Recalculando la cuarentena, en charla con la psicóloga Sofía Sáenz Valiente. Del vivo de Instagram vamos a fondo con el texto. ¿Somos como un GPS humano?
Entrevistó en Instagram Live Mariuqui Magrane, Asesora Familiar
Sofía Saenz Valiente. Es Licenciada en psicología,
Se especializó en Logoterapia, es miembro de FUCLAE
Se formó en Meditación
Es docente Universitaria
Usando la metáfora, para todos familiar, del mapa o GPS de nuestros dispositivos, te estamos invitando a hacer una pausa en esta cuarentena para intentar tomar consciencia de dónde estamos parados HOY, a dónde queremos llegar y cuáles podrían ser los mejores caminos/modos para lograrlo de la forma en que nos gustaría hacerlo.
DESCRIPCIÓN
Bien… empecemos entonces por la primera pregunta ¿Dónde estamos parados HOY?
Estamos cumpliendo 100 días de este cambio abrupto y radical en nuestra vida cotidiana. Un cambio que, a cada uno, de distinta manera, lo descolocó y lo desestructuró. Y que ha traído consecuencias e impactos de mayor o menor escala en los distintos casos: trabajos o fuentes de ingreso que han desaparecido, otros que son más trasladables a una versión “online” o “home-office”, vínculos expuestos a convivir 24-7 (con todo lo bueno y lo complejo que eso puede resultar), aislamiento social, soledad extrema para quienes viven solos, exposición al riesgo para los trabajadores médicos y de servicios de primera necesidad (alimento, seguridad e higiene). Los sentimientos expresados son variados de una persona a otra y son cambiantes en una misma persona, de un momento a otro: impotencia, miedo, silencio, quietud, pausa, demasiado ruido, caos, incertidumbre, ansiedad, angustia, bronca, rebeldía, esperanza, desesperanza.
Madres y padres que deben intentar ser maestros jardineros, de primaria y de secundaria; casas de familia funcionando como oficinas y colegios de varios en simultáneo, redistribución de roles: ahora entre todos nos ocupamos de… ordenar, limpiar, lavar, guardar, cocinar, poner la mesa, ayudar con los más chiquitos, cuidar el tono en el que hablamos para no hacer mucho “ruido” mientras hay alguien en algún zoom laboral o escolar. Hijos adolescentes buscando la manera de compartir con sus pares y conectar con ellos sólo a través de una pantalla, mientras intenta digerir la “sobredosis de convivencia con sus padres” con quienes naturalmente necesita empezar a “cortar cordón” e ir forjando su propia identidad. Hijos en sus últimos años de primaria o de secundaria, cerrando una etapa y abriéndose camino hacia una nueva pero “desde sus casas”, sin los “rituales” que suelen ayudar a simbolizar la “despedida” de esa etapa, como juntar la plata para el viaje, el viaje en sí mismo, el caminar por los pasillos del colegio sabiendo que ese es su último año y que el siguiente los espera un nuevo escenario. Comuniones, confirmaciones, juras a la bandera, casamientos, nacimientos, muertes de seres queridos, cumpleaños, viajes, mudanzas, tratamientos y tantos otros momentos significativos en la vida de todos que se han visto obstaculizados o, al menos, entorpecidos.
Todo nos resulta RARO, COMPLEJO, DISTINTO a lo que estamos acostumbrados y, sobre todo, IMPREVISIBLE.
Todo nos resulta RARO, COMPLEJO, DISTINTO a lo que estamos acostumbrados, DESCONCERTANTE y, sobre todo, IMPREVISIBLE.
Esta PANDEMIA nos ha disparado a todos una misma pregunta: Y AHORA… ¿QUÉ?
Creo que es fundamental que hagamos un poco de ZOOM o “doble click” en esa pregunta… ¿Qué estamos preguntando?
- Es un “Y, AHORA… ¿QUÉ… VA A PASAR?”, imposible saberlo o tener garantías de ello. Es una situación desconocida, con antecedentes casi nulos, que se está entendiendo y conociendo mejor sobre la marcha. ESTAMOS APRENDIENDO E IMPROVISANDO.
- Es un “Y, AHORA ¿QUÉ… VAN A HACER?” ¿refiriéndonos al gobierno, la OMS, la medicina o cualquier tercero en quien depositemos los “remos” para avanzar ante esta circunstancia? Lo que ellos decidan hacer, puede cambiar nuestro escenario, nuestra circunstancia, pero estas decisiones y cambios en las recomendaciones o en las reglas del juego no RESPONDEN por nosotros. A nosotros sólo nos condicionan o nos interpelan.
La pregunta que todos necesitamos hacernos es:
«AHORA… ¿Qué HAGO?”
Yo creo que la pregunta que todos necesitamos hacernos es “Y AHORA… ¿Qué HAGO?” Y no, para esperar respuestas del AFUERA, de OTROS, de TERCEROS.
Más bien, deberíamos asumirnos no como quien pregunta o cuestiona, sino como los cuestionados, como quienes responden. A veces nos cuesta tomar consciencia de ello.
Nosotros no somos los que cuestionamos o preguntamos a la vida “¿por qué me pasa esto? ¿Ahora qué esperan que yo haga? ¿Qué va a pasar, cómo sigue esto? Sino que es la vida la que nos interpela y nos desafía a nosotros a responderle. Con las distintas situaciones que nos tocan vivir, con los diversos cambios de reglas y circunstancias, es como si la vida nos/me preguntara por nuestro nombre: Y AHORA ¿QUÉ VAS A HACER?
PROPUESTA
Entonces, ¿qué nos propondrías para transitar con éxito el camino que nos espera?
Yo diría que:
- Estar ATENTOS y DISPUESTOS a escucharla: si tenemos el GPS o el mapa señalándonos el camino, disponernos a prestarle atención es un primer paso fundamental.
- ELIMINAR o DISMINUIR “RUIDOS” lo más posible. A veces el “furor”, los “estímulos”, el “exceso de info”, las “exigencias” y las corridas de la cotidianeidad nos llevan a estar HIPERCONECTADOS con el AFUERA, pero muy DESCONECTADOS con nosotros, con nuestra INTIMIDAD.
Cada tanto, busquemos momentos en los que decidamos “encender las balizas”, para poder hacer una PAUSA INTIMA y desde allí, escuchando la voz de nuestra consciencia, podamos recalcular. Haciendo ZOOM OUT, tomando perspectiva, nuestra consciencia podrá señalarnos las opciones de caminos que tengo, podrá señalarme los distintos VALORES que a mí me convocan y que puedo realizar desde esta UBICACIÓN en la que estoy, en este momento de mi vida y ante esta circunstancia.
“encender las balizas” para hacer una PAUSA INTIMA
- RESPIRACIÓN CONSCIENTE. Es fundamental respirar conscientemente para conectar con nosotros. Cuando necesitemos RECALCULAR, siempre aporta más tranquilidad y claridad, tomarse unos minutos para ENCENDER BALIZAS, para hacer una pausa al costado del camino. Para PARAR, pero no sólo la marcha sino también la cabeza, la mente. A veces nuestra rumiación mental nos aturde, el hámster en nuestra cabeza ya está con taquicardia, necesita también una pausa.
Es muy necesario, salir un poco de la cabeza y bajar al cuerpo a registrar y conectar con lo que ahí estamos sintiendo. Para ello es CLAVE, tomarse unos minutos, tan sólo unos minutos, cerrar los ojos, relajarse y respirar tranquila y profundamente, intentando recorrer nuestro cuerpo con cada inhalación y respiración. Como si con la respiración fuéramos eliminando las tensiones que vamos registrando.
Esta RESPIRACION CC nos ayuda a lograr ese silencio, esa calma y ese estado de presencia tan favorables para poder conectar con nuestra MISMIDAD o INTIMIDAD y, desde allí, escuchar la VOZ DE NUESTRA CC.
Necesitamos asumir nuestra RESPONSABILIDAD natural y esencial y elegir nosotros QUÉ RESPUESTA DAR, HOY, AQUÍ Y AHORA, ante esta circunstancia que la vida nos está planteando a cada uno de nosotros, PROCURANDO elegir una respuesta que sea COHERENTE con nuestro CARACÚ, con nuestros VALORES, con aquello que nos convoca y que estamos llamados a ser.
Sabemos que estás especializada en logoterapia, ¿cuál es la propuesta, el planteo desde esa perspectiva?
Desde la LOGOTERAPIA se pone mucho el FOCO en nuestra RESPONSABILIDAD. Sería interesante explicar este concepto desde la mirada logoterapéutica porque creo que es un punto CLAVE para este RECALCULAR que estamos proponiendo.
Desde la Logoterapia, entendemos la RESPONSABILIDAD, no en el sentido de la “tener la culpa de…” sino, tal como la etimología de esta palabra lo indica, como la “capacidad para responder”. Nosotros no podemos elegir todas las situaciones que nos tocan vivir pero siempre podemos elegir cómo responder ante ellas.
Víktor Frankl, el psiquiatra vienés que es padre de la Logoterapia, más conocido por ser autor del famoso libro “El Hombre en busca de Sentido”, nos propone entender al hombre como una UNIDAD Y TOTALIDAD BIO-PSICO-ESPIRITUAL. En todo momento, tenemos unas ciertas coordenadas biológicas y psicosociales que nos condicionan y marcan nuestra “posición natural” o nuestra facticidad, pero también tenemos una dimensión espiritual que nos hace LIBRES y RESPONSABLES (nuestro ser facultativo). No somos LIBRES de nuestro DESTINO, no podemos elegir si vivir o no vivir las circunstancias que la vida nos plantea, pero sí SOMOS LIBRES PARA ELEGIR CÓMO RESPONDERLE A LAS MISMAS, qué hacer “a partir de” o “a pesar de” las mismas.
Nos estás planteando un importante cambio de actitud con relación a los mensajes que recibimos, por ejemplo desde muchos medios de comunicación.
Tal vez, pero creo que es importante dar ese paso. Podemos explicarlo de la siguiente manera: cada uno de nosotros es AUTOR RESPONSABLE de su propia AUTOBIOGRAFÍA. No nos dan a elegir el tamaño del papel, ni las condiciones de este. Algunos están arrugados, abollados, con algunas fisuras; otros blancos e inmaculados. Tampoco nos dan a elegir el elemento que se nos da para escribirla ni las condiciones del mismo, a unos nos toca un lápiz, un crayón o una lapicera. Pero en todos los casos es CADA UNO DE NOSOTROS el que ELIGE QUÉ HISTORIA ESCRIBIR “a partir de” o “a pesar de” esas circunstancias como son ese papel y ese elemento.
Se trata de asumirnos como AUTORES RESPONSABLES de nuestra propia historia y no como VÍCTIMAS de las circunstancias.
¿Cómo podemos hacer para bajar esto a nuestra realidad de hoy, a la manera en que cada uno está viviendo la cuarentena?
Está claro que ninguno de nosotros ha elegido vivir esta pandemia/cuarentena ni tampoco las inesperadas, incontables y variadas consecuencias que la misma está trayendo.
La vida, a su manera, a su forma… a veces más sutil, otras con sutileza nula, nos invita o nos desafía a “RECALCULAR”.
Teníamos un determinado PLAN DE RUTA, veníamos avanzando por un CAMINO y, de pronto, surge un IMPREVISTO, algo impensado, inesperado, ante el cual hace falta “RECALCULAR” para DECIDIR qué CAMINO TOMAR a partir de este IMPREVISTO.
Ya llevamos 100 días de cuarentena y hemos pasado por distintas etapas de reacción ante la misma. Como TODO SUCESO IMPREVISTO, en un principio nos descolocó y nos sorprendió a todos. Generó reacciones tales como MIEDO, ANGUSTIA, ENOJO.
Comenzamos CUESTIONANDO y PREGUNTANDO ¿POR QUÉ? ¿CÓMO COMENZÓ? Buscando culpables y explicaciones.
Esta actitud inicial de reclamo y cuestionamiento es una reacción común y natural ante lo IMPENSADO e IMPREVISTO. Cuando salimos de esta ACTITUD DE RECLAMO, si es que elegimos hacerlo, podemos empezar a preguntarnos acerca del verdadero SENTIDO de esta situación que la vida nos está planteando, que nos está tocando vivir.
Mientras nos mantenemos en ACTITUD DE RECLAMO, seguimos poniendo nuestro foco en el AFUERA, en terceros o en circunstancias ajenas a nosotros. Nuestras preguntas giran en torno al ¿POR QUÉ?:
¿Por qué pasó esto? ¿Por qué ahora? ¿Por qué a mí?
Cuando ELEGIMOS SALIR de esa ACTITUD DE RECLAMO y ASUMIR NUESTRA RESPONSABILIDAD, empezamos a buscar dentro nuestro “luces”, “resortes”, “señales”, “voces” que nos “orienten” y nos ayuden a “RECALCULAR” y RE-POSICIONARNOS, modificando nuestra ACTITUD ante la circunstancia que estamos viviendo.
La pregunta también transmuta, cambia: ahora nos preguntamos ¿PARA QUÉ?
¿Para qué puede servirme esto que está sucediendo? ¿Qué puedo aprender?
¿Qué puedo rescatar de esta situación adversa e inevitable para modificar la trama de la historia y hacerla mía? ¿Cómo quiero seguir escribiendo mi propia historia a partir de esta cuarentena? ¿Cómo quiero posicionarme ante la misma para lograr una respuesta que me plenifique?
La ACTITUD DE RECLAMO nos mantiene buscando respuestas, explicaciones y soluciones AFUERA.
La ACTITUD RESPONSABLE sólo se logra desde ADENTRO, escuchando la voz de nuestra CONSCIENCIA en ese lugar muy nuestro que llamamos nuestra INTIMIDAD.
Ese es nuestro GPS EXISTENCIAL, la voz de nuestra CONSCIENCIA. Es escuchando esa VOZ que podremos RECALCULAR y elegir qué camino debemos tomar para llegar a nuestro destino.
¿Qué podemos hacer para estar más atentos a esa voz de la consciencia? ¿Qué dirías que suma o favorece para que logremos escucharla mejor?
Siguiendo con la metáfora del GPS y el viaje interrumpido por un IMPREVISTO, podemos apoyarnos en una imagen clara y con la que todos estamos familiarizados. Mientras el GPS nos dice “RECALCULANDO”, hace una PAUSA, se toma un momento para hacerlo… en la pantalla aparece un “círculo girando” y nosotros lo interpretamos diciendo “el GPS está buscando”.
De alguna manera, nosotros también necesitamos hacer esa “PAUSA”. Cada tanto, cuando necesitamos “recalcular”, buscar, evaluar y encontrar otros caminos, otras maneras, otras actitudes, otros focos ante una determinada situación que nos toca vivir; necesitamos por un momento “encender las balizas”, “parar la pelota” en nuestro partido para levantar la mirada, buscar perspectiva y poder elegir cómo seguir.
La imagen del GPS es fabulosa y resulta muy gráfica ya que cuando venimos avanzando por la ruta elegida, en nuestra VISTA tenemos un primer plano de nuestro camino. Un plano con Zoom IN en el camino que en algún momento elegimos.
¿Qué pasa cuando surge un imprevisto, ese camino se bloquea o complica y necesitamos RECALCULAR y buscar otros caminos?
El GPS hace Zoom OUT, buscando tomar distancia de ese camino para poder ver el mapa con mayor perspectiva, identificar otras opciones de caminos y así podamos ELEGIR por qué camino queremos avanzar.
Nosotros también podemos hacer ese “Zoom OUT”. Otros de los valiosos aportes de la antropología frankliana fue el identificar y explicar DOS GRANDES RECURSOS que las personas tenemos, por ser ESPIRITUALES. Estos recursos son: nuestra capacidad de AUTODISTANCIAMIENTO y nuestra AUTOTRASCENDENCIA.
AUTODISTANCIAMIENTO: desde nuestra dimensión espiritual podemos tomar distancia de nuestra facticidad psicofísica (de nuestras coordenadas biológicas y psicológicas), observarla, registrar lo que me está pasando en esas dimensiones y tomar posición ante aquello. Desde mi dimensión espiritual PUEDO ELEGIR libremente cómo posicionarme ante lo que me sucede en lo bio-psíquico, qué hacer ante esto que me está pasando.
AUTOTRASCENDENCIA: por tener una dimensión espiritual, somos autotrascendentes, estamos natural y esencialmente orientados siempre hacia ALGO (un valor, una causa, un proyecto) o ALGUIEN más allá de nosotros mismos.
Entonces, retomando la metáfora del CAMINO de la VIDA y el GPS: es gracias a nuestra AUTOTRASCENDENCIA que estamos dirigiéndonos hacia algún lugar que está más allá de nosotros mismos; al DESTINO FINAL o punto de llegada de nuestro CAMINO.
Y es gracias a nuestra capacidad de AUTODISTANCIAMIENTO que podemos tomar perspectiva, elegir el camino y, si es necesario, recalcular uno nuevo.
Esta PAUSA INTIMA, en el SILENCIO de nuestra MISMIDAD o INTIMIDAD es el mejor ESCENARIO para poder RECALCULAR cómo avanzar hacia nuestra mejor versión posible.
Desde esa PAUSA INTIMA y asumiéndonos AUTORES RESPONSABLES de la historia de nuestra vida, de esta historia que estamos escribiendo, podemos preguntarnos:
¿Para qué podemos aprovechar esto que nos toca vivir?
¿Qué queremos COSECHAR cuando haya terminado la cuarentena?
AHORA ES EL MOMENTO DE SEMBRAR aquello que luego querremos cosechar.
- Asumámonos interpelados a APRENDER algo distinto,
- Entendamos que esta situación adversa sigue siendo una OPORTUNIDAD PARA ALGO
- Empecemos a INTUIR PARA QUÉ y encaminemos nuestra ACTITUD y nuestras RESPUESTAS (decisiones y elecciones) hacía ahí.
La propuesta no es NEGAR EL DOLOR ante lo inevitable, sino DISPONERSE A SUPERARLO.