En cuarentena con mi ex

Puede parecer extraño pero ha sido más frecuente de lo imaginable. Parejas que estaban listas para la separación quedaron juntas en cuarentena.

 

Por Mariuqui Magrane, siempre disponible en consultorio@sembrarvalores.org.ar

 

Pregunta:

Estábamos separándonos. Después de 15 años casados, la convivencia no daba para más. Él se iba a vivir a otro departamento. Ya veríamos cómo hacer con los chicos. Algo tan hablado y con la valija hecha… nos agarró la cuarentena.

Si me lo cuentan no me lo creo. Quedamos viviendo juntos en esta situación. Además, nuestros dos hijos son adolescentes o casi. El espacio es el mínimo… ¿cómo convivir en paz, cómo puedo tener yo un poco da paz?

 

Respuesta

[dropcap]¡[/dropcap] Qué situación difícil te toca vivir! Ya sé que mal de muchos es consuelo de tontos, pero dejame que te diga estoy acompañando a más de una familia que le ha pasado esto o algo muy parecido.

Si en vez de ser este encuentro virtual, vía mensajes, habláramos, aunque fuera un ratito, podría expresarte mejor mi cercanía y comprensión. En uno de estos “duros baños de realidad” que te está tocando transitar.

Permitime que te sugiera, que después de haber descargado todo tu mal humor o tu bronca, con la almohada, con la pared y ojalá que no con marido e hijos -parece casi inevitable que ocurra-, te permitas ponerle una gota de humor a la situación. Algo parecido a lo que me decías, ”si me lo cuentan, no me lo creo”. Es como una película, y vos sos la actriz principal.

Me vienen a la cabeza un torbellino de ideas que quiero transmitirte con la secreta esperanza de que alguna te llegue. Algo de esto te va a aprovechar.

Empecemos porque siempre está la negativa, la posibilidad de ser la víctima de la película, y seguramente estás en tu derecho, pero no te va a servir y no te la recomiendo. En cambio, se puede intentar ir por el camino de la «aceptación» para llegar a adaptarte a esta realidad transitoria.

Por lo que me comentás, calculo que siempre habrán privilegiado el bien de sus hijos, y también en esta relación, se encuentran ante una prueba de fuego. Empiezo por algunos “sin”:

Sin la «queja» permanente

Sin dejarse dominar por el «mal momento»

Sin una sombría resignación (que es distinta a la aceptación)

 

Con libertad interior

No es fácil lograr vivir con libertad interior, sin embargo, aunque te parezca lo contrario, es un momento clave para ponerlo a prueba. Ahora mismo podrías concentrarte en desarrollar la capacidad de distanciarte psicológicamente ya que no pueden poner distancia física.

Como ya conocen sus hábitos y costumbres, tu intento de respetar su intimidad probablemente se convierta en una oportunidad para que se respete la tuya. Y, si no es así, tendrás que hacerla valer.

Una manera de poner distancia es no tomar como algo personal las cosas que haga o diga el otro, aunque los sientas como dardos dirigidos en directo.

Otro desafío consiste en evitar las discusiones, el más inteligente dejará pasar varios temas, para no vivir en guerra permanente, de la que todos salen perdiendo.

Algo muy práctico son los auriculares que te ayudan a ser “selectiva” en lo que querés escuchar o no.

Ojalá te quede un espacio para brindarte a tus hijos. Que puedas escucharlos a ellos y también acompañar en los silencios.

Habrás oído hablar del “solo por hoy” que ahuyenta tragedias que inventa la imaginación y en cambio te hace sentir que esto tiene un principio y un fin…

¿Sabías que el dolor no destruye?, sólo destruye aquello a lo que no le encontramos sentido. Ser dueña de vos misma en estas circunstancias te hará “algo” más fácil esta forzada convivencia. ¡Fuerza!

 

Foto de cottonbro, ¡gracias!

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