Pandemia: De la angustia al sentido

Ivi Troncoso estudia psicología en la Universidad Austral, este verano por un accidente automovilístico estuvo a punto a perder el año de cursada, pero…

Por @ivitroncoso

En febrero tuve un accidente de auto, y a raíz de este se desencadenaron una serie de acontecimientos que podrían haberme sumido en una profunda desesperación: me quebré la cadera y estuve dos semanas internada.

Cuando volví a casa, no me podía mover de la cama porque tenía que estar en reposo casi todo el día.

Entonces me pasé prácticamente todo el verano encerrada viendo como mis amigos seguían su vida normal.

Me angustiaba

Pero lo que amenazó con destruir mi salud mental fue el hecho de que tanto mi médico como la coordinadora de la carrera de mi facultad me plantearon la posibilidad de perder el cuatrimestre.

Capaz estarán pensando, ¿tuvo un accidente y en lo único que pensaba era en la facultad? La respuesta es sí, porque sentía que la única manera de no pensar tanto en lo que me había pasado era teniendo la mente ocupada, y qué mejor manera que con el estudio.

Capaz estarán pensando, ¿tuvo un accidente y en lo único que pensaba era en la facultad?

Entonces me contacté con la directora de la carrera, que, como tenía más autoridad, suponía que me iba a dar una alternativa. Y así fue.

Me permitió cursar dos materias, de siete, a distancia, con la única excepción de que, irónicamente, no existía la opción de cursarlas de manera online, porque la modalidad que planteaba la facultad era presencial.

Irónicamente, no existía la opción de cursarlas online.

Una semana después, casi como si el universo hubiese conspirado a mi favor, la facultad interrumpe las clases presenciales y las comienza a dictar por la plataforma Zoom, y así es como conseguí que me dejaran cursar las siete materias de este cuatrimestre.

Beneficios de la cuarerentena

El caso es que, a causa de la pandemia, no sólo no perdí el cuatrimestre sino que además, no sólo era yo la que tenía que estar encerrada en su casa, sino que desde ese 20 de marzo, todos estamos en la misma, y eso me hizo sentir un poco más acompañada.

Esta fue mi forma particular en la que conseguí enfrentarme a esta situación ineludible que se presentó, porque en lugar de desanimarme por el momento duro que estaba atravesando, me empeñé en encontrarle un sentido, una manera de hacerlo más tolerable.

La facultadfue  como una especie de mecanismo de defensa para no pensar en mis otras incapacidades, y convencerme de que no estaba sola en este aislamiento, sino que nos acompañábamos entre todos a la distancia.

Actitud y sentido

Las preguntas son:

¿Cuál es la actitud que están adoptando frente a esta situación?

¿Qué sentido le puedo encontrar a estar en cuarentena?

¿Qué valores puedo descubrir quedándome encerrada?

¿Cómo me defiendo de la probabilidad de que en algún momento me toque a mí ser víctima de una enfermedad que en algunos casos tiene como consecuencia el fin de la propia vida?

¿Hasta qué punto soy libre y en qué medida me hago responsable de mis propias acciones?

¿De qué manera y qué recursos utilizo para confrontar y adaptarme al aislamiento?

Estas son algunas preguntas que me surgieron mientras leía las teorías de la Logoterapia y el Existencialismo, que sentí que se podían aplicar a la situación de cuarentena que estamos atravesando.

 Desde la Logoterapia

Para ponerlos en contexto, Viktor Frankl fue un psicólogo austríaco de religión judía, que sobrevivió al Holocausto, incluso después de haber sido trasladado a cuatro diferentes campos de concentración -entre ellos, Auschwitz. Sin embargo, su familia y su esposa no corrieron la misma suerte.

Frankl tuvo la oportunidad de emigrar a Estados Unidos para huir de la expansión del nazismo en su país, pero decidió permanecer en Austria porque le preocupaba el riesgo que corrían sus padres.

La esperanza de volver a ver a su esposa, y su intento de reconstruir el manuscrito que le había sido arrebatado en el campo de trabajo forzado, fueron los motores que lo impulsaron a seguir adelante y vencer la injusticia que estaba atravesando.

Pero al salir del campo de concentración descubrió que había sido el único sobreviviente de su familia, lo que lo sumergió en un profundo vacío existencial que lo llevó a considerar la idea de suicidarse.

Por el contrario, decidió contar lo que había padecido y aprendido al mundo para demostrar que la vida siempre tiene un sentido, incluso en las condiciones más miserables.

Cada momento es una oportunidad para encontrar sentido.

Victor Frankl

 

Entonces, para Frankl el sentido de nuestra existencia no es uno exclusivo que se realiza al final de nuestra vida, sino que considera que cada momento es una oportunidad para encontrar sentido. Según él, éste se puede descubrir a través de una serie de valores, de los que él distingue de creación, de experiencia y de actitud.

¿Aprovechando la cuarentena?

¿Cuántos de nosotros estamos aprovechando este tiempo indefinido de cuarentena para llenarlo con actividades recreativas o para aprender un nuevo hobbie?

Seguramente aprendiste a cocinar, o estás matando el tiempo haciendo ejercicio, o hasta te comprometiste en acciones solidarias, ya sea recolectando ropa para aquellos que lo necesitan o cocinando para tus vecinos.

Sea lo que sea que estés haciendo, o que hayas aprendido a hacer, te estás comprometiendo con un proyecto, y estás dejando una huella en la historia, ya sea la tuya personal o en la de alguien más.

Estas obras serían parte de los valores creativos que plantea Frankl, porque a través de éstas contribuimos de alguna manera a mejorar nuestra existencia o la de los demás, y esto es algo que le proporciona un sentido a nuestra vida.

Creativos en cuarentena

Este período de cuarentena también implicó otro tipo de ajustes creativos, como las clases online, mediante las cuales tanto los profesores como nosotros los estudiantes nos tuvimos que adaptar a esta nueva modalidad, que a pesar de las dificultades que haya presentado, se podrían considerar como un aporte a la manera de enseñar y aprender.

También lo estamos empleando como una oportunidad para disfrutar de otros pasatiempos, como ponernos al día con esas películas o series que estaban en nuestra lista de Netflix, descubrir nuevos artistas musicales o simplemente dormir más de lo que normalmente dormiríamos si, por ejemplo, estuviéramos atendiendo a nuestras responsabilidades cotidianas.

De esta manera, estamos disfrutando de los pequeños momentos que nos proporciona la vida que, por más cliché que suene, son los que verdaderamente importan y los que dotan a nuestra existencia de sentido.

Muchas de las cosas que extrañamos durante esta cuarentena son tan simples como compartir un mate en una juntada con amigos, o poder abrazar a nuestros abuelos.

Son demostraciones de afecto que hemos reemplazado por las videollamadas, en las que podemos encontrar un valor de experiencia porque le encontramos sentido al hecho de ponernos al día con esas personas que están alejadas físicamente de nosotros.

Por último, aunque algunos intenten evitarlo, la cuarentena es una situación ineludible a la que nos tenemos que enfrentar, y lo importante, según Frankl, ea la actitud con la que afrontamos este momento difícil.

A pesar de los condicionamientos con los que confrontemos, biológicos o socioculturales, la persona siempre tiene la capacidad de elegir cómo comportarse, y esta libertad no nos puede ser quitada bajo ninguna circunstancia.

La libertad no nos puede ser quitada bajo ninguna circunstancia.

Así que siempre que nos enfrentemos con un destino que no podemos evitar, lo principal es la manera en que lo sobrellevamos, la postura que tomamos ante el sufrimiento, y de esto se tratan los valores de actitud.

Desde el Existencialismo

Por su parte, al hablar de Existencialismo, me refiero a la Psicología Existencial, que es aquella corriente que tiene sus raíces en la filosofía existencial, asociada con pensadores como Nietzsche y Kierkegaard, y que tiene como base los conflictos que se presentan cuando se ven amenazados los pilares que sostienen nuestra existencia.

Irvin Yalom, uno de los representantes de esta terapia, plantea que una de las preocupaciones esenciales que nos sobrevienen cuando nos enfrentamos con una situación límite es la carencia de sentido vital.

En este estado de perplejidad, nos preguntamos no sólo sobre el significado de nuestra vida, sino también acerca de si los principios sobre los que apoyamos nuestro día a día son lo suficientemente firmes. Durante este confinamiento seguramente hemos sentido que los fundamentos de nuestra existencia se comenzaron a tambalear, por momentos probablemente nos hemos cuestionado qué sentido tenía todo aquello que habíamos vivido o lo que nos queda por vivir si ahora no podemos hacer nada de eso, o también hemos encontrado dificultad en encontrar alguna meta o aspiración que nos ayude a atravesar esta situación.

El problema es que necesitamos siempre de un significado.

El problema es que necesitamos siempre de un significado, de un propósito que nos motive a vivir de la manera más plena posible, y el hecho de encontrarnos encerrados nos dificulta realizar esta tarea tan esencial. Pero es por esto que el argumento principal del Existencialismo consiste en que los significados se construyen, entonces nosotros mismos podemos crearlos y luego comprometernos a cumplirlos. Estos pueden estar relacionados con hacer del mundo un lugar mejor, unirse a una causa superior a nosotros o crear algo nuevo ya sea como una forma de expresión personal o para comunicarle algo a los demás.

El argumento principal del Existencialismo consiste en que los significados se construyen, entonces nosotros mismos podemos crearlos y luego comprometernos a cumplirlos. 

Entonces, ¿cuáles son los significados que están construyendo durante esta cuarentena?

Otra inquietud que seguramente en algún momento se nos cruzó por la cabeza fue la posibilidad de que, ya sea a nosotros o a algún ser querido, nos toque atravesar esta enfermedad, con los riesgos que esta implica, entre ellos la muerte.

Sin embargo, hay muchas personas que no pueden aceptar la idea de que en algún momento van a dejar de existir, y se protegen de esta angustia mediante determinados mecanismos de defensa.

El primero de ellos es la creencia de que uno es específicamente distinto, mediante la cual la persona está convencida de que puede evitar tanto cualquier peligro que se presente como la muerte en sí misma, y el otro es la creencia en un salvador, a través del cual depositamos nuestra fe en una fuerza o ser superior siempre presente que nos protege y nos salva de la muerte.

Contra la cuarentena

En relación a esto, ¿cuántas marchas ya se organizaron en contra del aislamiento preventivo y obligatorio? ¿A cuántas personas escuchamos negar la existencia de la pandemia y decir que la cuarentena es un invento del gobierno para quitarnos nuestra libertad? ¿O cuántos dijeron que el virus fue creado en un laboratorio y que tiene como objetivo reducir la población?

Pero, ¿estas personas que organizan marchas no son las mismas que protestan usando barbijo y manteniendo el distanciamiento social? y ¿no son las mismas que reclamando por su propia libertad individual están quitándole la libertad a otros?

Como todos sabemos, la libertad de uno termina donde comienza la del otro, y somos responsables de nuestras acciones y decisiones para que no estemos perjudicando a los demás.

El Existencialismo también analiza el tema de la libertad en base al conflicto que se suscita cuando se nos presentan varias posibilidades, de las cuales tenemos que elegir sólo una, renunciando a otras alternativas que capaz no vuelvan a presentarse jamás.

Nos habla de angustia o culpa existencial ya que nos hace responsables de que las elecciones que tomemos contribuyan a la realización de nuestras capacidades, pero si no aprovechamos las oportunidades que se nos presentan, nos sentimos culpables de no estar cumpliendo nuestro destino.

El estar encerrados puede dificultar este proceso de autorrealización.

El estar encerrados puede dificultar este proceso de autorrealización, y nos puede llevar a imaginar todas las actividades que podríamos estar haciendo si no estuviéramos en esta situación, pero lo curioso de todo esto es que somos capaces de crear nuevas oportunidades para desarrollar nuestras capacidades, buscando alguna alternativa de modalidad virtual, por ejemplo.

 Vos sentimos arrojados a una existencia que no elegimos.

Por último, este aislamiento social preventivo y obligatorio también podría ser considerado como un aislamiento existencial.

A pesar de las relaciones que hayamos establecido con los demás y de la realización que hayamos alcanzado, en el momento en que nos vimos forzados a permanecer dentro de nuestras casas, nos sentimos arrojados a una existencia que no elegimos.

Las actividades que solíamos realizar en nuestra vida cotidiana perdieron su significado, y nos encontramos extrañados e indefensos ante esta nueva realidad.

Pero también el hecho de estar aislados incita a una experiencia reflexiva interior, y nos exige hacer uso de nuestros recursos personales para resolver este aislamiento existencial.

Algo que leí y me llamó la atención fue que aquellas personas que se relacionan con los demás de una forma madura, y no los utilizan como un instrumento para defenderse de la angustia de separación, son capaces de tolerar el aislamiento voluntario de una mejor manera.

Además, podemos aprovechar este período para descubrir nuestros recursos internos y para estimular nuestro desarrollo personal.

Entonces, retomando las preguntas que planteé al principio, y habiendo leído los principales aportes de estas dos teorías, ¿cuál es el sentido y cuáles son los valores que podés encontrar a este período de aislamiento? ¿

Cuáles son los recursos internos que utilizás para confrontar esta situación y de qué manera te las ingeniás para estimular tus capacidades?

Una respuesta a “Pandemia: De la angustia al sentido”

  1. Hermoso tu mensaje y lo tomo sobre todo para esos momentos en los que nos sentimos desbastados. Hoy le doy gracias a Dios por estar sana y los míos también . Gracias Dios por estar viva .

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