La fuerza de lo femenino

En el día de la Imagen de la mujer en los Medios de Comunicación

La imagen de la mujer en los Medios está desnaturalizada, pasa de la mujer objeto a la antisocial. ¿Por qué no hacer fluir esta fuerza natural positiva?

Por Mariuqui Magrane, Asesora Familiar – consultorio@sembrarvalores.org.ar

La imagen de la mujer en los medios de comunicación esta desnaturalizada, pasa de mujer objeto de deseo del varón, para vender un auto o un perfume… a una mujer guerrera contra el varón y contra todo. Hay que hacer violencia para negar la realidad natural. ¿Por qué no hacer fluir esta fuerza en forma positiva?

Hace años hicimos un especial varón – mujer que te recomiendo. De esa edición elegimos esta nota de Mariuqui Magrane, para que te sientas bien mujer, que te sientas, muy bien y tal cual sos…

Un baño de realidad

Varias veces te habrá pasado que, después de darles de comer a los hijos, de cambiarlos para dejarlos acostados, te tenés que arreglar en 15 minutos y esperar a que llegue la persona que ¡por fin! lograste conseguir para que se quedara con los chicos.
Querés estar linda, femenina y con un rico olor, vas a salir con tu esposo en una salida romántica, un programa con amigos o quizás un casamiento. No importa la situación, querés estar bien, te importa a vos y sabés que a él también le importa.

El Poder de lo femenino

 

Las mujeres tenemos este poder que no es poca cosa. Tenemos ese don, tan cotizado en el mundo de hoy, que se llama flexibilidad. En 15 minutos pasamos de ser una tierna mamá que besa a cada uno de sus hijos, que da las últimas recomendaciones a la baby sitter, a ser una femme fatale. El perfume, el maquillaje, pero sobre todo, nuestra postura, nuestra mirada y nuestra sonrisa logran que aparezcamos como auténticas diosas; parece que sólo estuvimos para nuestro arreglo personal.

Esposa, amiga y compañera de tu marido, las mujeres podemos tener varios frentes a la vez: el del trabajo, dentro y fuera de casa, el cuidado de los hijos y la camisa bien planchada.

Lo de menos es la camisa

Hace poco, una antropóloga que entiende muy bien de estas cosas -no en vano se llama Paz-, me decía que planchar la camisa no es una tarea de la mujer, sino -lo recalcaba- una muestra de cariño. En el fondo es lo mismo que sea la camisa o la remera, lo que importa es que no pensaste solamente en vos para estar bien, que pensaste también en él.

Nos acusan de ser multitasking, mujer orquesta y muchas cosas más. Sin embargo, en el fondo de nuestro corazón, no queremos dejar de ser esposas, amantes, madres…

Madre, esposa, amante

Este poder no implica necesariamente dejar una profesión, que aunque sea exitosa o rutinaria, es la que elegiste. Sin embargo hay una etapa, antes de que los chicos empiecen el colegio, durante la cual tu presencia cercana es especialmente insustituible. Ojalá la economía familiar y las nuevas prácticas que van introduciendo en las empresas te permitan resguardar esos tiempos. El valor inigualable de la maternidad no significa dejar de oler rico, de poner música, de coquetear al marido, de amarse con el cuerpo.

Hay vaivenes en la vida, la mujer amante sabe conquistar y reconquistar, sabe encontrar el momento para seducir, el punto donde la sensibilidad masculina no se resiste.

Ser esposas es mucho más que ser amante, es dar y recibir, darse por entera cada vez para volver a empezar. Rechazar el recelo y la comodidad. Ninguno de los dos es de plástico y hay que convivir más allá del llanto de los chicos o del embotellamiento en el tránsito. Es un instante, ese instante del cual vas a vivir todo el día, porque te diste, porque se te dieron.

Con olor a misión

Pensaba que el ser mujer es una misión en sí misma. La misión femenina de ser esposas y amantes de nuestro marido se transparenta al querer compartir una vida con el compañero que elegimos.

Tal vez la respuesta a esta simple te pregunta ayude a descubrir ese sentido de misión. ¿Qué te hace feliz, aunque comporte bastante trabajo y signifique un desafío cotidiano?

Podemos empapelar el planeta con lo escrito a favor y en contra de la mujer y su dedicación a la familia.

Podemos empapelar el planeta con lo escrito a favor y en contra de la mujer y su dedicación a la familia. Pero, sin ideologías ni teorías, lo efectivo es nuestra propia elección diaria de vivir en armonía con nosotras mismas y con los demás.

Grandes educadoras, somos transmisoras de creencias, de corrientes culturales, y compartimos con el hombre esta gran responsabilidad. Sin embargo hay una cercanía física con el hijo durante el embarazo y la lactancia que genera una influencia directa insustituible. Por fin, lo propio femenino es acoger, es darse sin esperar grandes agradecimientos. Como no solemos agradecer habitualmente al sol que salga todos los días.

Saber estar

Si te fijás, seguramente compruebes que nuestros proyectos femeninos dan sentido a nuestra pasión por las pequeñas cosas de la vida. Cuando nos juntamos a hablar, podemos llegar hasta el último detalle. Da lo mismo que sea la ropa, la decoración, una película o el actor que nos fascina. “Saber estar” es estar en los pequeños detalles que enriquecen lo cotidiano y no perdernos los grandes eventos aunque duran muy poco y se olvidan fácilmente.

«Saber estar» es reconocer lo que tenemos cuando no nos resulta fácil permanecer en el mismo lugar, cuando al pasar los años, el aburrimiento quiera ahogarnos. No hay momentos para bajar los brazos, ya nos conocemos mucho y estamos para seguir acompañándonos como pareja matrimonial.

Es verdad, lo femenino se relaciona con la maternidad. Son los grandes personajes junto con los hijos (sean biológicos o no) de la gran aventura de ser familia, nuestro mejor proyecto.

La esencia femenina incluye una enorme dosis de fortaleza y de ternura. Si no te reconocés en estas líneas, no te preocupes, es cuestión de tiempo.

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