El comienzo de año, me recuerda ese encuentro con un antiguo compañero de colegio… ¿qué fue de su vida?, ¿qué, de la mía? ¿Estamos donde tenemos/queremos estar?
Felipe Yofre – Presidente de Protege tu corazón – felipe@esc.yofre.com.ar @felipeyofre
Hace poco me encontré con un compañero de colegio. Terminamos hace más de treinta años. El típico, ¿cómo estás?, ¿qué fue de tu vida?, ¿qué bueno verte? Y le agregué: ¿Qué estás haciendo?
Como no es fácil ponerse al día en tan pocos minutos, cerca de despedirnos me dijo con cara de conformidad: “y, aquí me ves, he sido una buena persona, no he hecho mal, no he matado a nadie”.
Volví a casa rumiando recuerdos de la edad de fuego. Esos veinte años con mirada limpia y «con todas las ganas» contrastaron con este presente que a veces agobia.
Me pregunté
¿Será que alcanza con no haber hecho de manera patente el mal?
En una de esas charlas que circulan por las redes, escuché: “el hombre no se entiende nunca solo, jamás solo, siempre en relación con otros”, decía el sabio profesor. Y, lo sentimos de esta manera en el día a día, y más intensamente cuando algo así, como un encuentro fortuito, nos pone a pensar.
Pensé ¿somos buenos? O será, más bien, que el individualismo que nos envuelve en con una pátina que nos hace sentir que somos buenos.
Pensé
¿Y, la misión?, ¿esa locura juvenil de cambiar el mundo? La cambiamos por esta postura de “no hacer el mal”.
No hacer el mal es una postura en la que nos acomodamos sin mirar a nuestro alrededor para no ver cómo esta actitud crea continuamente espacios y butacas para que el mismo mal, que creemos no hacer, se acomode a sus anchas y actúe.
Probablemente, cada uno de nosotros estamos en una posición que nos interpela a compartir lo que nos fue dado. Nos suena una voz de alarma que nos invita a alegrar, a acariciar. no vegetar… juntando moneditas para nuestro cofre.
¿Cuál es esa vida que vamos a amar?
Amar la vida es tomarla como una fuerza que se expande. O, como una vela está llamada a iluminar aunque la oscuridad inmensa amenace.
Nos quejamos mucho de los políticos, pero ¿qué hacemos por ocupar esos espacios para el bien, para la entrega? No me refiero al asistencialismo, me pregunto sobre ese mirar únicamente lo que lleva agua para mi molino.
El historiador Daniel Balmaceda opina que nuestro país, más allá de sus errores, se fundó en próceres que tuvieron mirada magnánima, desinterés propio y sueños de grandeza.
Te invito y me invito
- A pensar juntos cuánto nos falta dar en comparación con lo que hemos recibido.
- A que agrandemos el campo de acción.
- A que involucremos nuestros talentos y con esfuerzo los hagamos rendir, no sólo en beneficio propio sino de otros que los necesiten.
Y, te doy una noticia, redundará también en nuestro beneficio personal.
No maté a nadie
Hay tantas formas de matar…. Yo nunca tomé un arma para matar a otra persona pero, la indiferencia, la frialdad, el egoísmo…. también matan.
Lo contrario del amor no es el odio, es la indiferencia
Elie Wiesel – Premio Nobel de la Paz
En nuestra «comunidad» de sembrarvalores.org.ar, en nuestras redes, entre nuestros amigos, estamos rodeados de gente involucrada en grandes proyectos, de esos que alguna vez soñaste. Si ahora estás dudando,.. tal vez ahora es tu momento para sumarte, para participar, justo en “ese proyecto” que te viene a la mente, ese que te propusieron hace unos meses…. ¡hay tanto para hacer!
Jamás te creas bueno por “no haber matado a nadie”
Me conformo con que estas líneas te hagan apostar por el amor, aunque luego quizás quedemos a mitad de camino y que, cuando te pregunten, jamás te creas bueno por “no haber matado a nadie”. Estás llamado a mucho, mucho más.