Ubicación: Revista 60

A la alegría de la vida compartida se suma la oportunidad de festejar, no se trata de hacer un despilfarro pero sí de celebrar con todos aquellos que aportan su grano de arena par que esta felicidad sea posible.

Las primerizas tienen un susto añadido pero, no hay dos embarazos iguales y sin obsesionarse con una búsqueda ansiosa de información, vale la pena confiar en el obstetra.

Cada vez se conoce con mayor profundidad y acierto el valor del sentido del tacto. En los primeros meses de vida, cuando es su única forma de comunicarse, papá y mamá, a estar cerca.