un grupo generó un disgusto, una confusión: en ese caso, antes de tomar una decisión drástica, el famoso «Fulanito abandonó el grupo», tan antipático, pensemos si realmente vale la pena enojarse. A lo mejor, dejar pasar un par de días es una buena alternativa y, con el tiempo, los malos entendidos se solucionan solos. En lo personal, no aconsejo irse de un grupo.

No olvidemos la opción «pedir»: si recibimos una carga que nuestro teléfono no aguanta, o frases inapropiadas, ser sincero y proponer encontrar una solución entre todos, vale. Y pensemos en ¿cómo estamos actuando nosotros? ¿Cómo y cuánto aportamos dentro de cada grupo? Analicemos nuestra participación para no ser aquellos que finalmente terminamos criticando. Tengamos en cuenta además, lo molesto que puede ser, no poder despegarse del teléfono en una reunión de cualquier tipo, en la que no sea especialmente necesario.

Al fin, es lindo pertenecer, significa que alguien nos ha tenido en cuenta ya sea para sumarnos o bien, aceptó la invitación que le enviamos con con las mejores intenciones.

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