La pandemia viral ya está, NO a la pandemia afectiva.

La pandemia impacta también en esa parte tan importante del “partido” de la felicidad que se juega en la familia, en la estabilidad de los vínculos de pareja, en el matrimonio.

Por Felipe Yofre, escribano. Presidente de Protege Tu Corazón. felipe@escyofre.com.ar

La pandemia y el encierro están dejando su huella en casi todas las realidades de nuestra vida, y el matrimonio no es la excepción.

La pandemia derivó en incertidumbre que -en muchos casos- llevó al deterioro de las relaciones, a  crisis que impactaron de lleno en los matrimonios y las familias.

Algunos datos

Como es sabido, no hay demasiadas certezas en los datos que se manejan en torno a la pandemia y menos en lo que se refiera a matrimonio y familia.

No hay certezas en torno a la pandemia y menos en lo que se refiera a matrimonio y familia.

Sin embargo, investigando, encontramos información que hasta parece contradictoria. Por ejemplo, en China, se dice que las rupturas matrimoniales se han disparado, luego de la cuarentena, en los números de divorcios.

Y, por otra parte, en Suecia aumentó el nivel de fecundidad y embarazos.

Experiencia inédita

La situación de los últimos meses es absolutamente inédita y, este confinamiento obligado es para muchos una prueba de fuego que también puede convertirse en una oportunidad.

Han surgido muchos consejos de personas que han estado en situación de aislamiento en su vida cotidiana, por elección como las monjas de clausura o por secuestros como Bosco Gutiérrez, también presos o marinos, etc.

Encontrá la oportunidad, ¡existe!

Con mirada optimista, son muchos los que saben encontrar en la crisis, en el encierro, algo positivo que está escondido.

Desde esta perspectiva, quiero compartirles algunas consignas que funcionan en altamar y en la familia, según la experiencia de un marino y que se hicieron virales.

Acá van “solo” algunas:

  1. La gente se conoce mejor, tal cual es, cuando sale da su zona de confort, ahora lo estamos viviendo. Aprovechá para conocer a tu cónyuge desde esta nueva perspectiva.
  2. No al “evitar los conflictos”, es el momento de buscar solucionarlos. ¿Cómo? comunicándose asertivamente, tratando de ponernos en el lugar del otro.
  3. Cuidado con la tentación de “los escapes”: las pantallas, el alcohol, comidas, sueño. Necesitamos estar atentos para detectar, enseguida, cuándo estamos derivando nuestra conducta hacia esos “lugares”.
  4. No te lo plantees como una desgracia, la necesidad de ser disciplinado con los horarios, el orden y la higiene, es muy sano y ayuda a la convivencia.
  5. Buscá la intimidad propia y con el otro. Descubrí y “defendé”, si fuera necesario, tus momentos de reflexión, de oración, en algún rincón pero, en soledad. Con un libro o desarrollando tu hobbie.
  6. Y, también ese espacio de intimidad con el cónyuge. Hay tiempo para conversar sobre ustedes y detalles de la familia y los hijos. Es muy bueno que ellos los vean compartir y se sientan “tentados” a estar en esos momentos.
  7. Hay una disposición gestual que manifiesta la voluntad para colaborar en las cosas cotidianas y las que surgen. Esa habilidad contribuye enormemente a la armonía. Consiste en estar atento a las necesidades de los demás en busca, también de un equilibrio en la distribuición de tareas.
  8. Ya sabemos que las emociones no son buenas ni malas, reconocerlas y manejarlas es un mecanismo espléndido y necesario de ejercicio de la libertad en cualquier circunstancia externa, incluida la actual.
  9. Ponele una mirada de trascendencia al tiempo que vivimos -en realidad a todo tiempo-. Lejos de ser un escapismo, ayuda a “dimensionar” la situación y colocarla en el lugar adecuado. Apoyate en la trascendencia.

En estos meses han circulado muchos mensajes y consejos, pero eso mismo, seleccionamos algunos con el objetivo de que esta pandemia no se transforme en una “pandemia afectiva”, no nos impacte en lo más valioso que tenemos, nuestros vínculos.

Agradecemos a:

Foto de Entrada Lucas Pezeta

Cuadro Jacob Meyer

 

 

 

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