Edición Dra. María Amalia Caballero – periodista @mariaamalia.caballero.9
Elegimos conversar con Esteban Vilgré Lamadrid*, alguien siempre dispuesto a dar su testimonio, porque como el mismo afirma: no fui yo, fueron mis soldados.
Las Malvinas argentinas clama el viento ruge el mar, su blanco en los montes y el azul en el cielo y en el mar… dice su himno.
Esteban, egresó del colegio Militar el día 8 de abril de 1982 y el 9 ya estaba en su cargo en el Regimiento 6 de Mercedes. Para él, como militar recién estrenado, que hubiera una guerra y no participar era en un desencanto pero, a los pocos días, la vida le tenía reservada una sorpresa.
Nos subieron a un avión sin decirnos a dónde iba, estaba muy secreto. Mi principal objetivo era conocer a mis soldados. Como cuando llegamos a Río Gallegos era todavía de noche, me preocupaba perder a alguno, los contaba, éramos 46 hombres, no me acordaba ni de sus caras.
¿Qué pasó?
Estaba tan apurado porque embarcaran todos que me olvidé de embarcar yo. Desconcierto en el avión y en la base… Tuve que esperar otro vuelo, que salió enseguida. Cuando íbamos llegando vi muchas luces, era una ciudad… yo pensaba, ¿qué ciudad había al sur de Río Gallegos?, en mi mente estaba que iríamos hacia la cordillera… Pero, antes de aterrizar el piloto nos dijo, fue un honor para mí transportar a los soldados que van a defender las islas Malvinas. Bienvenidos al aeropuerto Stanley.
Fue un honor para mí transportar a los soldados que van a defender las islas Malvinas.
Capitán del vuelo que traslado a Vilgré Lamadrid hasta las Islas el día 13 de abril de 1982
La vida es una sucesión de causalidades, cuando pasan cosas duras no se entiende. La experiencia en Malvinas me trajo esa sensación de que uno no puede defraudar ni la mochila que trae en la espalda, como el gran ejemplo de mi padre, ni lo que viene detrás.
En una Nación que necesita tener héroes, en las personas que vas conociendo su historia las vas transformando en tal. Por eso, me gusta aclarar que yo no tengo una historia personal de Malvinas, no hice nada extraordinario, es la realidad. Tuve la suerte de tener cinco suboficiales maravillosos y 41 soldados, la mayor parte paisanos de la provincia de Buenos Aires y son los quienes escribieron mi historia.
Me provoca estrés
Me provoca estrés hablar de Malvinas, me cuesta mucho pero siento que tengo la obligación de contar esas historias de mis soldados, y me voy apropiando de ellos. La guerra terminó el 14 de junio al medio día y en el cerro, no solo quedaban los cuerpos calientes de los que murieron en combate sino cuerpos más calientes de aquellos que estaban heridos.
Los que estábamos en la isla, ya estábamos… no podíamos volver nadando. Y, hubo desempeños buenos, normales, muy malos, malos y heroicos.
Quiero dejar la idea de no traicionar la historia, lo incómodo que me ponen los aplausos porque me estoy apropiando de historias como la del soldado Peralta.
El soldado Peralta
El año pasado charlábamos y cuando los soldados se encuentran con sus jefes liberan sus fantasmas porque hay alguien que entiende su mismo idioma.
Esa noche cayeron siete soldados, se sentía las ráfagas de las balas. Peralta estaba herido, una granada le había pegado en la espalda y se le incendiaba la ropa, tratando de apagarla se le empezaron a quemar las manos porque se prendieron fuego los guantes y justo llega un trasbordador de ametralladoras. El sargento Jackson, escocés, nos tiraba a nosotros y el sentía que todo caía sobre su espalda pero tenía que hacerse el muerto porque si se movía le pegaban un tiro, Estuvo dos horas así, hasta que amaneció y empezó a mover la manos para que ese soldado, que estaba al lado suyo, recién con el combate terminado se diera cuenta de que estaba vivo.
Hubo dos soldados que tuvieron sus primeros hijos mientras peleaban en las islas y estuvieron hasta el final.
Yo no tengo historia solo la suerte la suerte de ser su jefe. Por suerte no me dieron ninguna condecoración importante tengo una medalla que dice al esfuerzo. No dice si lo hice bien o mal, dice que me esforcé.
La historia
Es importante contar la historia, porque cuando falta la historia caen las leyendas. La frialdad del historiador permite acceder a distintas fuentes contrastar una información con otra porque cuando te dicen que un soldado solo detuvo a 600 hombres con una ametralladora es casi imposible de creer… Al que murió, al que cayó herido se le hace un vacío adentro.
En la guerra los principales actores son simplemente fuentes, el recuerdo es inevitablemente incompleto, es lo que uno vivió, lo que uno vio, no necesariamente todo lo que ocurría.
Igualmente, cuando me preguntan, cuando me invitan, intento vencer la vergüenza y contar.
* Coronel VGM (Veterano Guerra Malvinas), ex director del Centro de Salud de las Fuerzas Armadas “Veteranos de Malvinas” y actual vocal del Ministerio de Defensa en la Comisión de Veteranos de Malvinas en el Ministerio del Interior.
El joven subteniente de Malvinas se destacó combatiendo en las cercanías de Monte Tumbledown. Su valor, incluso, ha sido destacado en los libros de dos autores ingleses: Mike Seear y Martin Middlebrook. Pero no menos heroico fue su desempeño en la posguerra, principalmente como jefe del Centro de Salud de las Fuerzas Armadas, donde se dedicó por entero a organizar la curación de las heridas del alma de nuestros combatientes. Nunca tendremos la cantidad exacta de soldados que salvó del suicidio, ni a cuantos veteranos ayudó a reencausar sus vidas, pero sabemos que fueron legión. Fuente: https://www.facebook.com/nicolas.kasanzewcorresponsal
https://www.sophiaonline.com.ar/una-hija-una-esposa-y-una-hermana-a-40-anos-de-la-guerra-de-malvinas/ más historias en primera persona. Entrevista con el Coronel Esteban Vilgré Lamadrid https://www.infobae.com/sociedad/2017/06/14/malvinas-los-recuerdos-de-guerra-de-un-subteniente-que-lucho-junto-a-47-heroicos-soldados-en-la-sangrienta-batalla-final/
Esta charla tuvo lugar el en el Marco de la Diplomatura de Cultura Argentina en el Centro Universitario CUDES.